Así afrontan las iglesias latinas los efectos del confinamiento por el COVID-19

Miles o tal vez millones de iglesias en toda Latinoamérica tuvieron que cerrar sus puertas y someterse a las políticas impartidas por sus gobiernos locales para prevenir la expansión del coronavirus. Este desafío que tomó desprevenida a la humanidad, ha hecho que las congregaciones se adapten a la pandemia y creen estrategias nuevas para mantenerse unidas como cuerpo de Cristo.

Quisimos comunicarnos con varios pastores y líderes cristianos de cinco países latinoamericanos para conocer cómo han afrontado como congregación la crisis, sus enseñanzas, sus retos y sus experiencias de vida como iglesia a pesar de la pandemia. 

En la ciudad de Lima, Perú, los creyentes de la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera en Breña recibieron con mucho temor la llegada del COVID-19 a su país. Según su pastor, Adrián Quijandría a pesar de ser cristianos, el miedo los invadió. Sin embargo, a medida que fue pasando el tiempo, la confianza en Dios por parte de la congregación fue aumentando, y hoy florece un sentimiento de valentía y determinación para seguir creciendo en la fe de aquel que los llamó al reino eterno.

Por su parte, Víctor Chavarri pastor en Pucallpa, Ucayali se refirió acerca de cómo su congregación ha tomado la pandemia: “lo tomamos con mucha preocupación, pero también como un gran reto. En algunos casos hay mucho miedo, y otros tratan de buscar una respuesta bíblica y teológica al respecto”.

“En general con una actitud de resiliencia, llenos de convicción. En nuestro caso particular sentimos que Dios nos venía advirtiendo que no podemos confiar en un estilo de vida como el que teníamos. De hecho, habíamos comenzado programas para apoyarnos en nuestra vida devocional que, venida la crisis, fueron una confirmación que debemos depender más de Dios y menos de nuestros planes y logros personales”, dijo Diego Cardona pastor de la iglesia El Redil Estadio, en Medellín, Colombia con respecto a su iglesia y la enseñanza que les ha impartido Dios a través del coronavirus.

Sin duda, la pandemia ha aumentado en los creyentes la confianza en su creador, basado en su bondad y en su misericordia, pero también, otra de las grandes enseñanzas que le ha dejado a la iglesia estos tiempos difíciles es la necesidad de valorar aún más cada cosa que tenían.

Jacobis Aldana, pastor en la Iglesia Bíblica Soberana Gracia en Santa Marta, Colombia, expresó que la congregación que pastorea, en medio de la cuarentena ha aprendido a valorar mucho más el congregarse. La situación de confinamiento ha impedido que la comunión entre creyentes y la santa cena siga siendo una de sus prácticas eclesiásticas. 

“Hemos aprendido a amar a nuestra iglesia local, nuestro Dios la estableció como la novia del cordero, como la familia de la fe, como el edificio de Dios y eso creo que ha sido una de las lecciones más importantes”, dice el pastor Jacobis. Para él, las enseñanzas sobre la soberanía ahora no solo se han quedado como un conocimiento más, sino que deben convertirse en una realidad práctica en sus vidas. 

En República Dominicana, la Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo ha reaccionado de una manera bíblica con respecto a la crisis, entendiendo que Dios tiene el control de todas las cosas y que hace que cada situación sea conforme a los designios de su voluntad. Marcos Peña, integrante del cuerpo pastoral de esta congregación, manifestó que han visualizado una actitud de dependencia del Señor, a pesar del inminente dolor que sienten por la lejanía física como iglesia al no poder reunirse. 

“Nosotros creemos que Dios en su soberana voluntad está detrás de esta pandemia, no somos de los que pensamos que las aflicciones o los males vienen del diablo o son independientes de Dios, las Escrituras dicen claramente que en muchos lugares Dios envía tanto lo uno como lo otro, Eclesiastés 7:14 dice: En el día del bien goza del bien; y en el día de la adversidad considera. Dios hizo tanto lo uno como lo otro, a fin de que el hombre nada halle después de él.”, acotó el pastor dominicano.

Unidos a través de la web

Facebook e Instagram, los gigantes en redes sociales han informado que las transmisiones en vivo sobre clases de gimnasia, recitales y servicios religiosos han aumentado hasta en un 50% desde enero de 2020.

Y esta cifra no está alejada para nada de la realidad. A pesar de que muchas iglesias ya habían implementado el uso de redes sociales y plataformas como YouTube y Facebook para transmitir sus servicios, la llegada de la crisis provocó que gran parte de las congregaciones recurrieran a las plataformas de streaming para mantenerse unidos en medio del aislamiento social.

Justin Burkholder, pastor de la Iglesia Reforma en Guatemala y miembro del Consejo Pastoral de Coalición por el Evangelio, declaró que en su congregación los pastores se han volcado a las llamadas como herramienta para estar al tanto de la situación de los creyentes. Afirma que sus comunidades misionales siguen reuniéndose, pero de manera virtual a través de plataformas como Zoom. “Los domingos, transmitimos la prédica y nos hemos reunido por Zoom también para orar juntos y tomar la santa cena”.

Manifiesta también Burkholder que, ésta crisis ha afirmado algo que han intentado impulsar desde el principio como congregación: el sacerdocio del creyente. “Vemos la importancia de descentralizar la misión del pastor. Cuando todos participamos en la misión desde nuestra vocación, la iglesia cumple su función en la sociedad”. 

Sin duda, la existencia de grupos pequeños y ministerios constituidos han sido de gran ayuda para el pastoreo de la grey en medio de la crisis del coronavirus. 

En la iglesia el Buen Pastor en la ciudad de Lima, Perú, el pastor Ramiro Berrocal dice que como iglesia se mantienen en unidad también a través de las redes sociales. “Los líderes de ministerios mantienen contacto una o dos veces por semana con su grupo. Ante cualquier dificultad mayor lo tratamos con todo el equipo”.

Por su parte en la Ciudad de México, México, la Iglesia Evangélica Cuajimalpa al igual que en todas las congregaciones de este país, han tenido que cerrar sus puertas y trasladar los servicios a las redes sociales. Nathan Díaz, pastor de esta iglesia ha mostrado la importancia que ha tenido la plataforma Zoom en la vida de sus ovejas. “A través de Zoom el grupo de alabanza y el grupo de jóvenes tienen devocionales y también seguimos teniendo nuestra reunión de oración por este medio”, acotó el pastor y también productor del programa de radio “Clasificación A”. 

Para él, es importante que la iglesia se mantenga estudiando y meditando en las Escrituras y por eso buscan a diario subir videos de miembros compartiendo alguna reflexión bíblica. Los creyentes utilizan el hashtag #Contagiados al subir los videos a sus redes sociales para representar la manera en que también podemos "ser contagiados" por las verdades de la Palabra. 

En Medellín, Colombia, el pastor Cardona también ha implementado la ejecución de diversos programas a través de la web, tales como devocionales, escuela bíblica y chat comunitario. También realiza dos programas radiales al día, que han servido para mantener unida a la congregación a través de la Palabra de Dios.

Sin duda alguna, Dios ha permitido que la iglesia tenga a la mano las nuevas tecnologías para afrontar esta crisis, como lo expresó el pastor dominicano Marcos Peña: “damos muchísimas gracias a Dios, que esta crisis ocurre en esta época y no en tiempos pasados. Hace 10 o 15 años, posiblemente no hubiéramos tenido la oportunidad de mantenernos en contacto con tantas herramientas tecnológicas”.

Una prueba de fe en medio de la crisis

El cuerpo de Cristo en medio de la pandemia ha visto probada su fe. La crisis ha hecho florecer una teología práctica, ahora la soberanía de Dios, la perseverancia de los creyentes y el amar a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos se hacen mucho más evidentes. 

Todos los pastores consultados expresaron como la mayoría de sus creyentes ahora se preocupan mucho más los unos de los otros. En Santa Marta, el pastor Jacobis Aldana ha utilizado el grupo de WhatsApp congregacional y un grupo privado de Facebook para que los miembros puedas orar juntos por las necesidades de sus hermanos.

Lo mismo en la Iglesia El Redil Estadio en Medellín, quienes a través de llamadas mantienen una comunicación activa como congregación, apoyándose mutuamente y orando los unos por los otros. Ellos han creado una campaña denominada “Una mano para tus hermanos”, que consiste en movilizar toda clase de recursos para ayudar a las 60 familias más necesitadas entre sus miembros, así como otras tantas cercanas a la iglesia. 

En la Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo, en Santo Domingo, República Dominicana, los pastores y diáconos se han dado a la tarea de llamar uno a uno a los 700 miembros con los que cuenta la congregación, pensando primero en los más frágiles, pero en general para compartirles el mensaje de que pueden contar con su apoyo no solamente en la oración, sino también en suplir cualquier otra necesidad. En tal virtud, un grupo de diáconos se encargan del ministerio de misericordia, ayudando a todos aquellos que tiene pocos ingresos o que incluso han perdido sus empleos a través de alimentos y productos de primera necesidad.

El pastor Nathán Díaz, por ejemplo, testificó sobre un evento que nunca pensó que sucedería y que la crisis del coronavirus ha producido: “una de las cosas que Dios está haciendo en medio de todo esto ha sido que el alcalde de nuestro municipio me contactó para que oráramos por él. Él no es creyente, pero ha estado muy abierto a escuchar consejo y a hablar del evangelio. Su preocupación por hacer lo correcto como gobierno lo ha vuelto más sensible a su necesidad de Dios. Esta ha sido una oportunidad para nosotros de dar testimonio al orar por nuestras autoridades y también de mostrar el tipo de esperanza en Cristo que tenemos, profunda y eterna”.

En Perú, Adrián Quijandría dice que han aprendido a valorar y a tomar con mucha seriedad el compañerismo, la comunión, la adoración y la misión, más como cuerpo que como individuos. Como iglesia el Señor les ha quitado algo que para muchos era una rutina semanal, quienes ahora reconocen que debe ser una parte vital de su identidad cristiana. “Dios nos está llevando a considerar nuevas formas de ser iglesia, de vivir nuestra espiritualidad, manteniendo la pureza de nuestro evangelio y cumpliendo con nuestra misión teniendo una adecuada lectura de los tiempos y un sabio uso de los medios que Dios ha puesto a nuestro alcance”, concluyó el pastor.