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Por su extraordinario coraje, ingenio, persistencia, disciplina de hierro y confianza en Dios, esta mujer se convirtió en la “conductora” más famosa del ferrocarril subterráneo y fue conocida como la “Moisés de su pueblo”. Liberó a al menos 300 esclavos sureños, conduciéndolos ingeniosamente hacia el norte libre1.
Defensora de esclavos
En 1831, un esclavo de Kentucky llamado Tice Davids corrió hacia la libertad, nadando a través del río Ohio. Su capataz lo siguió de cerca y vio mientras Davids trataba de huir. ¡En un momento se percató de que Davids no se encontraba por ningún lado! El maestro de Davids regresó furioso a Kentucky, exclamando a sus amigos que "debió haber partido en un camino subterráneo". El nombre se hizo popular y nació la leyenda del ferrocarril subterráneo. Se trataba de una red de rutas secretas y casas seguras utilizadas por abolicionistas para liberar a los esclavos del sur esclavista.
Sin embargo, tendrían que pasar otras dos décadas antes de que el ferrocarril subterráneo se convirtiera en parte de la conciencia nacional, principalmente debido a las heroicas hazañas de la "conductora" más famosa del ferrocarril subterráneo: Harriet Tubman.
Esta mujer nació en una familia de esclavos alrededor del año 1820 en Dorchester, Maryland, con el nombre de Araminta Ross, pero adoptaría posteriormente el nombre Harriet, de su madre. Como era común en las familias de esclavos, Harriet comenzó a trabajar como empleada doméstica hacia los cinco o seis años. Sin embargo, esta tarea generalmente terminaba cuando las mujeres cumplían alrededor de 15 años. Así, cuando Harriet llegó a la adolescencia, fue enviada a laborar a los campos.
Aun siendo una adolescente trabajadora en los campos2, sufrió una lesión cuyas consecuencias sufriría el resto de su vida. El accidente sucedió mientras bloqueó la puerta para proteger a otro esclavo de un capataz enojado. El hombre golpeó a Harriet en la cabeza de forma violenta. Ella nunca se recuperaría de las secuelas de estos golpes, los cuales le provocaban dolores de cabeza insoportables y ataques epilépticos constantes.
Ferrocarril hacia el norte
Alrededor de 1844, Harriet se casó con John Tubman, un esclavo libre del que tomaría su apellido. Pero su matrimonio no fue un obstáculo para buscar la libertad por lo que, en 1849, intentó escapar con algunos de sus hermanos. Unos días después, el dueño de los esclavos fugados hizo pública la recompensa que ofrecía por cada esclavo recuperado, y el hermano de Harriet decidió regresar, obligándolos a seguirle.
En 1849, por temor a ser vendida, Harriet decidió huir de nuevo junto con otros esclavos de la plantación, así que partió en la noche con la ayuda de una mujer blanca. Caminó hasta North Star viajando de noche, luego se dirigió a Pensilvania y después a Filadelfia, donde encontró la libertad, dejando atrás a su esposo, padres y hermanos. Esa libertad no hubiera sido posible sin el apoyo del ferrocarril subterráneo.
Cuando llegó por primera vez al norte, dijo: “Me miré las manos para ver si eran de la misma persona que ahora estaba libre. Gloria a todo, el sol vino como el oro a través de los árboles y los campos, y me sentí como si estuviera en el cielo.” Una vez en el norte, logró encontrar un trabajo que le permitió ahorrar dinero para emprender su proyecto.
Un año más tarde, regresó a Maryland con el objetivo de rescatar a su hermana y a sus dos sobrinos, y lo logró. En poco tiempo, Harriet tomó de nuevo la ruta hacia el sur, esta vez para rescatar a su hermano y a otros dos hombres. En su tercer viaje fue por su esposo, solo para darse cuenta de que él se había casado con otra mujer. Sin preocuparse demasiado por la situación, pronto encontró a otros esclavos en busca de libertad y los escoltó hacia el norte.
Estratega de la libertad
Harriet continuó regresando al sur una y otra vez para rescatar a más esclavos. Ella fue capaz de idear una serie de técnicas ingeniosas de rescate, como el uso de una carreta de un maestro para el primer tramo del viaje, el viajar los sábados en la noche ya que los esclavos no serían extrañados por sus amos y los avisos de búsqueda no se podrían publicar sino hasta el lunes en la mañana, el volver al sur si es que se sentía en peligro ante los cazadores de esclavos3 y el llevar medicamentos para los bebés si es que lloraban y ponían en peligro el escape.
Incluso llevaba un arma con la que amenazaba a aquellos que se cansaban del intenso viaje o que decidían regresar, diciéndoles "serán libres o morirán". Esto era clave, ya que un esclavo que regresara a su amo probablemente se vería obligado a revelar información que comprometería su misión. Sin embargo, nunca llegó a dispararle a ninguno de sus pasajeros.
Otra estrategia clave era evitar las plantaciones y realizar sus viajes en invierno para evitar meterse en la boca del lobo. En cambio, esperaba a los esclavos a unos 10 o 15 kilómetros de las plantaciones, como lo acordaba con ellos en contactos previos. Para el año 1856, desde el sur se ofrecían hasta 40.000 dólares por la captura de Tubman, pero nunca llegaría a ser detenida.
Para el año 1860, Tubman ya había realizado al menos 19 viajes al sur para rescatar a esclavos, incluido un peligroso viaje en el que rescató a sus padres de 70 años. Tubman empezó a ser llamada "Moisés", por su labor de liberar a los suyos. Ayudó a alrededor de 300 esclavos a escapar de la esclavitud en el sur. Siempre dijo que, durante todos sus viajes, nunca había perdido a ninguno de sus pasajeros.
Un Dios que acoge al débil
Para Tubman, su relación con Dios era clave en sus misiones de rescate. Decía que escuchaba atentamente la voz de Dios mientras conducía esclavos al norte, y que solo iría a donde sintiera que Dios la estaba guiando. Su compañero abolicionista Thomas Garrett dijo de ella: “Nunca conocí a ninguna persona de ningún color que tuviera más confianza en la voz de Dios.”
Poco a poco, Tubman empezó a hacer relación con los principales abolicionistas de la época y participó activamente de reuniones y programas en contra de la esclavitud. Estos amigos abolicionistas mencionaban constantemente que, para Tubman, la fuente de su fuerza provenía de su fe en Dios como libertador y protector de los débiles. J. W. Loguen, obispo de la Iglesia Episcopal Metodista Africana de Sión, dijo de ella: “Entre los esclavos es más conocida que la Biblia, porque circula más libremente.”
Durante la Guerra Civil, Tubman trabajó como cocinera, lavandera, enfermera e incluso como espía para la Unión, atendiendo a los esclavos recién liberados y a los heridos en combate. Después de la guerra se estableció en Auburn, Nueva York, donde pasaría el resto de su vida.
Después de la Guerra Civil, Tubman comenzó a acoger huérfanos y ancianos, una práctica que se desarrolló en el Hogar Harriet Tubman para indigentes. Más tarde, el hogar atrajo el apoyo de antiguos camaradas abolicionistas y de los ciudadanos de Auburn, y continuó existiendo años después de su muerte. Tubman también estuvo muy activa en los movimientos sociales de su tiempo, al hacer parte del movimiento sufragista y de la Asociación Nacional de Mujeres de Color que buscaba terminar con la marginación de las mujeres negras en la sociedad.
Después de décadas de constantes demandas, en 1899 se le concedió una asignación mensual de 20 dólares por sus servicios durante la Guerra Civil. Sin embargo, a medida que envejecía, las consecuencias cerebrales de las lesiones que había sufrido en la juventud empeoraron, así que en 1911 fue internada en la casa que ella misma donó. Harriet Tubman murió en 1913 a la edad de 93 años. En abril del 2016, el Tesoro de los Estados Unidos anunció que Harriet Tubman reemplazaría al presidente Andrew Jackson en el anverso del billete de 20 dólares.
Aunque Harriet nació de padres esclavos, se negó a aceptar su destino desde que era una niña. Cuando pudo ser libre, dedicó el resto de su vida a ayudar a otros a obtener su libertad, convirtiéndose así en una verdadera heroína, arriesgando su vida para corregir la injusticia. Harriet era una creyente fuerte y determinada, lo que sin duda la hacía sentir más segura ante una vida tan difícil, y la motivaba a buscar la libertad de aquellos que sufrían bajo el yugo de la esclavitud.
¿Y tú? ¿Qué piensas? ¿Qué aspectos de la vida de Harriet Tubman te han inspirado? ¿De qué formas crees que el evangelio nos debe llevar a denunciar los males de nuestra sociedad? ¿Cómo puedes ser valiente para servir a otros a través de tu fe?
1 En la época de la esclavitud en Estados Unidos, los estados del sur eran esclavistas, mientras que los del norte eran abolicionistas. La única vía de escape para los esclavos era viajar hacia el norte del país.
2 La economía del sur dependía de mano de obra esclava que trabajaba en los campos, principalmente de algodón. En el norte había una mayor industrialización.
3 Caza recompensas que viajaban al norte a traer esclavos fugitivos.
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