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La lectura de la Biblia es un rasgo central de un auténtico cristiano; no se puede ser un creyente genuino si no se leen las Escrituras de forma personal y constante. Sin embargo, podríamos preguntarnos, ¿qué tan regularmente deberíamos leer la Biblia? El mismo texto sagrado nos da pistas. El famoso Salmo 1 nos dice: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche”.
Entonces, ¿un verdadero creyente debería leer las Escrituras todos los días? La respuesta es un rotundo sí. La siguiente pregunta es si realmente los cristianos tienen el hábito de meditar en la Biblia y con qué tanta frecuencia lo hacen. Con esta inquietud en mente, LifeWay Research encuestó aproximadamente 2,500 cristianos protestantes de los Estados Unidos que asistieron a la iglesia al menos una vez al mes durante el periodo anterior a la encuesta[1].
Lo interesante es que el estudio demostró que son pocos los encuestados que leen las Escrituras diariamente.
Los números
Los encuestados fueron seleccionados para incluir a aquellos que se identificaron como protestantes o no confesionales y que asistieron a servicios de sus respectivas congregaciones al menos una vez al mes durante el estudio. Este estudio nos arroja luz sobre la importancia de fortalecer nuestra relación con Dios a través de la meditación constante en la Palabra de Dios, y sobre la poca importancia que, al parecer, muchos creyentes le dan a este aspecto central de su fe.
Pero vayamos a los números que arrojó la encuesta. Solo el 32% de los protestantes que asistieron a la iglesia durante el periodo de la encuesta dijeron que leían la Biblia a diario. El 27%, es decir, alrededor de una cuarta parte dijo que la leían varias veces por semana. El 12% de los encuestados dijo que la leía una vez cada semana. El 11% afirmó que meditaba en las Escrituras varias veces cada mes. El 5% dijo que la leía una vez cada mes y el 12% admitió que rara vez o nunca leían la Biblia.
En cuestiones de edad, los creyentes de 50 a 64 años mostraron más posibilidades de decir que leen la Biblia todos los días, con un 35%. Las personas de menos de 50 años solo tienen un 30% de posibilidades de meditar en las Escrituras a diario. Otro rasgo interesante es que, entre los grupos demográficos, son los hispanos los que, según el estudio, tuvieron más posibilidades de leer la Biblia todos los días con un 40%.
Por otro lado, aquellos que asisten a la iglesia todas las semanas tienen más probabilidades de desarrollar el hábito diario de leer la Biblia con un 34%, frente a aquellos que asisten con menos frecuencia con un 27%.
El efecto de meditar en la Palabra de Dios
En este punto vale la pena recordar la oración de Jesús en Juan 17:17, cuando dijo: "Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad". Así, la lectura y la meditación diaria en las Escrituras, acompañadas del hábito de congregarse, hacen que un creyente desarrolle el carácter de Cristo.
En un estudio previo de LifeWay Research, se descubrió que la lectura diaria de la Biblia era el factor más importante que hacía que los niños desarrollaran una fe propia y la mantuvieran cuando crecieran[2]. La lectura de la Palabra de Dios todos los días enciende los corazones de quienes la leen para desarrollar una fe personal fuerte y consistente, ya que alimenta como ninguna otra cosa el deseo de buscar y de agradar al Señor.
Pero, volviendo a este estudio, LifeWay Research también le preguntó a los encuestados si pensaban en las verdades bíblicas durante todo el día y si la falta de lectura bíblica diaria les afectaba. Las respuestas a estas preguntas estuvieron estrechamente ligadas con la regularidad con la que los encuestados leían la Biblia.
Cuando se les preguntó si pensaban en las verdades bíblicas durante todo el día, el 32% de los protestantes encuestados dijo que sí rotundamente. El 36% estuvo de acuerdo de forma moderada, el 12% no estaba de acuerdo y el 20% no estaba seguro. De aquellos que respondieron que leían la Biblia a diario, el 51% afirmó que pensaba en las verdades meditadas en las Escrituras durante todo el día.
Para aquellos que afirmaron que leían la Biblia algunas veces a la semana, el 32% dijo que pensaba en las verdades bíblicas durante el día. Esta cifra cayó a un 20% entre quienes respondieron que leían las Escrituras una vez por semana o unas pocas veces al mes, y un 9% entre quienes meditaban en ella una vez al mes o menos.
Las cosas en las que pensamos a diario son muy importantes, pero ¿cómo podremos pensar en las verdades divinas si no meditamos en la Palabra de Dios a diario? La acción de leer la Biblia influye en los pensamientos. Si nuestra meditación durante el día está arraigada en nuestro estudio de las Escrituras, nuestras conversaciones y acciones muy probablemente van a honrar al Señor.
De los encuestados, un 33% dijo que sentía la necesidad de leer la Biblia a diario porque les proveía un tiempo para alimentar su relación con Dios. El 25% estuvo de acuerdo (aunque no totalmente) con la necesidad diaria de leer las Escrituras. El 20% estuvo en desacuerdo y el 22% no estuvo de acuerdo ni en desacuerdo.
La falta de Biblia
Tal vez el mejor indicador de que leer las Escrituras provee crecimiento espiritual y deleite es que los lectores la extrañan después de varios días sin meditar en ella. Vale la pena recordar lo que dice Hebreos 4:12: "Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón".
Estas cifras deberían hacer que cada creyente medite en su necesidad personal de leer la Palabra de Dios a diario y de promover la lectura de la Biblia en medio de su familia y de sus círculos cercanos. Pero también debería despertar la reflexión entre los líderes y pastores sobre la importancia de promover, a través de la predicación, de la enseñanza, de la consejería, de las conversaciones y del ejemplo, el hábito de leer las Escrituras a diario en medio de sus congregaciones.
[1]Para acceder al estudio, visita el siguiente enlace:
[2]Para consultar este tema, puedes dirigirte al siguiente video:
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