William Carey fue un misionero, pastor, traductor, reformador social y antropólogo cultural que fue clave en el impulso misionero que se gestó a partir del siglo XIX.
Un estudio reciente de LifeWay Research encontró datos interesantes sobre el reto de los creyentes estadounidenses en su estudio personal de la Biblia.
Policarpo fue un mártir cristiano del siglo segundo. La tradición dice que fue discípulo de Juan el apóstol quien lo habría ordenado presbítero de la iglesia de la ciudad de Esmirna.
La Confesión Belga es un documento doctrinal, escrito por Guido de Brès, que es clave en la historia e identidad de las iglesias reformadas.
El movimiento pietista nació dentro del protestantismo alemán. Aunque el pietismo nació dentro de la Iglesia luterana, con el tiempo influiría en casi todo el mundo protestante.
Richard Baxter fue un pastor, teólogo y escritor puritano inglés. Es considerado hoy como uno de los pastores más influyentes de la historia, no solo por su trabajo de campo, sino también por sus escritos.
Pedro Valdo fue quizá el primer hombre en plantear una necesaria reforma de la Iglesia de Roma. Valdo fue el iniciador y líder de los valdenses, un movimiento espiritual cristiano de la Edad Media.
Jacobo Arminio fue un teólogo holandés cuyas opiniones se convirtieron en la base del arminianismo y del movimiento Remonstrante holandés.
El movimiento anabaptista es considerado como la tercera rama de la Reforma. Aproximadamente cuatro millones de anabautistas viven en el mundo hoy con adherentes esparcidos por todos los continentes.
James Innell Packer fue un teólogo, clérigo y escritor evangélico nacido en Inglaterra. Es considerado uno de las figuras más influyentes del movimiento evangélico en el siglo XX.
María I de Inglaterra, María Tudor, María la Sanguinaria o "Bloody Mary", es hoy conocida por su intento de revertir la Reforma inglesa, en esa tarea hizo quemar a más de 280 protestantes en la hoguera.
Desde las misiones de la iglesia en el siglo segundo, hasta el envío de misioneros protestantes en los últimos siglos, la relación de los japoneses con el cristianismo ha sido compleja.