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La publicidad de Temu ha llegado a todas partes. Está en los anuncios de todas las aplicaciones por las que no pagamos una suscripción, incluyendo YouTube y los juegos de celular. Está en todas las redes sociales, no solo por sus anuncios pagos, sino porque envían muchos productos gratis a influenciadores. Incluso estuvo en el Super Bowl en febrero de este año. El eslogan “compra como millonario” ha sonado en muchos medios, invitando a miles a adquirir innumerables productos con descuentos interminables y precios increíblemente bajos.
Sin embargo, el bajo costo de Temu se ha pagado de otras formas. Muchos medios en todo el mundo han hecho graves denuncias sobre la compañía, desde problemas menores relacionados con la calidad de los productos, hasta terribles hechos de esclavitud humana. Las acusaciones han tenido tal impacto, que muchos internautas y analistas se preguntan qué tan ético resulta comprar en Temu y en otras compañías con un perfil similar.
Es importante que como cristianos nos preguntemos: ¿existen desafíos éticos relacionados con esta forma de comercio? Para responder a esto, nombraremos las acusaciones más importantes en contra de la compañía, y luego revisaremos algunas reflexiones teológicas sobre el consumismo y las acusaciones de conciencia.
Bajos precios a costa del medio ambiente y los musulmanes uigures
Temu es una plataforma de comercio electrónico que se lanzó como una rama internacional de PDD Holdings, una empresa china conocida anteriormente como Pinduoduo. La compañía ha ganado popularidad rápidamente gracias a su modelo de negocio centrado en ofrecer artículos a precios extremadamente bajos, los cuales mantiene incluso si debe perder algo de dinero en ciertas ventas. Su oferta abarca una amplia gama de productos, que incluye ropa, accesorios, electrónica, artículos para el hogar, entre otros, y se extiende a casi 50 países. Sin embargo, estos costos han traído importantes desafíos éticos.
Calidad baja, publicidad engañosa y costo medioambiental
En primer lugar, los consumidores han reportado problemas recurrentes de calidad, como la entrega de productos dañados, retrasos en los envíos, discrepancias entre lo anunciado y lo recibido, y un servicio al cliente poco receptivo. Esto ha generado desconfianza entre algunos usuarios de Temu y ha afectado su calificación en organismos como el Better Business Bureau.
Pero la calidad no solo es un problema porque genera insatisfacción en el cliente, sino porque acarrea ciertos peligros. Algunas de las campañas publicitarias de Temu fueron prohibidas por la Autoridad de Normas de Publicidad (ASA) en el Reino Unido, debido a que presentaban anuncios considerados inapropiados y potencialmente engañosos, como la promoción de productos que podrían cosificar a la mujer o la presentación de menores de edad en poses inapropiadas.
En marzo de este año, BabyCenter realizó una revisión crítica de la aplicación y destacó varios problemas graves respecto a ciertos productos que se venden en la plataforma. Algunos habían sido retirados del mercado y, al parecer, otros fueron falsificados o eludieron los estándares de seguridad de EE.UU., pues poseían problemas de diseño que podrían causar asfixia o estrangulación. Además, The Toy Insider mencionó que algunos juguetes y artículos para bebés vendidos en Temu suponen un riesgo por los altos niveles de plomo en los materiales.
Ahora, a pesar de todas estas acusaciones, muchos usuarios reportan estar muy satisfechos con los productos de Temu, principalmente por su relación calidad-precio, pues con unos pocos dólares se pueden comprar prendas de ropa que costarían más del doble en otras tiendas. Sin embargo, esto también ha acarreado un problema medioambiental: debido a que las prendas son de baja calidad, muchos consumidores tienden a verlas como desechables, por lo que pueden deshacerse de ellas con rapidez. Así lo explicó un artículo de Sustainably Chic, en el cual también se destacó que la producción masiva de productos baratos en Temu está vinculada a prácticas no sostenibles, incluido el uso intensivo de materiales sintéticos como el poliéster, que son derivados del petróleo y tardan cientos de años en descomponerse.
Condiciones laborales deficientes y trabajo forzado
Pero quizás las críticas más grandes hacia la compañía han estado relacionadas con las condiciones de trabajo. Su empresa matriz, PDD Holdings, ha sido acusada de imponer largas horas de trabajo en condiciones inseguras, lo que incluye jornadas laborales de hasta 12 horas diarias sin días de descanso. Estas prácticas fueron documentadas en estudios como el de China Labor Watch, que encontró que los empleados en algunas de las fábricas que producen para Temu y otras plataformas asociadas trabajan en ambientes sobrepoblados y con instalaciones inadecuadas.
Además, existen preocupaciones sobre la posible utilización de trabajo forzado en la producción de los productos vendidos en Temu, especialmente entre los musulmanes uigures, quienes son perseguidos por el gobierno chino en la región de Xinjiang. Según un informe del Comité Selecto sobre el Partido Comunista Chino del Congreso de los EE. UU., esta compañía no cuenta con un sistema adecuado para garantizar el cumplimiento de la Ley de Prevención del Trabajo Forzado de los Uigures, lo que sugiere un “alto riesgo” de que productos fabricados en esas condiciones entren en el mercado estadounidense.
[Puedes leer La sombra de la esclavitud en el evangelicalismo: la compleja participación de Whitefield, Edwards y Wesley]
Competencia desleal y robo de datos
Pero no solo las personas que producen los artículos son afectadas por esta empresa, sino también la competencia. Temu ha sido criticada por prácticas de competencia desleal, particularmente en relación con el uso de precios predatorios: este enfoque implica vender productos a precios extremadamente bajos, incluso por debajo de los costos, con el objetivo de ganar cuota de mercado rápidamente y desplazar a competidores más pequeños —aquellos que no tienen las condiciones de trabajo forzado que les permiten tener precios con los cuales competir—. Estas tácticas han generado preocupaciones sobre un futuro entorno monopolístico donde Temu tendría un control excesivo sobre los precios y las condiciones del mercado.
Finalmente, incluso los consumidores podrían llegar a ser afectados, pues Temu ha sido criticada por sus prácticas de manejo de datos personales. Algunos expertos en ciberseguridad han expresado preocupaciones sobre posibles riesgos de filtraciones de datos y el uso indebido de la información personal con fines comerciales. Esto se suma a la desconfianza general hacia aplicaciones chinas debido a las políticas de datos del gobierno de ese país, lo que ha generado un escrutinio adicional sobre cómo Temu protege la privacidad de sus usuarios. A modo de ejemplo, en junio de este año, el Estado de Arkansas demandó a la compañía por robo de datos.
¿Es antiético comprar en Temu?
Se le han hecho más críticas a la compañía aparte de las que ya mencionamos, pero también hay muchos usuarios que la defienden, pues tuvieron muy buena experiencia al comprar sus productos. Sin embargo, es imposible negar que hay desafíos éticos en el proceder de la compañía, por lo que naturalmente un cristiano puede preguntarse: ¿es antiético comprar en Temu y otras empresas con un modelo de negocio similar?
Hace años, al pastor John Piper le preguntaron si era ético comprar productos de Apple, Subaru, Burger King y otras compañías que estaban apoyando el matrimonio homosexual en sus estrategias de venta. Basándose en 1 Corintios 10:27-29, su respuesta fue que se trataba de un asunto de conciencia: si bien él mismo decidió decirle “adiós a Burger King” después de que en uno de sus comerciales una niña dijera que amaba a sus dos mamás, también afirmó que no era una prescripción que él encontrara en la Biblia para todos los creyentes.
¿Cómo llegó a esa conclusión? En el pasaje mencionado, Pablo dice que los cristianos son libres de comer cualquier carne, pues “del Señor es la tierra y todo lo que en ella hay”. Sin embargo, si alguien les dice que cierta carne fue sacrificada a los ídolos, entonces no deberían comerla por amor a la conciencia de los demás. Aplicando el mismo principio a la actualidad, Piper afirmó:
Podría ser un pecado ambiental. Podría ser corrupción en los niveles superiores. Podrían ser injusticias laborales y talleres de explotación abusivos en el extranjero. (…) Déjame decirlo alto y claro: no es un pecado ir a esas tiendas [que cometen esos pecados] y comprar cosas que no son pecaminosas. No hay una conexión necesaria entre comprar allí y respaldar sus políticas o puntos de vista.
Sin embargo, es posible que alguien se sienta en la situación de la persona de 1 Corintios 10 al conocer sobre todos los problemas éticos detrás de una compañía:
Burger King quiere dejar en claro, de la manera más pública y evidente posible, que su restaurante representa el apoyo a las relaciones homosexuales. Esto me coloca en una situación similar a la de la persona en 1 Corintios 10, cuando el anfitrión le dice que la carne que va a comer fue sacrificada a un ídolo. En ese momento, Pablo dice que la libertad de comer en casa de un incrédulo, aunque la tienes, es anulada por un acto de amor que reconoce que la carne ya no es solo carne, sino un símbolo de pecado.
El principio explicado por Piper puede aplicarse a Temu. Si bien nada parece afirmar que el acto mismo de comprar es pecaminoso, es necesario que un cristiano se haga la pregunta: ¿tengo tranquilidad comprando en un establecimiento que tiene desafíos éticos relacionados con el trabajo forzado y la seguridad de los datos?
Ahora, además de la conciencia personal de cada persona, el cristiano puede preguntarse por el consumismo desenfrenado que Temu y muchas otras tiendas en línea promueven. Nuevamente, no es un asunto que pueda verse en blanco y negro, sino que requiere de análisis y reflexión. La autora cristiana Renee Zou, quien trabaja en un bufete de abogados, explicó que un cristiano debería mantener un balance en lo que respecta al consumismo.
Por un lado, utilizar recursos es parte de nuestro buen diseño original:
El consumo, en sí mismo, no es incorrecto. De hecho, puede reflejar un patrón bíblico de interconexión humana y, al hacerlo, nos ayuda a reconocer nuestra finitud como criaturas. Nuestras pautas de consumo a menudo demuestran cuánto nos necesitamos unos a otros: nos desplazamos al trabajo, dependiendo del arduo trabajo y la reflexión de los planificadores urbanos y conductores de trenes; comemos nuestro sándwich de bistec, aprovechando los beneficios de los agricultores diligentes. No podemos vivir sin los demás. Así es como Dios nos ha creado: seres relacionales que dan y reciben unos de otros. En nuestro consumo de bienes, servicios y experiencias, aprendemos a ser interconectados, dependientes y agradecidos, tanto por el servicio de los demás como por Dios, que nos proporciona estos buenos dones.
Pero, por otro lado, es importante tener cuidado cuando el consumo tiene un objetivo distinto al de adorar al Creador de todas las cosas:
¿Cuánto de nuestro gasto no es para satisfacer nuestras necesidades, sino más bien para la expresión del yo y para impresionar a los demás? Es triste ver cómo los cristianos, al menos en Occidente, también han caído en la mentira hedonista de nuestro siglo que dice que la vida es para la autoexpresión. Compramos cosas que no necesitamos con dinero que no tenemos para impresionar a personas que no nos agradan. ¿Cómo cambiarían nuestras actitudes hacia las cosas y experiencias si creyéramos que la vida no se vive para el placer, y que no somos lo que vestimos, hacemos, comemos o vemos?
Así, más que una prohibición, los cristianos necesitan hacer una reflexión personal acerca de las implicaciones que tiene el hecho de adquirir productos no solo en Temu y otros comercios similares, sino en cualquier establecimiento comercial.
Otro mundo
En el Super Bowl de febrero de este año, el costo de cada espacio publicitario era de $7 millones de dólares y Temu gastó decenas de millones. ¿Qué hace tan atractiva su publicidad? Una falsa promesa. Su famosa canción dice así:
Feels like a dream, feels like magic
(Se siente como un sueño, se siente como magia)
Now I believe I can have it
(Ahora creo que puedo tenerlo)
Y luego:
All of my wishes came true
(Todos mis deseos se hicieron realidad)
Shop like a billionaire
(Compra como un millonario)
La promesa es que es posible cumplir todos los sueños personales si tan solo compráramos como lo hacen los millonarios —y ahora Temu permite que incluso los que no son millonarios cumplan sus sueños—. Pero los cristianos sabemos que esa es una promesa falsa, porque así todos nuestros anhelos se cumplan, no encontraremos plenitud en ello. Solo en Cristo y en el mundo que Él establecerá con Su venida los más grandes anhelos del ser humano serán satisfechos. Vale la pena recordar las palabras de C.S. Lewis al respecto:
Hay todo tipo de cosas en este mundo que prometen dártelo, pero nunca cumplen del todo su promesa (...). Si encuentro en mí un deseo que ninguna experiencia en este mundo puede satisfacer, la explicación más probable es que fui hecho para otro mundo.
Referencias y bibliografía
Reseñas de Temu: entendiendo Temu y sus críticas | Financial Editorial
Por qué nunca deberías comprar juguetes en Temu | The Toy Insider
Productos para bebés de Temu: preocupaciones de seguridad para los padres | BabyCenter
El lado oscuro de Temu: explicación de la controversia de la aplicación | SlashGear
Por qué deberías evitar Temu: preocupaciones ambientales y éticas | Sustainably Chic
Moda rápida y el genocidio uigur: hallazgos provisionales | House Select Committee on the CCP
La disrupción de Temu: la devastación del comercio minorista estadounidense | Shop Western USA
Adiós Burger King | Desiring God
Apple, Subaru, Target: ¿deberíamos comprar a promotores del pecado? | Desiring God
El cristiano hiperconsumista | TGC
Mero cristianismo de C. S. Lewis | Amazon
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