“Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?” (Salmo 8:3-4)
¿Sabías que en plena misión espacial se realizó una Santa Cena? Leerlo suena inverosímil, pero aquello es lo que ocurrió y fue confirmado por el protagonista.
Es muy conocida la escena del comandante de la misión Neil Armstrong y su caminata lunar, incluida la famosa declaración transmitida a todo el mundo mientras se convertía en el primer ser humano en caminar sobre la superficie lunar. Neil Armstrong y Buzz Aldrin fueron los primeros hombres en caminar sobre la luna en la misión espacial del Apollo 11. Michael Collins, el tercer miembro del grupo, se encargó del módulo de comando, esencial para su regreso a la tierra, que rodeó la luna mientras Armstrong y Aldrin aterrizaron. El módulo encargado de aterrizar en la luna tocó suelo a las 3:17 hora oficial del Este, un domingo 20 de julio de 1969.
Pero, unos minutos antes, el piloto del módulo lunar Buzz Aldrin hizo una petición especial, pues había traído entre sus pertenencias. un juego diminuto de comunión, que le había dado su iglesia. Tenía un cáliz de plata y un frasquito de vino cerca del tamaño de la punta de su dedo. Durante la mañana él transmitió por radio:
“Houston, éste es águila. Éste es el piloto LM hablando. Me gustaría pedir algunos momentos de silencio. Me gustaría invitar a cada persona que está escuchando, quienquiera o dondequiera que él pueda ser o estar, a contemplar por un momento los acontecimientos de las últimas pocas horas, y dar gracias en su propia manera individual”.
Luego leyó las palabras de Cristo: “Yo soy la vid, ustedes las ramas. Quienquiera que more en mí traerá mucho fruto (Juan 15:5)[1].
En sus memorias, registró lo siguiente:
“En el apagón de radio, abrí los pequeños paquetes plásticos que contenían el pan y el vino. Eché el vino en el cáliz que nuestra iglesia me había dado. En la gravedad de un sexto de la luna, el vino lentamente serpenteó y graciosamente salió hacia un lado de la copa. Luego leo la Escritura, 'soy la vid, ustedes las ramas. Quienquiera que more en mí traerá mucha fruto”.
Luego agregó:
“Había tenido la intención de leer mi pasaje de comunión de regreso a la tierra, pero en el último minuto Deke Slayton había pedido que no hiciera eso. La NASA estaba ya embrollada en una batalla legal con Madelyn Murray O'Hare, la célebre oponente de la religión, sobre la tripulación del Apolo 8 que estaba leyendo de Génesis mientras orbitaba alrededor de la luna en Navidad. Estuve de acuerdo a regañadientes” (…) “El cuerpo de metal del águila chirrió. Comí la diminuta hostia y me tragué el vino. Di gracias por la inteligencia y el espíritu que trajo a dos jóvenes pilotos al mar de la Tranquilidad. Era interesante para mí pensar: El primer líquido alguna vez vertido en la luna, y el primerísimo alimento comido allí, fueron los elementos de la comunión”[2].
Este episodio, bastante desconocido, refleja el hecho de que un alto índice de astronautas y personas que trabajan en proyectos relacionados con la exploración y estudio del espacio expresan fuertes convicciones religiosas. En efecto, se ha consignado que las instituciones norteamericanas donde se fraguaron los viajes espaciales estaban en su gran mayoría formadas por creyentes activos, que favorecían un clima religioso; los astronautas eran en su inmensa mayoría (90%) creyentes activos[3].
Ante esto cabe preguntarse ¿por qué un alto índice de astronautas cree en Dios? Muchos de estos viajeros del espacio se declaran religiosos, mientras otros tantos reconocen que su fe crece cuando ven la Creación desde las vitrinas privilegiadas de las naves espaciales.
El coronel Mike Good asegura con convencimiento que “dicen que no hay ateos en las trincheras, pero probablemente tampoco los haya en los cohetes espaciales”. De hecho, la fe es algo muy común en la NASA y está muy vinculada a su historia[4].
Josu Feijoo, ingeniero eléctrico en Robótica espacial, entrevistado por un medio de comunicación se declaró creyente “como todo astronauta”. Una de las misiones de Feijoo, fue viajar al espacio para probar un fármaco contra la diabetes, afirma conocer muchos astronautas que creen en Dios, y aseguró que “no puedes ser astronauta sin creer en Dios”[5], y profundiza citando a su instructor, quien le dijo: “Antes de ir al espacio creía en Dios, al volver mucho más”.
Origen y desarrollo de la carrera espacial
La Luna es el único satélite natural de la Tierra. Con un diámetro ecuatorial de 3476 km, es el quinto satélite más grande del sistema solar. La palabra que designa al satélite de la Tierra, ‘luna’, procede del latín, y a partir de sus raíces significa “luminosa” o “la que ilumina”. La Luna es excepcionalmente grande en comparación con su planeta la Tierra: un cuarto del diámetro del planeta y 1/81 de su masa. Es el segundo satélite más grande del Sistema Solar en relación al tamaño de su planeta siendo Caronte el más grande en relación al planeta enano Plutón. La superficie de la Luna es menos de una décima parte de la Tierra, lo que representa cerca de un cuarto del área continental de la Tierra[6].
Se encuentra a unos 385.000 km de distancia de nuestro planeta, así es que no resulta extraño que hasta el día de hoy todavía algunos expresen su escepticismo ante la ide que el hombre haya llegado allí, pero con todo lo dificultoso y desafiante que resulta cada viaje, ha llegando más gente a la Luna que a las profundidades de los océanos[7].
Los primeros avances que permitieron a los seres humanos viajar al espacio, y eventualmente llegar a pisar la superficie lunar, fueron aportados por Wernher von Braun (1912-1977), un científico que originalmente trabajó para el régimen nazi, pero que desarrolló en Estados Unidos el modelo de cohete que permitiría el viaje fuera de la tierra. A partir de los primeros viajes en donde se intenta romper la “barrera del sonido”, surgen los primeros astronautas, según el testimonio de Tom Wolfe, registrados en “Elegidos para la gloria”.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, y en el contexto de la Guerra Fría, comienza la llamada “carrera espacial”, que dará lugar al Programa Espacial Soviético (Kosmicheskaya programma SSSR)y la NASA, representando cada uno a su polo.
Los primeros vehículos de exploración lunar de los años 1950 y principios de 1960 fueron los pioneros. En la carrera espacial, los rusos fueron los pioneros y punteros en la exploración espacial.
En enero de 1959, una pequeña esfera soviética con antenas, la Luna 1 fue la primera nave espacial en escapar de la gravedad de la Tierra, una hazaña enorme. Ese mismo año, la Luna 2 se convirtió en la primera nave espacial en aterrizar en la superficie de la Luna, logrando hacer impacto cerca de los cráteres Aristides, Archimedes y Autolycus. Una tercera misión en la Luna posteriormente capturó las primeras imágenes borrosas de la cara oculta de la Luna. En 1957, envían el primer satélite artificial, el Sputnik. Que fue seguido por el Sputnik 2, que tendrá como protagonista a la perrita callejera rescatada Laika, quien tendrá un triste final al morir de calor dentro de la nave.
Sin embargo, después de Laika, la URSS envió doce perros más al espacio, de los cuales cinco regresaron con vida a la Tierra. Luego de ello, los soviéticos se atrevieron a enviar un ser humano: Yuri Gagarin (cristiano ortodoxo[8]). El siguiente hito exitoso fue el vuelo espacial de la primera mujer, también de la URSS, Valentina Tereshkova, en 1963 (pasarán veinte años hasta que una mujer de Estados Unidos realizara un viaje espacial, este fue protagonizado por Sally Ride, en 1983). Entonces, en los primeros tiempos de la exploración espacial, los soviéticos lograron obtener una serie de triunfos hasta que el presidente Kennedy asumió el reto de llevar un hombre a la luna y devolverle sano y salvo a la Tierra[9] en su discurso de 1961 que se dio poco después del primer recorrido espacial de los rusos.
En el desarrollo de la carrera espacial por parte de los astronautas estadounidenses se dieron varias expresiones de fe, por ejemplo en la misión Apolo 8, sus tripulantes Frank Borman, Jim Lovell y Bill Anders se encontraban en el espacio en vísperas de Navidad, así que enviaron una felicitación al mundo: “Estamos cerca de la Luna, y la tripulación del Apolo 8 tiene un mensaje que le gustaría compartir”, dijeron. Y entonces Anders comenzó a leer el inicio de la Biblia: “En el principio, Dios creó el cielo y la Tierra…”, y los tres astronautas se fueron turnando la lectura de los versículos hasta llegar al número 15: “Y Dios hizo dos lumbreras grandes, la mayor para alumbrar del día y la menor para alumbrar de la noche”. Finalizaron su transmisión con las siguientes palabras: “Buenas noches, buena suerte, feliz Navidad y que Dios les bendiga a todos”[10].
La fe de los cosmonautas soviéticos
La Guerra Fría es el contexto del que nacen y se desarrollan las agencias espaciales encargadas de las exploraciones del espacio. Aquel contexto da lugar a los dos conceptos utilizados para referirse a los viajeros: Cosmonauta y Astronauta.
Tanto el cosmonauta como el astronauta son científicos, pilotos entrenados para llevar a cabo misiones espaciales. La diferencia era política. El astronauta era enviado por los estadounidenses en nombre de la “humanidad”, mientras que el cosmonauta había sido enviado por los rusos en nombre de la revolución. O sea que la diferencia entre el astronauta y el cosmonauta era, sobre todo, de símbolo[11].
“Astronauta” es una traducción de la palabra en inglés astronaut. Esta, a su vez, proviene de las palabras griegas astron (estrella) y naute (navegante), que fusionadas significan “navegante de las estrellas”. En tanto que, a los viajeros espaciales de la Unión Soviética se les denominó Cosmonautas, palabra que proviene del ruso kosmonavt (космонавт), que a su vez deriva de las palabras griegas “kosmos” (universo) y “nautes” (navegante)[12].
Los rusos fueron pioneros en el espacio, desde que enviaron el primer satélite artificial en 1957, el Sputnik, luego la pobre perrita Laika, continuó las exploraciones hasta que otros seres vivos sobrevivieran, antes de mandar al primer hombre, Yuri Gagarin y luego la primera mujer Valentina Tereshkova.
Un mito muy difundido señala que cuando el soviético Yuri Gagarin se convirtió en 1961 en el primer humano en viajar al espacio exterior, afirmó irónicamente algo así como: “Estoy en el cielo y no veo a ningún Dios aquí arriba”. Sin embargo, no fue un hecho histórico, sino una leyenda propagandística inventada y utilizada por el ateísmo socialista; las supuestas palabras no aparecen en el registro textual de sus conversaciones con la base en Tierra.
Gagarin había sido bautizado en la Iglesia Ortodoxa Rusa, su madre era muy religiosa, y él bautizó a su hija Yelena poco antes de subirse a la nave.
En una entrevista hecha en 2006 al coronel Valentín Petrov, amigo de Gagarin, el militar aseguró que el cosmonauta nunca dijo esas palabras y que la cita se originó en un discurso del Secretario General del Partido Comunista, Nikita Jruschev, que en un discurso antirreligioso en el Comité Central de la Unión Soviética dijo: “Gagarin voló al espacio, pero no vio ningún Dios allí”.
La fe de los astronautas de los Estados Unidos
Después del proyecto Géminis, iniciado en 1964, comenzó el programa Apolo, que tuvo un trágico comienzo con el desastre de 1967. La primera misión en acercarse a la Luna fue la del Apolo 8. Su comandante era Frank Borman. Las palabras que transmitió al contemplar la Tierra, estuvieron basadas en la Biblia: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Lo que provocó una demanda de la atea Madalyn Murray O′Hair, porque según ella, la cita bíblica violaba la separación Iglesia/Estado. Borman justificó su acción diciendo que tenía “el enorme sentimiento de que había un poder mayor que ninguno de nosotros, que había un Dios y desde luego un principio”.
Neil Armstrong (1930-2012)
El primer hombre que pisó la Luna, cristiano evangélico, falleció el 25 de agosto de 2012
El astronauta estadounidense Neil Armstrong, el primer hombre que pisó la Luna, falleció a los 82 años por complicaciones tras una operación cardiaca. El astronauta fue condecorado en 17 países y es receptor de los honores más importantes que se conceden en EEUU, entre ellos la Medalla Presidencial de la Libertad —la distinción más alta que puede recibir un civil en Estados Unidos—, la Medalla de Honor Espacial del Congreso de Estados Unidos y la Medalla de Oro del Congreso. Sin embargo, por sobre esos honores era un creyente en Jesús, de fe cristiana evangélica.
El 21 de julio de 1969 el Apolo 11, con aquella histórica tripulación (Neil Armstrong, Edwin “Buzz” Aldrin, Michael Collins), llegó a la órbita de la luna, y cuando el módulo tocó su superficie Armstrong descendió, dejó su huella y pronunció en directo, para millones de telespectadores, aquella frase: “Un pequeño paso para un hombre, un gran paso para la Humanidad”.
Quizá la historia más conocida respecto a la fe de Armstrong es la que se registró en Jerusalén en 1988, cuando visitó Jerusalén ese año[13]. En dicho viaje, Thomas Friedman quien fue un profesor experto en arqueología bíblica y su guía por la ciudad, recibió la petición por parte de Neil Armstrong que le llevase a un lugar donde pudiese tener la certeza de que había caminado Jesucristo.
Entonces, el profesor llevó a Armstrong a los restos de escaleras del templo construido por Herodes el Grande que aún se conservan. Allí le dijo que: “Estos peldaños constituían la principal entrada al templo. No hay duda de que Jesús subió por ellos”. Entonces Armstrong se concentró profundamente y estuvo orando durante un rato. Al terminar, se volvió a Friedman, y, emocionado, le dijo: ”Para mí significa más haber pisado estas escaleras que haber pisado la Luna”[14].
Buzz Aldrin (1930)
Entre los tripulantes del Apolo 11 que llegó a la luna, estaba Buzz Aldrin, anciano de una iglesia presbiteriana en Houston —Webster Presbyterian Church—, que ha dado muchos astronautas.
Su nombre completo es Edwin Eugene Aldrin Jr., es un ingeniero, piloto de la Fuerza Aérea y astronauta estadounidense retirado. Como piloto del módulo lunar de la misión Apolo 11, él y el comandante Neil Armstrong fueron los dos primeros seres humanos en pisar la Luna, en 1969. Estudió en la Academia Militar de los Estados Unidos en West Point, donde obtuvo un grado en ingeniería mecánica[15]. Ingresó en la Fuerza Aérea y sirvió como piloto de cazas durante la Guerra de Corea, tras la cual ejerció como instructor de artillería aérea y después como comandante de vuelo en la base aérea de Bitburg, Alemania Occidental.
Luego de obtener un doctorado en astronáutica en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, resultó seleccionado como miembro del Astronaut Group 3 de la NASA, lo que le llevó a ser el primer astronauta con un título de doctorado. Sus esfuerzos en la misión Gemini 12, una de sus primeras misiones espaciales, contribuyeron a completar las tareas inconclusas de EVA de misiones anteriores, y sirvieron de precedente para el programa Apolo. Tres años después, pisó la superficie lunar como parte del Apolo
La gente de la NASA lo recuerda pulcro y elegante, con fama de dandy, brillante en sus entrenamientos, con el uniforme siempre impecable. Sin embargo, su forma de ser era arisca y seca, no sabía moverse bien entre despachos. Un tipo solitario que odiaba los grupitos y las palmaditas en la espalda. Frío e impasible (en el momento del despegue del Apollo 11, su corazón apenas alcanzó las 110 pulsaciones), pero carismático a la vez. Cuando los ex astronautas acuden a convenciones y conferencias, la mayoría cobra unos 20 dólares por autógrafo, pero la firma de Aldrin cuesta 250.
Su apodo proviene de su hermana pequeña que, en vez de llamarlo brother (hermano), balbuceaba algo parecido a buzzer. Fue el único varón de tres hermanos, su padre fue un petrolero de origen sueco, estricto y distante. Su madre se llamaba Marion Moon[16].
Respecto a su formación académica: estudió en West Point, destacando como estudiante y atleta, y fue piloto de combate en Corea, donde derribó dos MIG-15. Cuando entró en la NASA, nadie pensaba que formaría parte del proyecto GEMINI, pero en 1966 su compañero Charlie Bassett se estrelló en unas pruebas aéreas. Aldrin ocupó su lugar en el proyecto espacial. Cuando su superior le comunicó que él era uno de los tres elegidos, Buzz se lo comentó a su mujer sin mayor preocupación, mientras realizaban labores del hogar. El fin de semana anterior al histórico despegue, se relajo desmontando y montando un lavavajillas en el garaje[17].
Respecto a su vida como creyente, cuando despegó en la famosa misión era anciano de una iglesia presbiteriana en Houston (Webster Presbyterian Church). Su pastor Dean Woodruff le sugirió llevar unas pequeñas bolsas de plástico con pan y vino, para celebrar la Santa Cena en la luna, con una copa que está hoy en la iglesia y se usa ese día, una vez al año. El astronauta siguió la idea, y de hecho leyó unas palabras del Evangelio, que tenía escritas en una tarjeta vendida en una subasta en el 2007: “Yo soy la vid y vosotros las ramas; el que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no podéis hacer nada” (Juan 15:5).
Al respecto, Aldrin señaló que “luego dio gracias por la inteligencia y el espíritu que había traído a dos jóvenes pilotos al mar de la tranquilidad”. Todo ello en los minutos de silencio, que no transmitió la radio. Este suceso fue registrado en la entrevista que publicó la revista Life en agosto de 1969, así como en su libro de 1973 (Regreso a la Tierra) y desarrollado en su obra del año 2009 (Desolación magnífica), que tuvo gran repercusión en los medios de comunicación. El hecho de que este sea un episodio poco conocido, sea por discreción o censura se debe a la demanda que había sufrido Borman poco antes. Pero, el comandante Armstrong le miró con respeto, pero no dijo nada entonces, a pesar de que también era un creyente.
El contraste entre las personalidades de Armstrong y Aldrin es notorio, como lo describiría un autor:
“Aldrin era más un prototipo para el científico/astronauta que sería el pilar de las misiones del transbordador. Claro, era un piloto de combate capaz y agresivo, pero también tenía un título de posgrado en mecánica orbital e hizo su tesis sobre la base teórica del encuentro espacial. Se la pasaba en su hogar teorizando sobre las matemáticas superiores, la mecánica orbital y otras materias altamente técnicas. Era más un ‘pensador’ y Armstrong era más un ‘realizador’, con el entendimiento de que ambos hombres eran pensadores y realizadores sobresalientes, era una cuestión de énfasis intelectual/temperamental. Una de las mejores ilustraciones de sus diferencias es que Armstrong describió su visión de la superficie lunar como ‘hermosa’, mientras que Aldrin la calificó de ‘magnífica desolación’”[18].
Sin embargo, ambos estaban unidos por una fe común que los ayudó a complementar sus talentos en el cumplimiento de la misión científica que les encomendaron.
John Glenn (1921-2016)
John Herschel Glenn Jr. fue un aviador del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, astronauta, empresario y político estadounidense. Antes de incorporarse a la NASA fue un destacado piloto de combate en la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Civil China y la Guerra de Corea. Su vida fue registrada en el libro de Tom Wolfe sobre los primeros astronautas, dicho registro también incluye su fe. Pero el mismo John Glenn, en una conferencia de prensa realizada en Washington, señaló que: “soy presbiteriano, protestante, y tomo mi religión muy en serio, de hecho”.
Puso en práctica su fe a través del servicio en su iglesia local, enseñando en las escuelas dominicales y participando en comités de iglesia. Cuando recibió el Premio Príncipe de Asturias en 1999 a la cooperación internacional señaló que:
“Soy presbiteriano, protestante, y tomo mi religión muy en serio (…) Fui criado creyendo que somos puestos en la Tierra con una propuesta de más o menos el cincuenta por ciento, Y eso es en lo que todavía creo hoy. Somos puestos aquí con ciertos talentos y capacidades, que depende de nosotros usarlos lo mejor que podamos. Pero cuando lo hacemos, pienso que hay un poder mayor que cualquiera de nosotros, que pone las oportunidades en nuestro camino, si usamos nuestro talento adecuadamente, y vivimos el tipo de vida que debemos vivir”.[19]
James Irwin (1930-1991)
James Benson Irwin, fue astronauta estadounidense y el octavo hombre sobre la Luna. Entre el 31 de julio y el 2 de agosto de 1971 participó en la misión Apolo 15. Estuvo 12 días, 7h y 12min en el espacio y realizó 3 EVA (actividades extravehiculares) lunares (en total: 18 h 7 min), también fue el primer astronauta en recorrer la luna a bordo de un vehículo todoterreno.
Tras haber pisado la Luna declaró: “Sentí el poder de Dios como nunca antes lo había sentido”[20]. Se retiró de la Nasa y la Fuerza Aérea en 1972. De fe evangélica, en 1972 fundó, junto con un pastor bautista, una organización cristiana: High Flight, en Colorado Springs, para hablar de cómo “sintió el poder de Dios como nunca antes”[21].
En su recorrido por iglesias de todo el país, citaba el texto en el que meditó al recorrer los montes de la luna: “A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda?” (Salmo 121). Uno de sus mensajes más conocidos fue: “Jesús caminando sobre la Tierra es más importante que el hombre caminando sobre la Luna”[22]. En 1973, Irwin inició una serie de expediciones a Turquía, tratando de encontrar los restos del Arca de Noé, pero falleció sin lograr su objetivo tras un ataque al corazón, en 1991.
Charlie Duke (1935)
Charles Moss Duke, Jr. proviene de Carolina del Norte. Terminó sus estudios como Bachelor of Science en ingeniería física de la academia naval de Estados Unidos y en 1964 cursó un máster en aeronáutica y en ciencias del espacio por el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Después de esta graduación comenzó su carrera militar, se entrenó como piloto en las bases aéreas de Spence en Georgia, y en la Webb Air Force Base situada en Tejas. Sirvió tres años en Alemania con el 526th escuadrón “Fighter Interceptor”. Más tarde ingresó en la Escuela de pilotos de investigación aeroespacial de la fuerza aérea. Conseguida su graduación en esta escuela decidió convertirse en instructor de los sistemas de control y vuelo de los aviones F-101, F-104 y T-33, en 1966 postuló a la NASA para formar parte de un grupo de astronautas.
Participó en las misiones Apolo 13 y Apolo 17 como astronauta suplente, luego participó como piloto del módulo lunar Orión en la misión Apolo 16 (16-27 de abril de 1972) y junto con John W. Young exploraron el cráter Descartes mientras que Thomas K. Mattingly II cartografiaba la Luna desde el módulo de mando Casper. La misión Apolo 16 está considerada una de las mejores y fructíferas entre el resto, por la cantidad de experimentos que realizó en terreno lunar y por la cantidad de material rocoso que se trajo a la Tierra (95,8 kg). Gracias a la ayuda del rover lunar, (vehículo con el cual los astronautas podían desplazarse más cómodamente y rápido) pudieron recorrer 26,7 km.
Llegó a la Luna en la misión Apollo 16. Luego de su retiro de la NASA, se dedicó a los negocios y al trabajo de estímulo espiritual, sobre todo a través de charlas cristianas en las cárceles. Actualmente es presidente de la junta directiva de la Fundación de Becas de Astronautas, en Texas[23]. Resumen su actual labor de la siguiente manera: “Doy conferencia de cómo caminar sobre la Luna y cómo caminar en Jesucristo”[24].
En algunas entrevistas ha señalado que su viaje fue “una aventura” y considera un privilegio el estar entre las 16 personas que han podido caminar sobre la superficie del satélite natural de la Tierra. Agregó que su experiencia vital es la “prueba científica” de que Dios existe.
Duke ha compartido sus opiniones, en distintas ocasiones, en una de ellas comentó que se formó en las teorías de la evolución y en su mente no había dudas al respecto. Pero tras regresar de la Luna cambió de opinión cuando su esposa intentó suicidarse y mucha gente le dio “la fuerza de Dios” y le “cambió la vida”: “Podría dar pruebas científicas de la existencia de Dios”, señalando que cuando subió a la nave “no era cristiano” ni hizo un “viaje espiritual”, pero vio la “fuerza de Dios”. En abril de 1972, alunizó y señaló que tuvo una sensación espeluznante a medida que llegaban a la zona de sombras del satélite, luego de tres días con el Sol[25].
A consecuencia de ello, empezó a leer la Biblia y ahora cree en Dios como Copérnico, Pascal, Newton y Einstein, por ello insiste en que no hay un conflicto con sus amigos científicos. Los hombres no pueden ser “enemigos” de Dios, refirió. “Hay libertad de creencia, y he visto muchas veces a Dios desde que tengo 42 años”[26].
Terry Virts (1967)
Nació en 1967 en Baltimore, Maryland. Se graduó en la Oakland Mills High School en Columbia, Maryland en 1985. Obtuvo una licenciatura en ciencias en matemáticas (con una menor en francés) de la United States Air Force Academy en 1989 y una maestría en ciencias aeronáuticas en aeronáutica de Embry-Riddle Aeronautical University en 1997. Mientras que en la Academia de la Fuerza Aérea, Virts asistió a la École de l'air en 1988 en un programa de intercambio.
Virts fue comisionado como segundo teniente después de graduarse de la Academia de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en 1989 y se ganó sus alas de piloto en la Base de la Fuerza Aérea Williams, Arizona. Completó la formación básica de luchador en Holloman AFB Nuevo México, seguido de un entrenamiento formal en el Lockheed Martin F-16 Fighting Falcon con el 56th Tactical Fighter Wing en Base de la Fuerza Aérea MacDill, Florida. Posteriormente, fue asignado a la 31st Tactical Fighter Wing en la Base de la Fuerza Aérea Homestead, Florida. Después de que el Huracán Andrew golpeó el sur de la Florida en 1992, su escuadrón fue trasladado a la Base de la Fuerza Aérea Moody, Georgia. Más tarde fue asignado al 36º Escuadrón de combate en la Base Aérea Osan, República de Corea, y el 22º Escuadrón de Combate en la Base Aérea de Spangdahlem, Alemania. Virts fue seleccionado para la prueba de la Escuela de Pilotos en 1997 en la Base de la Fuerza Aérea Edwards, California. Después de su graduación, fue un piloto de pruebas experimentales en la Fuerza Prueba Combinada F-6. Ha registrado más de 3.000 horas de vuelo en más de 40 diferentes tipos de aeronaves[27].
Fue seleccionado como piloto de la NASA en julio de 2000, Virts informó la formación en agosto de 2000, se graduó con distinción académica de la Academia de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y de la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle, era un graduado distinguido del Mando de Formación y Educación Aérea en la Base de la Fuerza Aérea Williams, Arizona, y el F-16 en la formación Base de la Fuerza Aérea MacDill, Florida. Sus condecoraciones militares incluyen la Medalla de Servicio Meritorio, la Medalla Aérea, Medalla de Logro aéreo y la Medalla de la Fuerza Aérea[28].
En 1999, a los 32 años, Terry Virts se convirtió en el piloto más joven en la historia de la Nasa. Creció en Columbia Maryland, leyendo libros sobre las míticas misiones Apollo en un cuarto decorado con naves espaciales y estrellas. Con el tiempo se casó, tuvo dos hijos y fue coronel de la Fuerza Aérea llegando a ser uno de los cuatro astronautas que han pilotado el transbordador espacial, volando en los Soyuz rusos, comandado la Estación Espacial Internacional (ISS) y realizando caminatas espaciales. Además de astronauta es fotógrafo, documentalista y conferencista, desarrolla proyectos literarios y cinematográficos.
En 2019, Terry Virts, parte de una tripulación de ocho exploradores de aviación, logró con éxito la circunnavegación más rápida de la Tierra a través de ambos polos geográficos en avión el 11 de julio de 2019, en un tiempo récord mundial de 46 horas, 40 minutos y 22 segundos. El récord fue reconocido por Guinness World Records y la Fédération Aéronautique Internationale FAI[29].
Entre el 2014 y el 2015 pasó 200 días en la ISS como parte de la Expedición 42/43, la tercera misión más larga de cualquier astronauta de la Nasa, en una entrevista declaró:
“Soy cristiano. De hecho, haber estado en el espacio volvió más fuerte mi fe. Al entender más sobre el universo y el cuerpo humano, siento que hay un creador; cuanto más leo y lo analizo, concluyo que alguien muy inteligente tuvo que haber creado todo este universo tan complejo”[30].
Victor Glover (1976)
Se graduó con una licenciatura en Ingeniería de la Universidad Politécnica Estatal de California, San Luis Obispo en 1999. Completó el entrenamiento avanzado de vuelo en Kingsville, Texas , convirtiéndose en aviador en 2001. Entre 2002 y 2003 se unió a varios escuadrones, participando también en el despliegue final del USS John F. Kennedy (CV-67) en apoyo de la Operación Libertad Iraquí. Mientras estaba desplegado, completó un Certificado de Sistemas Espaciales en la Escuela de Postgrado Naval (NPS).
En 2006 fue seleccionado como piloto de intercambio de la Armada para asistir a un curso anual en la Escuela de Pilotos de Prueba de la Fuerza Aérea de EE.UU. (USAF TPS). En 2007 obtuvo una maestría en Ingeniería de Vuelo de Prueba de la Universidad del Aire , Base de la Fuerza Aérea Edwards, California. Glover luego sirvió como piloto de pruebas probando los sistemas de armas de los aviones F / A-18 Hornet, F / A-18 Super Hornet y EA-18G Growler. Desde 2012 hasta que fue seleccionado como astronauta, ocupó un puesto en la Oficina de Asuntos Legislativos en Washington y fue asignado a la oficina de un senador estadounidense. Durante el mismo período, completó un Certificado en Estudios Legislativos en la Universidad de Georgetown. Durante su servicio en la Marina acumuló más de 3.000 horas de vuelo en más de 40 aviones, más de 400 aterrizajes de portaaviones y 24 misiones de combate.
Glover fue seleccionado para el Grupo 21 de Astronautas de la NASA el 17 de junio de 2013 y en julio de 2015 completó su formación convirtiéndose oficialmente en astronauta y, por tanto, asignable a misiones espaciales. Desde 2015 trabaja en la rama de Exploración de la Oficina de Astronautas. Glover realizó su primer viaje espacial después de servir como piloto de un portaaviones de la Armada de EE.UU., volar en misiones de combate en Irak. También trabajó anteriormente como asistente legislativo del difunto senador estadounidense John McCain, republicano por Arizona, que también había sido un aviador naval.
En numerosas ocasiones explica por qué Dios sigue siendo su punto focal:
“Este ha sido un viaje realmente interesante, los siete años que he estado en la NASA, y ha sido un verdadero ejercicio personal y profesional, pero también espiritual”[31].
Como astronauta Víctor Glover realizó un vuelo hacia la Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés) dentro de la cápsula Resilience de SpaceX Crew Dragon. Llegando a la ISS con los otros tres miembros de la tripulación a bordo del primer vehículo espacial desarrollado comercialmente certificado por la NASA y la Administración Federal de Aviación para transportar astronautas a la baja órbita terrestre y viceversa.
Fue el primer astronauta afroamericano en ir en una misión a largo plazo, y para esta ocasión Glover llevó su Biblia y utilizó la sólida conexión a Internet a bordo de la nave para acceder a programas basados en la fe. Además de leer su Biblia y orar como parte de su vida diaria señaló antes de su partida en una entrevista al periódico Christian Chronicle que también había planeado participar en un “servicio virtual” y “donaciones virtuales” durante su misión espacial. Así resumió sus planes: “De hecho, llevo una Biblia, y tenemos muy buena conectividad a Internet... Así que, honestamente, probablemente continuaré con lo que hemos estado haciendo: servicio virtual, donaciones virtuales, leer mi Biblia y orar”[32].
Glover lleva 19 años de matrimonio con su esposa Dionna y tienen cuatro hijos. Ella se se educó y abrazó la fe en Jesús en la Iglesia de Cristo al este de la Bahía de San Francisco y llevó a Víctor a la fe cristiana después de que se conocieran en la Universidad Politécnica Estatal de California: “A medida que crecimos como familia fue cuando realmente comencé a desarrollar una madurez y aprecio real de mi propia fe y no solo académica”. La pareja ha asistido a dos congregaciones del área de Houston: League City Church of Christ y la Southeast Church of Christ en Friendswood[33].
Desde el espacio realizó la siguiente publicación en Instagram: “Tomé estas fotos hoy, me encantan los amaneceres y atardeceres. ¿Puedes ver las bandas de color? Me recuerdan la escritura en el Salmo 30, ‘el llanto puede durar una noche, pero el gozo llega por la mañana’. Parece más oscuro justo antes del amanecer. Les deseo a todos amor y luz. Buenas noches de la @iss”.
Jeff Williams (1958)
Jeffrey Nels Williams en la actualidad, es un oficial retirado del Ejército de los Estados Unidos y un astronauta de la NASA. Nació en Superior, Wisconsin, y se crió en Winter, Wisconsin. Siendo niño, alcanzó el nivel Estrella en los Boy Scouts de América. Se graduó de la preparatoria en Winter, Wisconsin, en 1976. Recibió el título de grado de ingeniero de la Academia Militar de los Estados Unidos en 1980, recibiendo su comisión en el Ejército de los Estados Unidos. Williams sirvió con el Ejército en el Centro Espacial Lyndon B. Johnson de 1987 a 1992 antes de entrenar como piloto de pruebas. En 1996, fue seleccionado por la NASA como candidato a astronauta y voló como especialista de misión e ingeniero de vuelo a bordo del transbordador espacial Atlantis en la misión STS-101 en el año 2000.
Durante su estancia de seis meses en la Estación Espacial Internacional en 2006, Williams orbitó la Tierra más de 2.800 veces. Durante la Expedición 13, trabajó en cientos de experimentos, realizó dos caminatas espaciales y capturó más fotografías de la Tierra que cualquier otro astronauta de la historia.
Williams también sirvió como ingeniero de vuelo para la Expedición 21 y asumió como comandante de la Expedición 22 en noviembre de 2009, arribando a la Estación Espacial Internacional con sus compañeros en la Soyuz TMA-16 que se lanzó el 30 de septiembre de 2009. Tras la Expedición 22 Williams, regresó a la tierra con el ingeniero de vuelo Maksim Suráyev, aterrizando en las estepas de Kazajistán el 18 de marzo de 2010, terminando una estancia de 167 días a bordo de la Estación Espacial.
En la Expedición 47, Williams superó el récord de Scott Kelly de 520 días acumulados en espacio, récord que fijó Kelly cuando volvió del espacio el 1 de marzo de 2016; Williams superó este récord al cumplir 534 días acumulados[34].
Williams también voló a bordo de la misión Soyuz TMA-8 de la Expedición 12, en sustitución del astronauta William S. McArthur. Anteriormente estaba en órbita como Ingeniero de vuelo y Oficial de Ciencia de la Expedición 13 a bordo de la Estación Espacial Internacional. Regresó a la Tierra el 28 de septiembre de 2006 y durante su estadía compartió por redes sociales espectaculares fotografías[35]. “Siempre hay algo bueno que mirar por la ventana”, aseguró Jeff, que durante sus misiones pasó la mayoría del tiempo en la cúpula, lugar habilitado en la Estación espacial Internacional, a 400 kilómetros de distancia de la superficie terrestre, un laboratorio donde trabajar y capturar miles de imágenes de la Tierra a través de las cámaras[36].
Después de su regreso de la Expedición 21, escribió el libro The Work of His Hands: A View of God 's Creation from Space (El trabajo de Sus Manos: Una vista de la creación de Dios desde el espacio), sobre su experiencia en el espacio. El libro refleja, en palabras de Williams, “las vivas lecciones sobre la bondad meticulosa de la providencia Divina, el cuidado de Dios para Su creación, y Su sabiduría al ordenar el universo”[37].
Cuando ha compartido sobre su experiencia y fe ha señalado que desde la ventana de la estación espacial, Williams pudo ver el espacio y el planeta Tierra, lo que fortaleció su fe en la creación de Dios, porque está convencido que el universo no es obra de la casualidad “Cuando miré por la ventana y vi todo esto, pude imaginar que todo los elementos son creación de un Dios infinito. Vi el diseño, la belleza, el propósito de todo y el orden en todos los detalles”[38].
Complementa señalando que todo lo que vemos, es parte de la creación de Dios. “Desde esa ubicación pude ver una vista espectacular de la enorme belleza de la obra del Creador (…) Estar aquí dentro de la estación y mirar por la ventana, sólo profundiza la comprensión de lo que sabemos por las Escrituras sobre la obra creativa y sorprendente de Dios. Es una experiencia que me hizo ver cuán pequeño soy”[39].
Además de su trabajo en la estación espacial, que incluyó dentro de sus labores realizar caminatas espaciales, apartó su tiempo devocional de oración y la lectura de la Biblia y un tiempo para escribir sobre lo que aprende[40].
En una entrevista se le consultó qué le diría a alguien que dice que existe un conflicto entre la ciencia y la fe, a lo que respondió:
“Me hacen esa pregunta con frecuencia. La idea de que existe conflicto entre la ciencia y la Biblia es algo muy común. Tengo un trasfondo científico bastante sólido: desde pequeño amé la ciencia y tengo estudios en ingeniería. He trabajado en áreas científicas durante toda mi carrera… particularmente en áreas científicas prácticas, no tanto en las áreas teóricas. He sido cristiano por más de 30 años. Debido a ese aparente conflicto entre la ciencia y la fe he pasado mucho tiempo estudiando. Mi conclusión (y la manera en que animo a otros cristianos) ha sido durante mucho tiempo: el conflicto no es entre la Biblia y la ciencia. La ciencia es el estudio de los fenómenos observables y repetibles. El conflicto no está ahí. El conflicto está en las presuposiciones que van detrás de tu ciencia. Así que es una cuestión filosófica. Hay conflicto entre la Biblia y la filosofía que pretende explicar toda la realidad sin incluir a Dios”[41].
Así, para Williams las únicas personas que realmente ven un “conflicto” entre la Biblia y la Ciencia son los que se niegan a reconocer la existencia de Dios y ofrece una interesante idea respecto al cristianismo, vocación y el trabajo:
“Antes era muy común la idea de que si eras cristiano y querías vivir tu vida con fidelidad, terminarías entrando a la labor ministerial: serías misionero o algo así. Dios bendiga a aquellos que han sido llamados a las misiones, al seminario para pastorear una iglesia o a otras labores ministeriales a tiempo completo. ¡La iglesia necesita eso y es un gran llamado! Pero cumplir tu llamado no significa necesariamente dedicarte al ministerio de tiempo completo, puedes dedicarte a toda clase de labores legítimas (mientras no sean contrarias a la Escritura)… eso incluye la ciencia y la ingeniería”.[42]
Conociendo al Creador del universo (y los multiversos)
Sin duda recorrer el espacio es una experiencia que muy pocos seres humanos han podido vivir, pero que parece estar caracterizada por dejar una profunda huella en sus protagonistas. Aquella huella va mucho más allá de los souvenirs y relatos, llegando al fuero interno y las convicciones respecto a la fe.
Así es como desde las primeras exploraciones varios creyentes expresaron sus impresiones y convicciones desde las naves espaciales, generando con ello tempranos conflictos en los tribunales terrestres, por lo cual la NASA recomendó discreción o silencio. Sin embargo, las advertencias de la agencia espacial no amedrentaron a los astronautas.
Fue así como en enero de 1971, dos de los tripulantes del Apolo 14, Shepard y Mitchell, depositaron sobre la superficie lunar un paquete que contenía la Biblia en microfilm y el primer versículo del Génesis en 16 idiomas. Seis meses más tarde, durante la misión del Apolo 15, James B. Irwin, tras caminar sobre la Luna, declaró haber “sentido el poder de Dios como jamás lo había sentido antes”.
Los astronautas (y quienes participan en la planificación de sus viajes), no están exentos de vivir las grandes preguntas existenciales y por cierto profesar una fe. Muchos de ellos desde la fe cristiana que han conocido antes de sus viajes o fortalecido y profundizado luego de ellos.
En 1998, John Glenn, que regresó al espacio después de 36 años, declaró: “Para mí es imposible contemplar toda la creación y no creer en Dios”. Quizás haya que estar en la Luna para encontrarse con el Señor[43], a una conclusión similar llegó Jeff Williams luego de 534 días en el espacio: “Cambiaría nuestra percepción —afirma—, todos deberíamos experimentar esta sensación, cobraríamos conciencia de dónde vivimos y qué acciones estamos tomando para cuidar nuestro hogar, la Tierra”[44]
Aquel cambio de opinión no se reduce solamente al cuidado de nuestro hogar temporal, sino también de la apreciación de la vida y nuestra relación con el Creador de ella: “Una cosa es estar aquí, mirar por la ventana y ver los elementos de la creación de Dios en el espacio profundo. Es absolutamente otra cosa al estar fuera, sólo dentro de este traje que es el mantenimiento de su vida y ver a través de mi máscara no sólo la amplitud y la majestuosidad del universo. Sólo se profundiza la comprensión, la observación de lo que sabemos a través de la Escritura acerca de la sorprendente obra creadora de Dios. es una experiencia que te hace entender lo pequeños y bendecidos que somos”[45]…Sin duda alguna las estrellas siguen contando de la gloria de su Creador.
[1] Will Hall, “Apollo 11: Aldrin celebrated Lord’s Supper on the moon”, JULY 12, 2019, consultado octubre de 2021
[2] Bill Carrel “La comunión en la Luna - Buzz Aldrin”, 30 de noviembre de 2005, consultado octubre de 2021
[3] Sergio Silva, ss.cc., Juan A. Navarrete “La reflexión teológica acerca de la técnica moderna en el último lustro del siglo 20”, Teología y Vida, Vol. XLIV (2003), 444 – 488, 2003, Santiago de Chile, consultado octubre de 2021.
[4] Javier Lozano “Dos astronautas relatan como creció su fe al observar la maravilla de la Creación desde el espacio”, 04 diciembre 2012, consultado octubre de 2021
[5] Juan Francisco Jimenez Jacinto “Los astronautas creen en Dios”, 30 de abril de 2014, consultado octubre de 2021
[6] Sarah Romero “Curiosidades sobre la Luna”, 02 de octubre de 2019, consultado diciembre de 2021
[7] National Geographic “Datos increíbles acerca de la luna”, consultado diciembre de 2021
[8] José de Segovia “La Fe de los Astronautas”, 16 de julio de 2019, consultado octubre de 2021
[9] Jenny Howard “Una breve historia sobre la exploración lunar”, publicado 18 de julio de 2019, consultado diciembre de 2021
[10] El Observador “La Fe de los Astronautas”, 22 de de julio de 2018 No. 1202, consultado octubre de 2021
[11] Nayelli Saavedra “Viajeros”, consultado diciembre de 2021
[12] Roberto Bravo “Astronautas, cosmonautas y taikonautas”, 14 de enero de 2020,consultado diciembre de 2021
[13] Esta historia ha sido relatada más de una vez por Ora Shlesinger, una de las estudiantes del citado profesor.
[14] Revista Hechos y Crónicas “La Fe de los Astronautas”, Noviembre 19, 2019, consultado diciembre de 2021
[16] Moon, en inglés significa luna.
[17] Fuente Original Revista Esquire, “Buzz Aldrin el astronauta rebelde”, 24 de marzo de 2010, consultado octubre de 2021
[18] H. Paul Honsinger “What Was Neil Armstrong's Relationship With Buzz Aldrin Like After The Moon Landing?”. Forbes, Jan. 23, 2018, consultado diciembre de 2021
[19] Protestante Digital “Neil Armstrong: la huella más importante del hombre no está en la Luna”, 26 de agosto de 2012, consultado octubre de 2021.
[20] Abad, Daniel “534 días en el espacio” (Octubre/diciembre de 2016) El heraldo del pueblo, España, Editorial Peregrino Sociedad Limitada, pág. 1
[21] Revista Hechos y Crónicas “La Fe de los Astronautas”, Noviembre 19, 2019, consultado diciembre de 2021
[22] La Tercera “El destino de los 12 hombres que pisaron la Luna tras dejar de ser astronautas”, 26 de agosto de 2012, consultado octubre de 2021
[23] La Tercera “El destino de los 12 hombres que pisaron la Luna tras dejar de ser astronautas”, 26 de agosto de 2012, consultado octubre de 2021
[24] Abad, Daniel “534 días en el espacio” (Octubre/diciembre de 2016) El heraldo del pueblo, España, Editorial Peregrino Sociedad Limitada, pág. 1
[25] Redacción El Universo.com “Astronauta ‘podría dar pruebas de la existencia de Dios’”, 25 de septiembre de 2014, consultado octubre de 2021
[26] EuropaPress “Astronauta del Apolo 16 dice que su experiencia vital es la "prueba científica" de que Dios existe”, 24 de septiembre, consultado diciembre de 2021
[27] Terry Virts, consultado diciembre de 2021
[28] Biographies of U.S. Astronauts “Virts”, consultado diciembre de 2021
[29] Terry W. Virts, consultado diciembre de 2021
[30] María Isabel Ortiz Fonnegra “Terry Virts se convirtió en el piloto más joven de la Nasa en 1999. Habló con EL TIEMPO”, 01 de octubre 2017, consultado octubre de 2021
[31] Editor “Astronauta cristiano dice que el amanecer y el atardecer desde el espacio exterior le recuerdan el Salmo 30”, 19 de enero de 2021, consultado octubre de 2021
[32] CBN News “El astronauta cristiano Victor Glover se dirigió al espacio con la Biblia”, 11-18-20, consultado octubre de 2021
[33] Redacción Protestante Digital “Astronauta cristiano une misión espacial y espiritual”, 21 de noviembre de 2020, consultado octubre de 2021
[35] CNN en español “Las espectaculares fotos del astronauta Jeff Williams desde la Estación Espacial”, 3 Septiembre, 2016, consultado diciembre de 2021
[36] Antena 3 noticias “Las espectaculares fotos del astronauta Jeff Williams tomadas desde la Estación Espacial Internacional”, Publicado: 29.10.2017 12:55. Actualizado: 29.10.2017 12:55, consultado diciembre de 2021
[37] Williams, Jeffrey “The Work of His Hands: A View Of God's Creation From Space”, 2010, Concordia Publishing House.
[38] Acontecer Cristiano “Astronauta fortalece su fe en el espacio: "Vi el trabajo de un Dios infinito", consultado octubre de 2021
[39] Acontecer Cristiano “Astronauta fortalece su fe en el espacio: "Vi el trabajo de un Dios infinito", consultado octubre de 2021
[40] Acontecer Cristiano “Astronauta fortalece su fe en el espacio: "Vi el trabajo de un Dios infinito", consultado octubre de 2021
[41] Emanuel Elizondo “El astronauta que proclama la gloria de Dios”, 11 de octubre de 2021, consultado diciembre de 2021
[42] Emanuel Elizondo “El astronauta que proclama la gloria de Dios”, 11 de octubre de 2021, consultado diciembre de 2021
[43] Juan Francisco Jimenez Jacinto “Los astronautas creen en Dios”, 30 de abril de 2014, consultado octubre de 2021
[44] Antena 3 noticias “Las espectaculares fotos del astronauta Jeff Williams tomadas desde la Estación Espacial Internacional”, Publicado: 29.10.2017 12:55. Actualizado: 29.10.2017 12:55, consultado diciembre de 2021
[45] Bibliatodo Noticias “Astronauta afirma su fe en Dios al vivir experiencias desde el espacio”, 6 de septiembre de 2016, consultado diciembre de 2021