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Todos utilizamos el internet para responder preguntas importantes de nuestro día a día. Buscamos cómo preparar una receta, instrucciones para hacer un arreglo en nuestras casas y recomendaciones para llegar a algún destino en la ciudad. Pero, con toda sinceridad, también lo usamos para responder preguntas teológicas. Ponemos en Google: “¿Cómo puedo conocer la voluntad de Dios para mí?”, esperando encontrar alguna guía.
El problema es que Google y otros motores de búsqueda no organizan los resultados de acuerdo con la precisión teológica o exegética de los websites, sino según su posicionamiento. En otras palabras, cuando las personas consultan sus dudas teológicas y éticas en internet, es posible que los portales que aparecen como los resultados más confiables contengan herejías. Esto es particularmente grave cuando alguien que conoce poco de la Biblia termina llegando a los sitios oficiales de sectas como los mormones o los testigos de Jehová.
En una época en la cual se puede tener un acceso tan libre a millones de páginas virtuales, podríamos afirmar que el posicionamiento en Google puede tener un impacto directo en la vida espiritual de creyentes e incrédulos. Entonces, ¿cómo funciona el posicionamiento de los sitios web? ¿Qué herejías están en los buscadores y al alcance de un clic? ¿Qué hacer al respecto? Abordaremos estas preguntas a lo largo del artículo.
Optimización de motores de búsqueda y fe
Cuando una persona hace una consulta en algún buscador como Google, Bing o Yahoo, es muy probable que haga clic sobre el primer resultado que aparezca. En caso de que no le llame la atención el primer resultado, decidirá consultar el segundo o el tercero. Así, entre mejor posición tenga una página web en un motor de búsqueda, más probable es que el usuario acceda a ella.
¿Cómo se determina cuál resultado aparece primero en la lista? La respuesta es: por medio del “algoritmo de posicionamiento”, un conjunto de reglas y fórmulas matemáticas utilizadas por los motores para decidir qué contenido es más relevante y útil para los usuarios en función de sus consultas. Estos buscadores utilizan una variedad de factores para calcular el ranking de las páginas web y ofrecer resultados de alta calidad.
Algunos de los factores principales que influyen en los algoritmos de posicionamiento son:
- La relevancia y calidad del contenido de una página según la intención de búsqueda del usuario.
- La presencia y relevancia de palabras clave en el contenido de la página y en diversos elementos como títulos, encabezados y metaetiquetas.
- La experiencia del usuario, determinada por la usabilidad del sitio (velocidad de carga, facilidad de navegación y adaptabilidad a dispositivos móviles).
- Los enlaces entrantes, es decir, la cantidad y calidad de enlaces externos que apuntan a una página.
- La organización y la estructura del sitio web, incluyendo la jerarquía de las páginas y la coherencia en la arquitectura.
- La presencia en redes sociales y la interacción social.
El posicionamiento de una página es tan importante que desde hace años los desarrolladores web han concentrado sus esfuerzos en realizar un proceso conocido como “SEO”, cuyas siglas en inglés significan “Optimización para Motores de Búsqueda”. El objetivo principal de las estrategias de SEO es aumentar la cantidad y calidad del tráfico hacia un sitio web, es decir, buscar que más personas hagan clic en una página y permanezcan tiempo explorando su contenido. Esto se logra mediante la optimización de los factores de posicionamiento que mencionamos anteriormente.
De alguna manera, internet es como un gran mercado, y el SEO permite que una tienda reciba más clientes potenciales. El Digital Marketing Institute lo describió de esta manera:
En resumen, el SEO es crucial porque hace que tu sitio web sea más visible, lo que significa más tráfico y más oportunidades para convertir prospectos en clientes (...) También es una herramienta valiosa para crear conciencia de marca, construir relaciones con prospectos y posicionarte como un experto autorizado y confiable en tu campo.
Ahora, ¿qué tiene que ver todo esto con la iglesia y su misión de hacer discípulos? De acuerdo con la definición anteriormente citada, una página web adquirirá autoridad en un campo del saber por medio de su posicionamiento en los buscadores. En palabras más sencillas, si las páginas de los testigos de Jehová aparecen mejor posicionadas en Google cuando hacemos una pregunta teológica, significa que ellos están haciendo un esfuerzo para mostrarse como los expertos en el tema.
En la práctica, esto implica que los cristianos menos maduros pueden estar estudiando en internet sobre Dios de manera errónea, con recursos teológicamente incorrectos. Además, muchos no creyentes quizás están aprendiendo sobre temas espirituales en páginas web de sectas, sin siquiera saber que hay otras perspectivas.
¿Cómo se ve esto en la práctica?
Herejías disponibles en Google
BITE probó el posicionamiento de páginas web de sectas como los testigos de Jehová y los mormones con resultados en tiempo real. Desde diferentes países latinoamericanos (México, República Dominicana, Panamá, Colombia y Chile), escribimos en Google cuatro preguntas teológicas fundamentales para la fe cristiana con el objetivo de comprobar si obtendríamos resultados similares en los diferentes servidores.
Aquí hay algunos de esos resultados:
- Respecto a “¿Cuál es la naturaleza de Dios?”, en la mayoría de los países dos de los tres resultados mejor posicionados correspondían a las páginas oficiales de los mormones y de los testigos de Jehová.
- En cuanto a “¿Qué va a pasar al final de los tiempos?”, encontramos que la web oficial de los testigos de Jehová apareció en casi todos los países como el segundo o el tercer resultado mejor posicionado.
- Cuando buscamos la pregunta “¿Quién es Jesús?”, pudimos ver que en casi todos los países el sitio oficial de los mormones aparecía de primero o segundo.
- Al consultar “¿Cuál es la revelación de Dios?”, hallamos que el segundo resultado mejor posicionado pertenecía a la página web oficial de los mormones en la mayoría de los países.
Ahora ¿es realmente tan grave lo que los testigos de Jehová y los mormones (la iglesia de Jesucristo de los santos de los últimos días) creen acerca de estas preguntas teológicas? En realidad, sí. Por ejemplo, al hablar sobre la naturaleza de Dios, la página de los primeros afirma que Dios no es omnipresente y que Jesús resucitó y ascendió a los cielos sin forma corporal:
Dios no es omnipresente, es decir, no está en todas partes, como si fuera una energía o fuerza impersonal. Las palabras de Jesús que leemos en Mateo 6:9 y 18:10 muestran que es una persona —un Padre— y que vive en los cielos (...) después de morir, [Jesús] resucitó convertido en un espíritu y ascendió al cielo.
Esto se contrapone a las enseñanzas escriturales sobre la omnipresencia de Dios (Sal 139:7-10) y su resurrección y ascensión física (Jn 20:26-28).
Con respecto a los últimos tiempos, la misma web de los testigos de Jehová también afirma que los sucesos bíblicos se cumplen en fechas específicas de los tiempos modernos:
¿Vivimos en “los últimos días”? Sí. Los sucesos mundiales y la cronología bíblica muestran que los últimos días comenzaron en 1914, el año en que empezó la Primera Guerra Mundial (...) En 1914, el Reino de Dios empezó a gobernar en el cielo. Una de las primeras cosas que hizo fue expulsar de allí al Diablo y sus demonios.
Claramente, la Biblia habla sobre los últimos días como aquellos sucesos que los creyentes presencian antes de la segunda venida de Cristo. La mayoría de las menciones de los “últimos días” en el Nuevo Testamento estaban relacionadas con lo que las audiencias originales estaban viviendo (2Ti 3:1, 2P 3:3, Hch 2:17). Esto es muy distinto a lo que los testigos de Jehová afirman. Además, es imposible probar que una fecha como 1914 constituya el comienzo de los últimos días.
Por su parte, la página oficial de los mormones y que, reiteramos, es una de las mejor posicionadas, afirma que Jesús dio enseñanzas distintas a las registradas en la Biblia. Por un lado, dice que “[Jesús] enseñó las verdades de la eternidad, la realidad de nuestra existencia premortal”, lo cual hace referencia a que, de alguna manera, todos existíamos en forma de almas antes de nacer en nuestros cuerpos humanos. El mismo artículo también habla sobre lo que Jesús enseñó en supuestas visitas que hizo a Norteamérica después de su ascensión:
También ministró entre Sus ‘otras ovejas’ (Juan 10:16) en la antigua América. En el mundo moderno, Él y Su Padre aparecieron al joven Joseph Smith, iniciando así la largamente prometida ‘dispensación del cumplimiento de los tiempos’ (Efesios 1:10)’.
La enseñanza sobre la existencia premortal de los hombres no tiene sustento bíblico, y afirmar que Jesús vino a Norteamérica contradice lo que Jesús prometió sobre su Segunda Venida (Heb 9:27-28).
También encontramos en la página de los mormones que, de acuerdo con sus creencias, la revelación de Dios viene a las personas hoy de diversas formas distintas a la Biblia:
Las Escrituras hablan de diferentes tipos de revelación, como visiones, sueños y visitas de ángeles. A través de esos medios, el Señor ha restaurado Su Evangelio en los últimos días y ha revelado muchas verdades. No obstante, la mayoría de las revelaciones que reciben los líderes y miembros de la Iglesia se producen mediante los susurros del Espíritu Santo.
Esto contradice lo que dice el apóstol Pedro acerca de la autoridad única que tienen las Escrituras, las cuales no son de interpretación privada (2P 1:19-21).
¿Cómo enfrentar la herejía digital?
El ejercicio que realizamos para este artículo es limitado. Faltaría revisar las páginas web de los católicos, de las iglesias de la prosperidad y de otras religiones. También se podrían buscar otras preguntas fundamentales para la fe cristiana. Aun así, hemos comprobado que hay sitios digitales que contienen herejías y están muy bien posicionados en Google. Es posible que esto desvíe a quienes quieren conocer de Dios. Entonces, ¿qué debería hacer la iglesia al respecto?
Considero que hay, al menos, tres formas en las que la iglesia puede actuar frente a esta realidad:
1. Es fundamental que los cristianos sean conscientes de esta problemática a medida que llevan a cabo esfuerzos de evangelismo y discipulado. Si bien la enseñanza de la Palabra no se debe dar principalmente a través de medios digitales, sino en contextos más cercanos, como los sermones dominicales y los grupos pequeños, es una realidad que muchas de las personas con las que tenemos contacto están expuestas a este tipo de información en la web. En la práctica, tener consciencia de esta problemática implica no dar por hecho que las personas tienen claridad acerca de principios teológicos básicos.
2. Vale mucho la pena que diferentes ministerios digitales continúen haciendo un gran esfuerzo para ofrecerles contenido teológico saludable a quienes buscan sobre Dios en la web. Durante nuestro ejercicio de búsqueda en Google, notamos que varios artículos de Coalición por el Evangelio también estaban muy bien posicionados, lo cual ayuda a contrarrestar el efecto de las páginas heréticas.
Además de ministerios que ponen a disposición recursos centrados en la Buena Noticia, como Coalición por el Evangelio, hay otros que ayudan a iglesias a tener un mejor posicionamiento en los buscadores. Un ejemplo es Church Marketing University, dedicado a ayudar con herramientas de SEO a iglesias en Estados Unidos. La siguiente frase en su web describe bien su objetivo:
¿Es tu iglesia el secreto mejor guardado de la ciudad? La verdad es que si la gente no puede encontrarte en línea, puede que no te encuentre en absoluto. Pero no te preocupes. No necesitas saber programar ni tener un título en marketing para tener una increíble presencia en línea. Te guiaremos en cada paso del camino.
3. Es importante enseñarles a las personas a tener una actitud de discernimiento para cuando navegan en internet. Lastimosamente, muchas personas creen que cualquier recurso en línea es una fuente autorizada. En una época en la que gran parte del contenido en las redes sociales está diseñado para consumirse en pocos segundos, es fundamental que las iglesias promuevan actitud de investigación y análisis hacia todo lo que está en la web.
Finalmente, así como lo hicieron los de Berea, debemos pasar absolutamente todo lo que escuchamos y leemos, tanto en la iglesia como la web, por el filtro de la Palabra de Dios (Hch 17:10-11).
Referencias y bibliografía