En los últimos años hemos visto un creciente interés por la plantación de iglesias en las grandes ciudades de nuestro continente.
Esto no siempre fue así. Por ejemplo, la iglesia evangélica en México creció principalmente en el ámbito rural, en donde los primeros ministros protestantes fueron recibidos con más apertura, pues las ciudades coloniales eran muy influenciadas por el catolicismo. Incluso hoy los municipios pequeños mantienen esta tendencia: “La presencia de la feligresía protestante y evangélica es mayor a su promedio nacional en localidades menores a 10 000 habitantes”, afirmó Alejandro Díaz Domínguez, refiriéndose a los hallazgos del Censo 2020 sobre religión en México.
Pero las grandes ciudades se diversificaron con la migración de los evangélicos durante las décadas de los cuarenta a los setenta. Para los años ochenta, la presencia evangélica en las zonas urbanas incrementó notoriamente, y desde entonces no ha parado de crecer. Como plantador de iglesias en México por casi 30 años, considero fundamental profundizar en las oportunidades y desafíos propios de servir en la ciudad, y pretendo en este artículo hacer una breve reflexión al respecto.
Sociedades urbanas en la Biblia
Para hablar sobre plantación de iglesias en las grandes ciudades debemos empezar por sentar las bases bíblicas sobre las cuales se desarrolla este ministerio.
En el Evangelio de Lucas encontramos un constante uso de la palabra Polis: en 4:43 Jesús dice que Él tiene que predicar el evangelio en otras “ciudades”, en 10:1 Él envía a Sus discípulos a anunciar Su llegada en las “ciudades”, y en 10:8 vemos cómo esas mismas “ciudades” rechazaron Su mensaje. Los lugares en los cuales se anunció la llegada del Reino de los Cielos son descritos claramente: Nazareth, Capernaum, Naín, Betsaida y Arimatea.
Por otra parte, en el libro de los Hechos Lucas describe cómo el ministerio del apóstol Pablo se desarrolló alrededor de las ciudades del Imperio romano. En estas polis había una fuerte influencia política y económica, y los judíos y gentiles convivían sin tantas restricciones. También es evidente cómo el ministerio de la iglesia se moviliza de Jerusalén a Antioquía y luego a Roma. Pablo pudo haber ido a las zonas rurales del Mediterráneo, pero decidió ir a las grandes ciudades y compartir el mensaje del evangelio en un contexto culturalmente complejo. En su ministerio, buscó formas de enseñar a Cristo utilizando elementos culturales de dichas sociedades urbanas.
Diferencias entre el ministerio urbano y el rural
Pensando en que Jesús y Pablo enfocaron sus ministerios en las ciudades de su tiempo y no en las zonas rurales, debemos preguntarnos: ¿qué hace distinto plantar iglesias en una ciudad que en un área rural? ¿En cuál de los dos ámbitos es más fácil hacerlo?
Mi propia experiencia en la plantación de iglesias en grandes ciudades y en pueblos pequeños me ha mostrado que, en el proceso de plantar una nueva iglesia, la parte del evangelismo se da más fácilmente en el contexto urbano. Las personas en las grandes ciudades, al vivir en un contexto multicultural, están abiertas a nuevas ideas. Al estar rodeadas de diversas maneras de pensar y vivir, quienes viven en la ciudad demuestran mayor apertura a convivir con personas diferentes a ellos.
Así, los contextos urbanos crean una gran necesidad de aprender a ser tolerantes, lo cual permite que se escuche el mensaje del evangelio con más apertura. En cambio, esta disposición no es tan evidente entre las personas que viven en un área rural o en una ciudad pequeña, en donde hay más uniformidad cultural y en donde la comunidad es más cerrada y tradicional. Timothy Keller dice que “las ciudades son lugares de refugio en donde personas que normalmente estarían separadas se ven forzadas a interactuar para sobrevivir”.
Con todo, es importante reconocer que el proceso del discipulado es menos difícil en las áreas rurales o en las ciudades pequeñas. Las personas de las grandes urbes tienen menos tiempo disponible para reunirse y ser edificadas en estudios bíblicos o en reuniones pequeñas. El transporte, las distancias y las diferentes ocupaciones hacen que la vida comunitaria de la iglesia sea un gran desafío.
Además, encontrar un lugar en la ciudad para las reuniones de la iglesia se hace cada vez más difícil debido a la gentrificación: un área urbana experimenta cambios significativos en su composición demográfica, económica y cultural debido a la llegada de nuevos residentes de mayor poder adquisitivo. La Pandemia ha traído cambios en muchas ciudades globales, como CDMX, a dónde muchos extranjeros se están trasladando en busca de costos menores de vivienda y alimentación. Esto ha provocado un encarecimiento de las rentas y ha hecho casi imposible que nuevas iglesias puedan adquirir una propiedad en las partes centrales de la ciudad.
Contextualización para la ciudad
Varios rasgos propios de la vida urbana hacen que sea difícil tener éxito en la plantación de iglesias. Pero a esto se suma el importante desafío de la contextualización.
La palabra “contextualización” hace refencia al hecho de que solo hay un evangelio bíblico (Ga 1:8), pero este debe ser expresado de maneras distintas de acuerdo al contexto en el que predicamos el mensaje. Por ejemplo, Pablo fue a la ciudad de Atenas y allí utilizó elementos de su cultura griega para hablar del mensaje de las buenas noticias (Hch 17:22-34). Así mismo, Jesús utilizó ilustraciones y formas de expresión con las que Sus oyentes podían identificarse, como la imagen de un “sembrador” para explicar de la receptividad del corazón a la Palabra de Dios, la imagen de “pescadores” para describir a los apóstoles, y una “perla de gran precio” para referirse al reino de Dios.
Un plantador de iglesias urbano debe saber cómo comunicar el evangelio en el contexto de la ciudad en la que vive; debe ser un experto en comprender los valores y creencias que sus oyentes abrazan para aplicar las verdades del evangelio a su realidad. D.A Carson dice que “Ninguna verdad que los seres humanos articulen podrá jamás articularse de manera que trascienda la cultura”. En otras palabras, todo lo que expresamos está dicho en el contexto de una cultura u otra, y nunca es un mensaje sin influencias culturales.
La urgencia de ministrar en la ciudad
Nuestras ciudades latinoamericanas siguen creciendo. De acuerdo con una investigación de BBVA, se espera que para el 2050 el 86% de la población de nuestro continente viva en las grandes ciudades. Así, el futuro de la fe cristiana en nuestra región dependerá de lo que ocurra con la iglesia en estas urbes tan influyentes. Albert Mohler, presidente del seminario teológico The Southern Baptist Theological Seminary, comentó lo siguiente al respecto:
Hasta aquí queda todo claro: “dónde están las ciudades allí está la gente”. En el transcurso de menos de 300 años, nuestro mundo habrá pasado de tener el 3% de la población en ciudades a tener el 80% por ciento de residentes en áreas urbanas. Si la iglesia cristiana no aprende las nuevas formas de ministerio urbano, nos quedaremos fuera y mirándonos hacia dentro. El evangelio de Jesucristo debe convocar a una nueva generación de cristianos comprometidos con esas agrupaciones urbanas. Tal como aclaran estas nuevas cifras, la verdad es que no hay elección.
Esto lo dijo después de leer el reportaje de 2010 titulado El futuro de las ciudades del Financial Times.
En conclusión, aunque son diversos los desafíos a los que los cristianos de hoy se enfrentan para plantar nuevas iglesias en las grandes ciudades de Latinoamérica, necesitamos responder al llamado de hacer discípulos. Al recordar la obra del Espíritu en el Nuevo Testamento y la misma historia de nuestros países, podemos confiar plenamente en el respaldo de Dios para que Su pueblo continúe expandiendo Su reino.
Así pues, no dejemos de orar. Clamemos para que más iglesias sean plantadas en nuestras grandes ciudades y que la fe del pueblo de Dios impacte positivamente la sociedad, revelando a Jesucristo por medio de Su amor.
Referencias y bibliografía
Alejandro Díaz Domínguez | Nexos
Urbanización y cambio religioso | Asociaciones religiosas
Por qué Dios creó las ciudades | Timothy Keller
El mantenimiento de verdades científicas y cristianas en un mundo postmoderno | D. A. Carson
Urbanización en América Latina | BBVA Research
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