«Muéstrame una salida, Señor, estoy cansado y confuso, ¡te necesito!».
El 8 de enero de 1935 nació en Estados Unidos el joven que deslumbró al mundo, y que le agregó sensualidad y sexualidad a la música moderna, pero que vivió sus últimos tiempos en una caída constante ante los ojos del mundo debido al abuso de medicamentos y drogas. Además, los trastornos alimenticios, su relación con las mujeres y un agudo extravío espiritual derivaron en su temprana muerte un 16 de agosto de 1977.
Aquel día Ginger Alden se despertó cerca de las 2 de la tarde y vio que su pareja no estaba en la cama. Lo llamó desde allí, sin levantarse. Al no recibir respuesta, fue a buscarlo al baño, este era amplio y luminoso, tenía una gran bañadera de tres metros de diámetro, televisor, y el inodoro era un gran trono negro con incrustaciones en oro. Al entrar vio a su pareja desparramado en la alfombra. El pantalón de pijama dorado enrollado en los tobillos, un libro tirado a un costado de su voluminoso cuerpo (hay distintas versiones sobre cuál era el título) y la cabeza sumergida en un charco de vómito.
Alertado por el grito de Ginger llegó corriendo uno de los guardias de seguridad y quiso dar vuelta el cuerpo. Era imposible por su peso, recién pudo hacerlo con la ayuda de otros dos. Vernon, un hombre mayor de más de 70 años se agarraba la cabeza apoyado contra una de las paredes y con un llanto ahogado se despedía de su hijo. En un rincón, sin que nadie le prestara atención, Lisa Marie, la hija de 9 años, lloraba a su papá hecha un ovillo, escondiendo la cabeza contra las piernas.
Unos 10 minutos después llegó el médico y ordenó llevarlo a un hospital. Aunque todos sabían que nada se podía hacer, levantaron los más de 130 kilos para llegar a la ambulancia que se acercaba. Pero ya era inútil. Hacía unas horas que Elvis Presley, de solo 42 años, estaba muerto.
Un final radicalmente diferente a sus primeros años, e incluso su nacimiento. Su padre, Vernon Presley, afirmó que después del nacimiento de Elvis, en una cabaña de dos habitaciones no más grande que un establo, una misteriosa luz azul apareció alrededor del lugar donde yacía la criatura[1]. Presley fue también el segundo de mellizos idénticos. Su hermano mayor, Jesse, nació muerto.
Los primeros años: entre la iglesia y la música
Elvis Aarón Presley, nació el 8 de enero de 1935 en una familia de escasos recursos. Como se dijo, en el complicado parto de su madre pierde a su hermano gemelo el mismo día que nace.
Creció en el ambiente evangélico del sur de Estados Unidos, y su madre le había acostumbrado a ir a la iglesia; no solo a la escuela dominical, sino a todo tipo de campañas y reuniones especiales de avivamiento. La familia asistía a la Primera Asamblea de Dios en Tupelo, Mississippi, y luego en Memphis, cuando se mudaron allí en 1948. Las Asambleas de Dios es una denominación evangélica nacida en 1914 en Arkansas, pero era ya la segunda denominación pentecostal más importante en los Estados Unidos al terminar la segunda guerra mundial[2].
La iglesia donde se congregaba Presley era de unos 25 miembros, que incluía a sus familiares. Syles Presley, primo paterno de Elvis, era uno de los principales cantantes y tenía un cuarteto de Gospel. El padre de Presley era diácono y su madre era maestra de la escuela dominical. Alguna vez señaló que:
«Desde que tenía dos años la única música que conocía era el Gospel (…) Esa música se hizo tal parte de mi vida que era tan natural como el baile, una forma de escapar de los problemas, y un medio de liberación»[3].
Así, Elvis creció y se desarrolló escuchando música Gospel, Country y Blues, al más estilo norteamericano, y por eso en su momento de mayor fama, Elvis interpretó canciones cristianas, tal vez para apaciguar su conciencia y recobrar la paz que alguna vez tuvo, pues se cuenta que solía llorar cuando alguien le hablaba de Dios y se emocionaba cuando escuchaba un himno antiguo.
Su aprendizaje musical fue paradójico, pues de acuerdo con sus profesores de la secundaria, siempre fue un jovencito que tenía problemas en las materias. Contrario a lo que se podría esperar, el joven Presley siempre reprobaba la asignatura de música[4].
Su madre lo animaba a asistir a las reuniones de jóvenes y Elvis acudía con gran entusiasmo, servía en la iglesia, participaba con la juventud y asistía a los cultos de oración.
Se ha dicho que sus discos de himnos se hicieron para acallar a los críticos que lo acusaban de incitar a la promiscuidad y delincuencia, pero Elvis nunca dejó de cantar Gospel. Lo hacía incluso con sus amigos en casa, y sobre todo al comienzo de sus grabaciones, como una forma de calentamiento. De hecho, estos discos son los que le dieron los únicos premios Grammy de toda su carrera. Estos fueron tres, gracias a la música góspel, pero grabó más de 50 canciones cristianas. Entre las premiadas están How Great Thou Art en 1967, como mejor producción de música sacra. He Touched Me en 1972, como la mejor producción inspiracional[5].
El problema: entre la fe y la fama
James Hammill fue el predicador de su congregación en Memphis. Recuerda a los Presley en la iglesia, pero señaló que Elvis nunca tuvo especial participación en los cultos, incluso afirmó que no llegó a ser siquiera oficialmente miembro, aunque asistiera como adolescente a las reuniones; al parecer su vida no dio señales suficientes de cambio como para poder ser bautizado y formar parte de la comunidad.
Sin embargo, en el año 2000, se conoció que no solo fue bautizado una vez, sino dos. La primera a los 9 años por un predicador pentecostal de Tupelo, y la segunda por uno de Solo Jesús en Memphis. Rex Dyson dice que rebautizó a Elvis y a sus padres en 1950, cuando Elvis tenía 14 años.
La experiencia de Elvis y su vínculo con alguna congregación local, según un autor, es parecida a la de Jerry Lee Lewis, quien fue otro pionero del rock, criado también en las Asambleas de Dios. Fue primo del tele-evangelista Jimmy Swaggart, conocido por sus escándalos sexuales en los años 80. Llegó a estudiar incluso en un Instituto Bíblico, pero fue expulsado por tocar un himno a ritmo de boogie-woogie[6].
De allí que un punto en común entre Presley y Lewis, quienes gracias a su crianza «entre bancas», recibieron en el aspecto musical mucha influencia del Gospel, siendo inspirados por la predicación evangélica, que siempre respetaron, aunque nunca se entregaran del todo a esa fe, que siempre vieron como la verdadera.
De hecho, Priscilla, la primera esposa de Elvis, afirmó que:
«Una de las paradojas con Elvis es cómo puede estar tan enamorado de Dios, tan obsesivamente enamorado de su madre, ser tan decente, pedir permiso y todo eso, y soltarse con facilidad en el escenario» [7].
La biografía de Hammill, el predicador de la congregación de Elvis, cuenta como una noche Elvis fue a verle a su despacho un domingo después del culto, a finales de los años 50, cuando Presley ya era una estrella. Le dijo:
«Pastor, soy el joven más miserable que pueda conocer, tengo todo el dinero que pueda necesitar, millones de fans y amigos, pero estoy haciendo lo que usted me enseñó que no hiciera, y no hago las cosas que me dijo que hiciera»[8].
De aquí derivó el dilema, pues el estilo de vida que se practicaba entonces en la comunidad evangélica no solo exigía el sometimiento a ciertas prescripciones bíblicas, como evitar el abuso del alcohol o el sexo fuera del matrimonio, sino que también se consideraban «mundanas» muchas otras cosas como el tabaco, el maquillaje, la televisión, el cine o el baile. Para adolescentes como Presley o Lewis, esto era una fuente continua de tensiones, que amenazaban no solo su marginación social, sino también su condenación eterna.
En ese mismo sentido, Lewis dijo en una entrevista con Rolling Stone en los años 70: «Yo sé el camino correcto, me han educado para ser un buen cristiano, pero no pude lograrlo, soy demasiado débil, supongo».
Cuando luego se casó con una prima menor de edad, y esta apareció muerta en su casa, el cantante declaró atormentado a la revista People en los 80: «No quiero morir e ir al infierno, pero no voy por buen camino (…) Tenía que haber sido cristiano, pero era demasiado débil para el Evangelio (...) y todos tenemos que responder ante Dios en el día del juicio»[9].
La frustración de no poder encontrar un punto medio entre su vida de estrella y las exigencias de su congregación, se mantendrán con Elvis hasta el final de su vida; de hecho, un cantante recuerda una conversación con Presley detrás de un escenario en Las Vegas, cuando estaba hablando con un teleevangelista llamado Rex Humbard. Este le preguntaba si no sería mejor que se dedicara a cantar solo canciones espirituales. El predicador sorprendentemente le dijo que no, y le animó a seguir cantando los himnos que solía introducir siempre en algún momento de sus conciertos.
Al final de su vida, Elvis le dijo a su amigo Gary Tillery: «Todo lo que quiero es conocer la verdad, conocer y experimentar a Dios (…) Soy un buscador, eso es lo que soy»[10].
En esa época Elvis presentaba ya una patética imagen de obesidad, extravagancia y adición. También se ocupó superficialmente de numerología y curas por la fe, afirmó haber visto a Cristo y al anticristo en el desierto de Arizona, sabía el día y la forma en que moriría y solía presentar sus actuaciones en el escenario con la composición de Richard Strauss Así hablaba Zaratustra[11].
Algunos señalaron que cuando apareció muerto en su cuarto de baño, el libro que tenía en sus manos se llamaba La búsqueda científica de la cara de Jesucristo, un titulo esotérico que mezcla la superstición y el espiritismo.
La Biblia: un refugio para la soledad de un rockstar
Su hermanastro, David Stanley, le recuerda leyendo la Biblia a menudo. Solía citar las palabras de 2 Corintios 5:15 sobre la necesidad de vivir para Cristo. Él le vio la mañana del día de su muerte de rodillas en el baño. Su lengua morada le colgaba de la boca, y tenía los ojos llenos de sangre y oraba: «Muéstrame una salida, Señor, estoy cansado y confuso, ¡te necesito!»[12].
Joe Moscheo, miembro del grupo «los imperiales», un grupo evangélico que viajó con Elvis, escribió un libro titulado El lado del evangelio de Elvis en 2007. En un momento, con el periodista de CBN Scott Ross, sobre la fe cristiana del cantante dijo recordar cómo Elvis se reunía con otros cantantes e instrumentistas en su habitación de hotel a cantar música cristiana durante horas:
«Eso era lo que quería hacer; era como si hubiera dos partes de él mismo. Hubo un Elvis estrella en el escenario, pero cuando bajaba del escenario, era el Elvis Presley de Tupelo, Mississippi, que fue criado en la iglesia y que quería cantar música góspel».
La última vez que vio a Elvis, Moscheo decidió darle una Biblia a la estrella de rock, y con estas palabras recordó aquel notable momento: «Elvis, tengo algo que darte … Yo sé que estás luchando contra las dificultades, pero todas las respuestas que necesitamos están en este libro; todo lo que necesitas es leer esto que te estoy dando».
En una entrevista, se le preguntó a Moscheo si él cree que Elvis tenía una relación con Jesucristo y se salvó, ante lo que respondió sin dudar: «Creo que sí (...) Tenía problemas. Es decir, es muy difícil imaginar que un tipo como Elvis Presley podría vivir sin problemas. Pero yo estaba a su lado y realmente sentí que él era cristiano».
Una valiosa fuente de información para los estudiosos fue la Biblia del cantante, esta proporciona una visión más profunda de su fe cristiana; ella está en el Museo de la Biblia en Washington (DC) y puede ser observada y analizada.
El curador de impresiones americanas y bíblicas para el Museo de la Biblia, Norm Conrad, señaló a un medio de información que dicha Biblia se está exponiendo a un nuevo programa de estudios para verificar de manera certera si perteneció a Elvis, ya que se encontraron en el libro algunas notas escritas por el propio cantante. De esta manera resume:
«Se puede decir que este es el diario personal de la Biblia de Elvis Presley (...) Estos extractos: "Confío en Dios"; "puedo confiar en Dios"; "Dios está en control", se inclinan definitivamente al credo del cantante».
Aunque no es un experto en la vida de Elvis, Conrad cree que los escritos muestran que el cantante realmente tenía devocionales:
«Si no era un hombre de fe, entonces era un hombre que buscaba una relación con Dios; pero creo que ambas cosas; creo que era un hombre de fe, mi instinto me dice eso»[13].
Esto debido a la presencia de gran cantidad de anotaciones en la Biblia. Por ejemplo, en el Salmo 11:1, Elvis escribió: «En el Señor he puesto mi confianza y él me guiará». También el Salmo 43:3 está subrayado y trae consigo una nota en la parte superior de la página, diciendo: «El Señor me envía la luz que me guía». En referencia al Salmo 137: 5-9, las palabras escritas son: «Mi confianza esta en el Señor, no en el hombre». Otra nota también dice: «Dios es el mayor fluir a través de la música de los sentimientos del alma del corazón».
Varias otras frases y palabras se registraron también en el Salmo 149 con lemas como «cantaré de la Gloria de Dios», escrito con el puño y la letra de Elvis al final del libro de los Salmos. Evidentemente, el cantante leía frecuentemente su Biblia a pesar de que sus acciones en el ámbito público eran disonantes con los estándares de comportamiento que derivaban de su lectura.
Los últimos años: fama y decadencia
La separación de su esposa Priscila marcó un quiebre que trajo consecuencias negativas, ya que luego de ello Elvis se vio envuelto en un proceso autodestructivo aún más intenso. Para entonces Elvis ya tenía un serio problema con las drogas, y Priscilla aguantó estoica carros y carretas. «Tardaba dos o tres horas en despertarse y andaba siempre grogui e irritable por las pastillas que tomaba para dormir», contó su viuda en alguna ocasión. «A veces llegaba a dormir catorce horas al día y la única manera de despertarse era tomándose un dexedrine»[14].
Los problemas del matrimonio cada vez eran más difíciles de ocultar y todo terminó en un mediático divorcio en el verano de 1972. Lisa Marie se quedó bajo los cuidados de su madre y dicen que a partir de entonces empezó la espiral autodestructiva que acabó con la muerte de Elvis Presley cinco años más tarde.
Así, los últimos años de Elvis fueron bastante parecidos entre sí. Lo único que los diferenciaba era que cada año era un poco peor que el anterior: discos de mala calidad, perezosos; actuaciones en vivo erráticas, sin el menor rigor, en las que el público salía siempre defraudado y un físico que presentaba un deterioro evidente.
Las patillas enormes, el sobrepeso, la papada de múltiples pliegues, las camisas abiertas, con transpiración demasiado abundante, movimientos toscos y un jadeo trabajoso. Las presentaciones en Las Vegas trajeron un breve período de esplendor entre 1969 y 1970; sin embargo, el derrumbe a la vista de todo el mundo se hizo insostenible.
Los discos no tenían la calidad de antes, se logró editar algunos en vivo, pero nada nuevo aparecía. Se llegó al absurdo de editar en 1974 Having fun with Elvis on stage, un álbum que recopilaba extractos de las cosas que decía (la gran mayoría inconexas y sin ninguna gracia), entre canción y canción en el escenario.
Sus pasos de baile se volvieron grotescos, lo mismo que esos pasos de karateca que improvisaba en escena (más de una vez se le rompió la entrepierna del pantalón); parecía que a Elvis ya no le importaba su público, y la influencia de calmantes y otras sustancias era evidente.
Pasó gran parte de sus días en Graceland, su mansión de Memphis. Allí la Biblia no fue su única referencia; leía libros sobre espiritismo y experiencias religiosas, miraba televisión y no hacía mucho más a la espera de que llegara el momento de comenzar una gira, entrar al estudio para grabar una canción o ir a Las Vegas para hacer alguna de sus dos temporadas anuales.
Otra de las costumbres de Presley, que se convirtió en mítica, era su capacidad para ingerir demenciales cantidades de calorías por día; estas podían alcanzar más de 10 mil. Tomaba al menos 3 litros de gaseosa diarios, su sándwich favorito tenía 8 mil calorías, y se cuenta que en alguna ocasión viajó en avión privado hasta Denver para comer uno. Aquel sándwich era el Fool’s Gold Loaf: entre dos panes enormes un frasco de manteca de maní, otro de mermelada de arándanos y varios cientos de gramos de panceta en el medio. El otro sándwich de su preferencia era el de banana, manteca de maní y panceta, pero una vez que estaba prensado se lo hacía freír; claramente sus hábitos de comida eran suicidas.
Este estilo de vida autodestructivo allanó el camino para su pronto colapso; de hecho, para tener una idea se puede reconstruir cómo fue su último día: fue al dentista a las 11 de la noche para que le arreglase unas caries, y a las 4 de la mañana salió de la casa para jugar un partido de raquetball en la cancha que tenía en el parque de Graceland, pero tuvieron que suspenderlo porque llovía. A las 5 llamaron a su doctor, lo despertaron e hizo que le trajeran una gran bolsa de medicamentos aduciendo que le dolía una muela. Se le vio tomar al menos 3 tandas de varias de esas pastillas. Pero Elvis seguía sin poder dormir, cantó un poco y a eso de las 9 de la mañana le avisó a Ginger, su novia, que iba al baño. Ella le dijo que no se durmiera allí y volvió a conciliar el sueño. Fue la última vez que hablaron.
A esta decadencia física y artísica se sumó un desvío espiritual, pues comenzó a mostrar más interés en temas del ocultismo, entre los libros que tenía en su casa, Graceland, se incluían obras de Blavatsky y Manly P. Hall. También en algún momento de su carrera se sometió a procesos de desintoxicación y celibato como parte de un ritual iniciático sugerido por un gurú indio[15]. Larry Geller fue el hombre que le presentó el esoterismo: el antiguo Egipto, los sabios tibetanos, la teosofía, los apócrifos, los maestros de la India, la numerología y los rosacruces[16].
Aunque su principal interés era el cristianismo en su vertiente más profunda, Elvis Presley tenía un vivo interés por las doctrinas de Oriente y especialmente por las corrientes esotéricas que propiciaban el universalismo, como la Teosofía. El primero en hablarle de la existencia de unos maestros espirituales fue su peluquero Larry Geller, a lo que Elvis le preguntó con irreverencia: «¿Pero qué diablos son los maestros?»[17], aunque luego se interesó tanto por el tema que empezó a leer todas las obras que hablaban de esto, en especial las de H.P. Blavatsky, Manly P. Hall, Mabel Collins y Charles Leadbeater.
Entre todos estos, su libro preferido era La voz del silencio, que lo acompañaba en todos sus viajes y que solía leer una y otra vez. Su afición por esta obra era tal que podía recitar de memoria algunos de sus pasajes. Incluso, según el testimonio de Albert Harry Goldman, el título de este libro lo inspiró para darle nombre a su grupo de música Gospel al que bautizó «Voice»[18].
En la obra biográfica Elvis and Me, Priscilla Presley dice:
«Elvis descubrió que había muchos grandes maestros aparte de Jesús. Buddha, Mahoma, Moisés y otros, cada uno “elegido por Dios para servir a su propósito” (…) Preguntó a Larry [Geller] por qué, de entre todas las personas del universo, él había sido elegido para influir a tantos millones de almas. Una vez en esta posición única, ¿cómo podía contribuir para salvar al mundo de la pesada carga de odio, enfermedad y miseria? En primer lugar, ¿por qué había tanto sufrimiento? ¿Por qué no era feliz si tenía más de lo que cualquiera pudiera desear? Sentía que estaba perdiendo algo en la vida. Por medio de la introspección de Larry, esperaba hallar el sendero que lo condujese a tales respuestas. Él nos urgía, en especial a mi, para absorber todo el conocimiento que él consumía. Feliz de compartirlo todo, nos leía durante cuatro horas y nos prestaba libros que pensaba que nos interesarían»[19].
Entre los mahatmas transhimaláyicos, los preferidos de Elvis eran Kout-Houmi (K.H.) y Morya (M.) y, en varias ocasiones, estuvo tentado a dejar sus obligaciones e irse al Tibet en busca de estos seres misteriosos. En la página oficial de Graceland puede apreciarse una imagen del libro Through the Eyes of the Masters: Meditations and Portraits de David Anrias con las anotaciones de Elvis a lápiz donde destaca la frase:
«God loves you, but He loves you best when you sing» (Dios te ama, pero te ama mejor cuando cantas)[20].
Su alicaída existencia se hizo aún más conocida cuando unos días antes de su muerte se publicó Elvis, What Happened?, una crónica de la extravagante vida privada del Rey, grabada por tres antiguos miembros de su séquito, la llamada Memphis Mafia.
Un legado (y advertencia) que va más allá de la música
En las máquinas de discos de la mayoría de los bares de E.E.U.U. aún se escuchan las viejas canciones de Elvis y se entiende así por qué fue tan grande su lugar en la música. John Lennon afirmó que: «Antes de Elvis no había nada. Después de Elvis hubo otras cosas, pero nada igual».
Otro autor añade: «Si es un mito o una metáfora, lo fue por su música. Era capaz de hacer aullar a las mujeres. Solo los Beatles hicieron lo mismo luego, pero Elvis fue el líder. Era el número uno, el centro del huracán»[21].
Apenas se supo de la muerte de Elvis, decenas de miles de personas se congregaron en la puerta de Graceland. Es de esos acontecimientos históricos en el que los norteamericanos se acuerdan exactamente qué estaban haciendo en el momento en que se enteraron: Pearl Harbour, el asesinato de Kennedy y la muerte de Elvis. Unos días después el funeral fue acompañado por casi 100 mil personas, un larguísimo cortejo, televisado para todo el mundo.
Se señaló que la causa de la muerte fue una arritmia. Vernon Presley, el padre de Elvis, prohibió que se hiciera público el resultado de la autopsia durante 50 años. Sin embargo, se supo que Elvis arrastraba varios problemas de salud, tales como constipación, hipertensión, diabetes e hígado graso. Sus órganos habían envejecido prematuramente debido al maltrato recibido.
Su séquito hizo desaparecer todos los rastros sospechosos de la casa antes de que llegaran los investigadores. Era una cuestión que ya habían determinado meses antes. El consumo de drogas de Elvis era algo evidente, aunque su entorno quiso solaparlo luego de su muerte. Se supo que su médico personal le prescribió más de 8 mil pastillas en el último año de vida. El facultativo se defendió diciendo que eran para todos los que integraban el círculo de Elvis. En el cuerpo del cantante se encontraron restos de 14 medicamentos distintos. 10 de ellos en dosis desorbitadas.
Sin duda, sus últimos años estuvieron marcados por la decadencia y corrupción. Sin embargo, en el documental de 1972, Elvis On Tour, Elvis dice que incluso entonces el Gospel era una fuente constante de consuelo:
«Hacemos dos shows por noche durante cinco semanas [en Las Vegas] (...) Muchas veces subimos y cantamos hasta el amanecer, canciones de góspel. Crecimos con [el Gospel]. Más o menos te tranquiliza la mente»[22].
Un autor, quien afirma que se crió amando a Elvis, y cuyas canciones Gospel formaban parte de la banda sonora de su infancia, señaló:
«Hay una historia famosa sobre Elvis grabando un álbum de góspel (…) Cuando terminó, estaba llorando y todos en la habitación se emocionaron. Elvis luego dijo a todo el mundo que podía sentir a Dios directamente cuando interpretaba esas canciones Gospel para Dios»[23].
Sin embargo, aunque la música Gospel (cuyo nombre viene de gospel: ‘evangelio’ en inglés) era una parte enorme de la vida de Elvis, el mensaje del Evangelio se perdía entre el alboroto. Cheryl Thurber, escribiendo para The Gospel Music Magazine, describió a Elvis como un «buscador espiritual».
Aunque Elvis llevaba la Biblia consigo a todas partes, también leyó Autobiografía de un yogui y El profeta. En el libro de Peter Guralnick, Careless Love: The Unmaking of Elvis Presley, un relato de sus últimas dos décadas de vida, se cuenta que sus últimos meses los pasó en gran parte en reclusión, a solas, con la única compañía de una serie de libros de espiritualidad. En esos años declaró:
«Todo lo que quiero es conocer la verdad, conocer y experimentar a Dios (… ) Soy un buscador, esa es mi esencia»[24].
No obstante, incluso las búsquedas más sinceras pueden desviarse: la fama y la fortuna pueden ser una grave amenaza para la fe. En una carta a JoAnna McKenzie fechada el 15 de agosto de 1977, Elvis escribió:
«Parece que no me queda mucho tiempo para continuar. (…) Piensa, sé feliz. La vida es tan corta, tan difícil saber qué es lo correcto. (…) No llores por mí. He vivido tanto tiempo, tantas vidas en estos 42 años y estoy listo para volver a casa con Dios y mi madre. Llegará como una bendición. Cariño, sé que me estoy muriendo. Puedo sentirlo más cada día a medida que pasa el tiempo, pero yo le doy la bienvenida a la muerte (…) Pero siempre estaré cerca»[25].
Luego de su muerte empezó otra historia. Y los rumores. Y las teorías conspirativas. Elvis está vivo. Hace unos años una encuestadora norteamericana determinó que más del 10 por ciento de la población creía que Elvis seguía con vida. Internet solo ayudó a que esas teorías proliferaran. Sostienen que quien estaba en el féretro no era Elvis (por eso el periodista Michael Cole, que se logró infiltrar, escribió que su cabeza parecía una sandía enorme y mal hecha); según afirman, Elvis habría fingido su muerte para escapar de las presiones de la fama, para ocultar su obesidad mórbida, para retirarse a disfrutar de una tranquilidad que nunca encontraría.
Poco después de su muerte alguien quiso robarse el cadáver. Entonces los restos fueron trasladados a Graceland. En esos meses apareció un cantante enmascarado llamado Orion con un registro vocal similar al de Presley. Muchos quisieron creer que se trataba de Elvis, pero no se puede determinar si ese fue el inicio de los rumores de que seguía vivo. La sensación es que desde el mismo día de su muerte hubo gente que se negó a creer su desaparición. Sus cenizas descansan en el Meditation Garden de Graceland, un espacio para el descanso y la meditación construido en 1966 por orden del propio Elvis e inspirado en los jardines de la Self-Realization Fellowship[26].
El hombre que cambió la música moderna, quien agregó sensualidad y sexualidad, que atrajo a los jóvenes, fue estrella de cine y tuvo una voz que cautivó a varias generaciones, sucumbió ante la adulación y los excesos, envejeció prematuramente, se fue derrumbando a la vista de todos, fue una caricatura de sí mismo y se transformó en un hombre destrozado de solo 42 años que murió solo, a pesar de que decenas de millones lo amaban.
Un autor señaló que Elvis es big business. Gana ahora más dinero que cuando estaba vivo y sufría las exacciones del Coronel Parker —que se llevaba el 50% de los ingresos— y sus opciones cortoplacistas. Su carrera póstuma es hoy responsabilidad del gigante Core Media Group, que en 2005 compró el 85% de Elvis Presley Enterprises a la hija, Lisa Marie. Eso incluye la explotación de Graceland; sin embargo, la mansión y todo lo que contiene todavía pertenecen a los Presley[27].
Su temprana infancia da cuenta de una persona muy sensible y talentosa en el área musical, que debido a su formación pudo haber sido un intérprete de alabanzas, pero encontró el lugar para expresar sus talentos fuera de la iglesia y no pudo reconciliar el estilo de vida del ambiente artístico con el que conoció en su niñez. La fama y fortuna, y en cierta medida la falta de acompañamiento y orientación pastoral para tomar decisiones saludables y coherentes, así como también una inadecuada cosmovisión respecto a las artes, minaron sus creencias y la expresión práctica de éstas.
Sin embargo, múltiples testigos y aún sus pertenencias dan cuenta de que no renunció a sus inquietudes espirituales ni a la fe de su infancia; de hecho, hay testigos que señalan que Elvis abandonaba repentinamente reuniones importantísimas y cuando lo buscaban lo encontraban leyendo la Biblia en algún lugar secreto y en ocasiones leía la Biblia a sus amigos, concluyendo con interpretaciones propias, fuera del contexto bíblico[28].
A propósito de sus últimos días, estas inquietudes se hicieron más presentes. La historia de Elvis es un llamado de atención para atender la formación de niños y niña de nuestras iglesias, así como sus múltiples talentos, especialmente artísticos, que están en nuestras congregaciones, formando una adecuada cosmovisión y valores consistentes con el cristianismo, de manera que puedan crecer como personas que no solo profesan sino que son capaces de vivir de acuerdo con sus convicciones. Respecto a su destino eterno, es un asunto que no está en nuestras manos determinar o conocer.
La vida de Elvis tuvo un trágico y penoso final, el sello para su decadencia. Para algunos puede ser un caso de arrepentimiento y reconciliación a última hora, en el ocaso de la vida, en consonancia con lo que relató un amigo cercano:
«Creo que en sus últimas horas, Elvis Presley le pidió a Dios que lo perdonara (…) Sabía que cometió errores en la vida y se arrepintió de algunas de las decisiones que tomó. Durante sus horas finales, sí sabemos que Elvis fue a su piano y tocó canciones de Gospel. Dudo que tocara canciones Gospel en su piano todas las noches, así que, ¿quizás ese acto nos da alguna indicación de que Elvis estaba invocando a Dios? Yo creo que sí»[29].
[1] Reuter “Elvis Presley: Palabras sagradas”, 12 de agosto 1993, en: https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-193379, consultado marzo de 2022
[2] José de Segovia, “El rey del rock y el Rey de reyes”, Protestante Digital, 16 de agosto de 2021, En: https://www.evangelicodigital.com/entrelineas/1382/el-rey-del-rock-y-el-rey-de-reyes, consultado marzo de 2022.
[3] José de Segovia, “El rey del rock y el Rey de reyes”, Protestante Digital, 16 de agosto de 2021, En: https://www.evangelicodigital.com/entrelineas/1382/el-rey-del-rock-y-el-rey-de-reyes, consultado marzo de 2022.
[4] Carlos Ramírez, “Elvis Presley: la historia detrás del niño cristiano que reprobaba música e inspiró a los Beatles”, 03 de Jun, 2021, en: https://www.reporteindigo.com/piensa/elvis-presley-la-historia-detras-del-nino-cristiano-que-reprobaba-musica-e-inspiro-a-los-beatles/, consultado marzo de 2022
[5] AcontecerCristiano.Net, “Elvis Presley empezó cantando en la iglesia y grabó más de 50 canciones cristianas”, https://www.acontecercristiano.net/2012/08/elvis-presley-empezo-cantando-en-la.html, consultado marzo de 2022
[6] José de Segovia, “El rey del rock y el Rey de reyes”, Protestante Digital, 16 de agosto de 2021, En: https://www.evangelicodigital.com/entrelineas/1382/el-rey-del-rock-y-el-rey-de-reyes, consultado marzo de 2022.
[7] Carlos Ramírez, “Elvis Presley: la historia detrás del niño cristiano que reprobaba música e inspiró a los Beatles”, 03 de Jun, 2021, en: https://www.reporteindigo.com/piensa/elvis-presley-la-historia-detras-del-nino-cristiano-que-reprobaba-musica-e-inspiro-a-los-beatles/, consultado marzo de 2022
[8] José de Segovia, “El rey del rock y el Rey de reyes”, Protestante Digital, 16 de agosto de 2021, En: https://www.evangelicodigital.com/entrelineas/1382/el-rey-del-rock-y-el-rey-de-reyes, consultado marzo de 2022.
[9] José de Segovia, “El rey del rock y el Rey de reyes”, Protestante Digital, 16 de agosto de 2021, En: https://www.evangelicodigital.com/entrelineas/1382/el-rey-del-rock-y-el-rey-de-reyes, consultado marzo de 2022.
[10] José de Segovia, “El rey del rock y el Rey de reyes”, Protestante Digital, 16 de agosto de 2021, En: https://www.evangelicodigital.com/entrelineas/1382/el-rey-del-rock-y-el-rey-de-reyes, consultado marzo de 2022.
[11] Reuter “Elvis Presley: Palabras sagradas”, 12 de agosto 1993, en: https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-193379, consultado marzo de 2022
[12] José de Segovia, “El rey del rock y el Rey de reyes”, Protestante Digital, 16 de agosto de 2021, En: https://www.evangelicodigital.com/entrelineas/1382/el-rey-del-rock-y-el-rey-de-reyes, consultado marzo de 2022.
[13] Acontecer cristiano “Biblia de Elvis Presley contiene anotaciones que revelan su fe en Dios”; https://www.acontecercristiano.net/2017/08/anotaciones-de-elvis-presley-en-su-biblia.html, consultado marzo de 2022.
[14] Emilio López Romero, “Elvis Presley y Priscilla, la historia de un amor que hoy habría sido un escándalo”, 20 nov. 2019; en: https://www.elmundo.es/loc/celebrities/2019/11/20/5dd441b321efa02c668b45d2.html, consultado marzo de 2022.
[15] Juan Pablo Carrillo Hernández “4 músicos particularmente interesados en el ocultismo y la magia”, 01/06/2021, actualizado el 06 de enero de 2021; en: https://pijamasurf.com/2021/01/4-musicos-partcularmente-interesados-en-ocultismo-y-magia/, consultado marzo de 2022
[16] Diego A. Manrique “Elvis, santo y pecador”, 06 ENE 2015 - 10:05 CET; en: https://elpais.com/cultura/2015/01/02/babelia/1420204825_476049.html, consultado marzo de 2022
[17] Lisa-Marie en “The Ladies’ Home Journal”, entrevista de 2005 titulada “Elvis: His Secret Spiritual Search”; citado en: “Elvis Presley, el buscador”, 10 noviembre, 2018; en: https://phileasdelmontesexto.com/elvis-presley-el-buscador/, consultado marzo de 2022.
[18] Goldman, Albert Harry: “Elvis: The Last 24 Hours”, citado en: “Elvis Presley, el buscador”, 10 noviembre, 2018; en: https://phileasdelmontesexto.com/elvis-presley-el-buscador/, consultado marzo de 2022
[19] Presley, Priscilla Beaulieu y Harmon, Sandra: “Elvis and Me”, citado en: “Elvis Presley, el buscador”, 10 noviembre, 2018; en: https://phileasdelmontesexto.com/elvis-presley-el-buscador/, consultado marzo de 2022.
[20] https://www.graceland.com/blog/elvis-presleys-books/, citado en: “Elvis Presley, el buscador”, 10 noviembre, 2018; en: https://phileasdelmontesexto.com/elvis-presley-el-buscador/, consultado marzo de 2022.
[21] Juan Cavestany “San Elvis Presley”, Nueva York - 09 AGO 1997, disponible en: https://elpais.com/diario/1997/08/10/cultura/871164001_850215.html, consultado marzo de 2022.
[22] Paul Asay, Aleteia “El complejo legado cristiano de Elvis Presley”, publicado el 21/08/18, en: https://es.aleteia.org/2018/08/21/el-complejo-legado-cristiano-de-elvis-presley/, consultado marzo de 2022
[23] Paul Asay, Aleteia “El complejo legado cristiano de Elvis Presley”, publicado el 21/08/18, en: https://es.aleteia.org/2018/08/21/el-complejo-legado-cristiano-de-elvis-presley/, consultado marzo de 2022
[24] Paul Asay, Aleteia “El complejo legado cristiano de Elvis Presley”, publicado el 21/08/18, en: https://es.aleteia.org/2018/08/21/el-complejo-legado-cristiano-de-elvis-presley/, consultado marzo de 2022
[25] Priscilla en “The Ladies’ Home Journal”, entrevista de 2005 titulada “Elvis: His Secret Spiritual Search”, citado en: “Elvis Presley, el buscador”, 10 noviembre, 2018; en: https://phileasdelmontesexto.com/elvis-presley-el-buscador/, consultado marzo de 2022.
[26] “Elvis Presley, el buscador”, 10 noviembre, 2018; en: https://phileasdelmontesexto.com/elvis-presley-el-buscador/, consultado marzo de 2022.
[27] Diego A. Manrique “Elvis, santo y pecador”, 06 ENE 2015 - 10:05 CET; en: https://elpais.com/cultura/2015/01/02/babelia/1420204825_476049.html, consultado marzo de 2022
[28] AcontecerCristiano.Net, “Elvis Presley empezó cantando en la iglesia y grabó más de 50 canciones cristianas”, https://www.acontecercristiano.net/2012/08/elvis-presley-empezo-cantando-en-la.html, consultado marzo de 2022
[29] Paul Asay, Aleteia “El complejo legado cristiano de Elvis Presley”, publicado el 21/08/18, en: https://es.aleteia.org/2018/08/21/el-complejo-legado-cristiano-de-elvis-presley/, consultado marzo de 2022
Apoya a nuestra causa
Espero que este artículo te haya sido útil. Antes de que saltes a la próxima página, quería preguntarte si considerarías apoyar la misión de BITE.
Cada vez hay más voces alrededor de nosotros tratando de dirigir nuestros ojos a lo que el mundo considera valioso e importante. Por más de 10 años, en BITE hemos tratado de informar a nuestros lectores sobre la situación de la iglesia en el mundo, y sobre cómo ha lidiado con casos similares a través de la historia. Todo desde una cosmovisión bíblica. Espero que a través de los años hayas podido usar nuestros videos y artículos para tu propio crecimiento y en tu discipulado de otros.
Lo que tal vez no sabías es que BITE siempre ha sido sin fines de lucro y depende de lectores cómo tú. Si te gustaría seguir consultando los recursos de BITE en los años que vienen, ¿considerarías apoyarnos? ¿Cuánto gastas en un café o en un refresco? Con ese tipo de compromiso mensual, nos ayudarás a seguir sirviendo a ti, y a la iglesia del mundo hispanohablante. ¡Gracias por considerarlo!
En Cristo,
Giovanny Gómez Director de BITE |