Un pastor canadiense ha sido arrestado por violar las órdenes de salud pública y permanece bajo custodia policial luego de negarse a las condiciones de su fianza las cuales demandaban: que sus servicios religiosos se adaptaran a las regulaciones estatales para contener la expansión del COVID-19.
El caso del pastor de la Iglesia GraceLife, James Coates, ha reavivado un amplio debate sobre la libertad religiosa y sobre las reuniones de culto presenciales durante los cierres que han sido ordenados por los gobiernos para evitar la extensión del COVID-19.
GraceLife Church, una iglesia ubicada en la ciudad de Edmonton en el estado de Alberta, había pasado a hacer reuniones virtuales durante el año pasado luego de que la pandemia golpeará a Canadá, pero reanudó sus servicios presenciales durante el verano y sus miembros se han reunido “todos los domingos, sin incidentes”, según afirma el pastor Coates.
Pero las autoridades hicieron varios llamados de atención a la iglesia por no limitar la asistencia al 15 por ciento de su capacidad, por no exigir que las personas asistentes llevaran máscaras faciales o practicaran el distanciamiento social, como lo requieren las regulaciones de salud en Alberta.
Casos de contagio en otras iglesias canadienses
Durante el mes de septiembre las autoridades de Toronto y Vaughan en la provincia de Ontario, descubrieron que 15 personas se habían infectado de COVID-19 luego de haber asistido a servicios religiosos presenciales. Se identificó que los contagios habrían ocurrido luego de dos eventos presenciales en el mes de agosto. Estos eventos han puesto en alerta a las autoridades, las cuales han reaccionado recomendando o imponiendo mayores restricciones a las iglesias para evitar los contagios por COVID-19.
Multa a la iglesia GraceLife y arresto del Pastor James Coates
GraceLife había sido multada con 1.200 dólares canadienses en diciembre, y este mes los oficiales encontraron que la iglesia nuevamente estaba en violación de las regulaciones y emitieron una orden que requiere que Coates cumpla. Cuando la iglesia se reunió como de costumbre el domingo pasado, pidieron su arresto. Coates estaba predicando sobre Romanos 13:1-4, un mensaje titulado “Dirigiendo al gobierno a sus obligaciones”.
En última instancia, Coates se entregó el martes y fue arrestado bajo cargos de contravenir la Ley de Salud Pública y negarse a cumplir con los requerimientos, informó CBC. En dos ocasiones se ha negado a aceptar las condiciones de su liberación, dijo la cadena de televisión.
El Centro de Justicia para las Libertades Constitucionales, que representa a Coates y Grace Life, dijo que el pastor “no podía, en buena conciencia, aceptar” dejar de celebrar los servicios religiosos, como se ordenó, es decir seguir practicando los servicios presenciales, pero con las normas de salud y el distanciamiento social requerido.
La respuesta de otras iglesias a las restricciones y mandatos establecidos por el gobierno canadiense
Sin embargo, otras iglesias canadienses como la Iglesia Presbiteriana en Canadá no solo están obedeciendo las regulaciones gubernamentales, sino que han participado activamente en campañas de educación para prevenir la expansión del virus. En la página web de la Iglesia Presbiteriana se ha emitido el siguiente comunicado: El consejo de la oficina nacional [De la iglesia] ha estado y sigue instando a las congregaciones a seguir los consejos de las autoridades sanitarias federales, provinciales y municipales y a tomar decisiones en consecuencia. Este es el requisito mínimo, pero es el primer lugar al que acudir para tomar una decisión sobre la mejor forma de responder a la situación y su evolución”.
La Iglesia Unida de Canadá, otra congregación religiosa que ha seguido las indicaciones del gobierno, también ha emitido directrices para que sus comunidades locales eviten la propagación del coronavirus, declarando en su sitio web que: se anima a las comunidades eclesiales locales de la Iglesia Unida a que se sigan las recomendaciones gubernamentales. Esta iglesia también ha sido un ejemplo en toda Canadá enviando ayuda material a los países del sur global para enfrentar mejor las condiciones que ha impuesto la pandemia.
Por otra parte, el comandante de la Real Policía Montada de Canadá en el condado dijo en un comunicado que ha pasado de “la educación, una oportunidad para el cumplimiento y, por último, la aplicación” con respecto a GraceLife y su objetivo “no es interrumpir los servicios religiosos ni prohibir los servicios, ni negar el derecho de las personas a practicar su religión, simplemente garantizar que se respeten las restricciones de salud pública al hacerlo”.
La Carta Canadiense de Derechos y Libertades protege la libertad de conciencia y religión como libertad fundamental. Pero también reconoce la posibilidad de “límites razonables” en la ley, “como puede demostrarse justificado en una sociedad libre y democrática”.
Al igual que John MacArthur y Grace Community Church en California, que reanudaron el culto en persona en contra de las regulaciones estatales en julio, Coates y GraceLife han continuado reuniéndose para oponerse a lo que consideran regulaciones injustificables sobre sus libertades religiosas y, más ampliamente sobre las libertades civiles”.
“Hago lo que hago en obediencia a Cristo. Estoy bastante contento de dejar que el mismo Señor Jesucristo decida si esto es persecución o no”, dijo Coates en su sermón del 14 de febrero, según el Edmonton Journal. “Cristo ha prometido que los que sean perseguidos en su nombre serán bendecidos. Él es el que bendice, y me contento con dejar eso a su juicio”.
La respuesta del gobierno estatal a la polémica generada tras el arresto del Pastor Coates
El primer ministro de Alberta, Jason Kenney, emitió un comunicado el jueves, luego de que el Centro de Justicia le solicitara que revocara las regulaciones de salud, que dice “discriminan injustamente” contra los lugares de culto.
Pero el primer ministro del estado declaró: “La sugerencia de que Alberta tiene alguna restricción a la predicación es completamente falsa. Según la ley de Alberta, nadie ha sido ni será multado o sancionado por predicar”, escribió Kenney en Facebook. “Cualquiera en Alberta puede predicar su fe y se alienta a las comunidades religiosas a que se reúnan en el culto congregacional dentro de las pautas seguras establecidas por la secretaría de salud del estado”.
Kenney describió haber asistido a los servicios del Miércoles de Ceniza esta semana y aplaudió a las “miles de congregaciones” y los miles de pastores en la provincia que están cumpliendo con las pautas de salud pública.
El primer ministro también declaró que las restricciones asociadas a la pandemia podrían levantarse pronto, en la medida en que las tasas de hospitalizaciones por COVID-19 empiecen a disminuir: “Sé que las medidas de salud pública diseñadas para salvar vidas y proteger nuestros hospitales han requerido, sin embargo, verdaderos sacrificios. Si las hospitalizaciones por COVID-19 continúan disminuyendo, podemos esperar una relajación de las medidas actuales como parte del camino a seguir en Alberta, podemos pensar incluso en el aumento de los límites de capacidad para el culto en cada congregación.
“Como cristiano, pido a mis hermanos en la fe que se guíen por el principio de la santidad de la vida humana, que es la forma en la que hemos actuado durante esta pandemia [Como gobierno]. El COVID-19 se ha cobrado millones de vidas en todo el mundo, incluidas las vidas de más de 1800 habitantes de Alberta, a pesar de los extraordinarios esfuerzos para limitar la propagación viral. La gran mayoría de aquellos cuyas vidas han sido amenazadas o perdidas se encuentran entre los más vulnerables, como los muy ancianos y frágiles. El salmista escribe: 'Bienaventurados los que se preocupan por los débiles'. Todos compartimos la responsabilidad de proteger a los débiles. En el contexto de esta pandemia, eso significa limitar nuestras interacciones con otras personas para contener y reducir la propagación viral. Es por eso que hemos establecido límites de capacidad y requisitos de llevar máscaras faciales para la adoración congregacional, particularmente debido a varios brotes virales que ocurrieron el año pasado en medio de los servicios de adoración, muchos de los cuales llevaron directamente a la pérdida de vidas”
“A diferencia de otras jurisdicciones, Alberta ha tratado de hacer esto de una manera que constituya un mínimo de deterioro de la libertad de culto. Desafortunadamente, a pesar de los mejores esfuerzos de casi todas las congregaciones para adorar de una manera cuidadosa que proteja las vidas vulnerables, una o dos congregaciones han optado flagrantemente por violar todas las pautas de salud pública. Al hacerlo, corren el riesgo de transmisión viral que podría costar vidas de los más vulnerables.”
“Es por eso que renuevo mi llamado a todas las comunidades religiosas para que ejerzan responsablemente su libertad de culto en una manera que muestre amor por nuestro prójimo y consideración por los más débiles y vulnerables.”, dijo Kenney.
¿Una respuesta desproporcionada?
En toda Canadá se han presentado más de 848.000 casos de COVID-19 y más de 22.000 muertes. En la provincia de Alberta el número de contagios ha ascendido a los 131.000 y el número de fallecidos ha llegado a los 1827.
GraceLife, sin embargo, emitió una declaración de 1.600 palabras sugiriendo que la respuesta a la pandemia por parte del gobierno ha sido exagerada y que “los efectos negativos de las medidas de bloqueo del gobierno en la sociedad superan con creces los efectos causados por el COVID-19”.
El abogado de la iglesia, James Kitchen, dijo respecto al pastor Coates: “Su primera lealtad es obedecer a su Dios, no al gobierno. Están comprometidos a reunirse, como siempre lo han hecho, para los servicios de adoración en persona”.
El gobierno ha dicho que ha permitido que la iglesia y otros continúen reuniéndose de acuerdo con las órdenes de salud pública vigentes.
La próxima cita de Coates en la corte es el miércoles 24 de febrero.
Con información de Christianity Today
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