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En la ciudad de Worms, hace casi 500 años, se dio uno de los eventos más importantes de la historia del protestantismo. Martín Lutero se enfrentó a un grupo de clérigos, nobles y al propio Carlos V para defender sus escritos y sus posiciones. La Dieta de Worms, como se conoce este histórico encuentro, no llevó a ninguna parte, y Lutero tuvo que huir para luego ser rescatado por su protector, Federico de Sajonia.
En esta ciudad de Worms se levantó en 1868 uno de los mayores monumentos a la Reforma iniciada por Lutero. El monumento consta de doce estatuas y ocho medallones de las figuras más importantes de la Reforma. Lutero en el centro, y abajo, alrededor suyo, las estatuas de cuatro personajes considerados como “pioneros” de la Reforma en Europa: Pedro Valdo, John Wycliffe, Jan Huss y Girolamo Savonarola.
Los cuatro fueron muy diferentes y provenían de variados lugares. Vivieron en tiempos y en contextos distintos, pero tuvieron muchas cosas en común. Sin la inspiración, trabajo, entrega y legado de estos cuatro hombres, quizá la Reforma protestante no se habría dado, o al menos no en las condiciones en las que se dio.
Pedro Valdo
Muchos detalles sobre Pedro Valdo no se saben, incluyendo su nombre, fecha y lugar de nacimiento, en otros muchos aspectos de su vida. Lo que sí sabemos es que, en 1170 Valdo era un mercader muy rico y conocido en la ciudad de Lyon, Francia. Tenía una esposa, dos hijas, y muchas propiedades.
Pero hubo un suceso que marcó su vida. Algunos dicen que fue testigo de la muerte repentina de un amigo, otros dicen que escuchó un canto espiritual de un cantor ambulante. Lo que sea que haya sucedido, causó en Valdo una conmoción profunda sobre su estado espiritual. Lo primero que decidió hacer fue leer la Biblia, pero como solo existía la Vulgata latina y su latín era pobre, contrató a dos académicos para que la tradujeran a su idioma.
Luego buscó consejo espiritual de un sacerdote, quien lo dirigió a la historia del joven rico en los Evangelios. Valdo tomó acción, le dio todo lo que tenía a los pobres y, desde entonces, determinó vivir en completa dependencia de Dios.
Comenzó a predicar con su Biblia en las calles de Lyon, especialmente a los pobres. Muchos se convirtieron y, para el año 1175, ya contaba con un grupo de seguidores, que también se deshicieron de sus posesiones y comenzaron a predicar. La gente comenzó a llamarlos “los pobres de Lyon”. Al crecer el grupo y convertirse en un movimiento, se esparció por Francia y otras partes de Europa, y fueron llamados “valdenses”.
Mientras más estudiaba Valdo las Escrituras, más se preocupaba sobre ciertas doctrinas, prácticas y estructuras de gobierno de la Iglesia. Las autoridades católicas no estaban contentas con la predicación de este desconocido hombre y terminaron por excomulgarlo. Después de la muerte de Pedro Valdo en el año 1205, el Movimiento valdense continuó creciendo.
John Wycliffe
Nació en el interior de Inglaterra, en una granja de ovejas a 200 millas de Londres. Ingresó a la Universidad de Oxford en 1346. En pocos años ya era considerado el principal filósofo y teólogo de la institución. En 1374 se convirtió en rector parroquial de Lutterworth.
Mientras tanto, Roma había exigido apoyo financiero de Inglaterra. John Wycliffe aconsejó que no se le diera apoyo a la Iglesia. Argumentó que la iglesia ya era demasiado rica y que Cristo llamó a sus discípulos a la pobreza, no a la riqueza. Tales opiniones metieron a Wycliffe en problemas y lo obligaron a responder por cargos de herejía. Tres meses después, el Papa emitió cinco edictos eclesiásticos contra Wycliffe, en los que fue acusado de 18 cargos y se le llamó "maestro de los errores".
Pero Wycliffe estaba dispuesto a defender sus puntos de vista. Aunque esto no le agradó a Roma, el asunto nunca tuvo consecuencias, pues había problemas al interior de la Iglesia y la popularidad de Wycliffe en Inglaterra era muy grande.
Wycliffe siguió estudiando las Escrituras y escribió más acerca de sus conflictos con la enseñanza oficial de la iglesia. También empezó a traducir la Biblia al inglés. Murió en 1384 antes de que la traducción se completara y antes de que las autoridades pudieran condenarlo por herejía. 43 años después de su muerte, los oficiales ingleses desenterraron su cuerpo, quemaron sus restos y arrojaron las cenizas al río Swift. Aun así, no pudieron deshacerse de él. Las enseñanzas de Wycliffe, aunque obstaculizadas, continuaron extendiéndose.
Jan Huss
Jan Huss nació en el reino de Bohemia alrededor de 1369. Nacido en una familia pobre, entró en el sacerdocio, buscando prestigio y una mejor vida. Llegó a ser un reconocido predicador, pero pasó mucho de su tiempo sirviendo en la academia como decano de la facultad de filosofía de Praga.
Prontamente, empezó a predicar “sermones violentos” en contra de la iniquidad rampante del clero, lo que lo llevó a ser reportado al arzobispo. Mientras Huss leía las Escrituras y veía a los papas de su época abusar de su poder, concluyó que la autoridad papal no era final. Él necesitaba un fundamento más firme que aquel construido sobre la paja de las opiniones de los hombres, sin importar cuán respetados fueran.
Su entendimiento de la autoridad final de las Escrituras fue encendido en la medida que él leía las obras condenadas de John Wycliffe. Argumentó firmemente contra las indulgencias, abogó por que se sirviera tanto el pan como el vino en la comunión, y predicó en el lenguaje común en vez del latín.
Su alianza con las enseñanzas de Wycliffe lo llevó a ser excomulgado, a ser juzgado como hereje y a ser condenado a la hoguera en 1415. Luego de su muerte, Bohemia se escandalizó. Sus seguidores se rebelaron contra Roma en una protesta violenta que duraría más de una década.
Girolamo Savonarola
Girolamo Savonarola nació en una familia adinerada en Ferrara, Italia, en 1452. Aunque sus padres querían que estudiara medicina, él tomó a los 23 años la decisión de unirse a la orden dominicana. Como joven fraile, profundizó en las obras de Tomás de Aquino y en las Escrituras.
Savonarola llegó a Florencia en 1490, ya reconocido por su gran conocimiento. Sin embargo, fue su predicación la que lo llevó al centro de la reforma y política florentina. Frecuentemente, desde la catedral en Florencia, Savonarola predicaría a miles en el idioma de las personas y no en latín, usando poderosas imágenes y el lenguaje sencillo de las Escrituras. Anunció la gracia salvadora de Cristo con potencia bíblica mientras ofrecía severas críticas a las prácticas inmorales de líderes políticos y eclesiásticos.
De 1494 a 1498, Savonarola fomentó un dramático cambio político y social en Florencia. Su predicación se volvió mucho más profética. Hacia la cúspide de estos cambios, organizó a los jóvenes de Florencia para modelar e incitar una reforma, haciendo varias “Hogueras de Vanidades” en las que se quemaban objetos que se consideraban pecaminosos. Finalmente, Savonarola fue excomulgado por el papa Alejandro VI, a quien tanto criticó. Fue juzgado y quemado en la hoguera en 1498.
Un mismo espíritu
Estos pre reformadores tenían muchas cosas en común y un mismo espíritu.
Todos condenaron la inmoralidad de la iglesia. Valdo, Wycliffe y Huss condenaron la doctrina de las indulgencias. Todos condenaron los abusos del papa de Roma y del clero en general. Todos fueron excomulgados por la iglesia de Roma debido a sus posturas, y dos de ellos, Huss y Savonarola, ardieron en la hoguera. Ninguno de los cuatro personajes se retractó de sus posiciones. Tanto valdenses, como lolardos y husitas, posteriormente se unieron al protestantismo. Pero el hecho más relevante es que todos rescataron la autoridad de las Escrituras y la predicaron en la lengua del pueblo, en un tiempo en el que hacerlo era muy peligroso.
La influencia de estos personajes sobre Martín Lutero también fue muy relevante. Wycliffe tuvo una influencia muy grande sobre Huss. Muchos consideran que Huss fue seguidor de las ideas de Wycliffe. Aunque Lutero rechazó inicialmente las ideas de John Huss, finalmente dijo “Todos somos husitas sin saberlo”. Lutero admiró a Savonarola y encontró inspiración en su vida. Lutero siempre creyó que, al defender sus ideas, terminaría en la hoguera como Huss y Savonarola. Pero Dios cambiaría la historia y Lutero vivió para ser el primer reformador.
¿Y tú? ¿Qué piensas? ¿Crees que la reforma protestante hubiera sido posible sin la labor de estos cuatro hombres? ¿Crees que la reforma protestante se hubiera podido evitar si la Iglesia católica le hubiera escuchado?
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