Escucha este artículo en formato podcast:
En América Latina tenemos graves deficiencias en comprensión de lectura. Las pruebas PISA, que evalúan el desarrollo de habilidades y conocimientos de estudiantes de 15 años en 72 países del mundo, son muestra de ello: los resultados de la prueba de lectura del año 2018 evidenciaron que los países de nuestro continente y el Caribe se mantienen muy por debajo del desempeño de los jóvenes de otras partes del mundo. Si bien las dos décadas de este siglo han presenciado una mejoría en los niveles de educación, aún hay mucho camino por recorrer.
Lo que pasa con los jóvenes es el reflejo de toda la sociedad, particularmente en un contexto de poco acceso a la educación superior. Solo un tercio de las personas entre 18-24 años son escolarizadas, y solo la mitad de quienes acceden a la educación superior obtienen un título1. Eso es muestra de una población carente de habilidades lectoescritoras.
Esta deficiencia en la comprensión trae toda clase de problemas sociales. Aquellos que tienen un “analfabetismo funcional”2, que según la UNESCO constituye la incapacidad de hacer uso de las habilidades de lectura y escritura necesarias para desempeñarse óptimamente dentro de una comunidad, tienen mucha más posibilidad de permanecer en la pobreza y estancarse en su crecimiento económico. Según un estudio realizado por la UNESCO3, aquellos que no poseen un buen desempeño en estas habilidades pueden llegar a tener hasta un ingreso 40% menor al de una persona competente en lectoescritura.
El elemento más crítico de esta situación es su tendencia a perpetuarse. Según la OECD, algunos de nuestros países tomarán entre dos y tres décadas en alcanzar un desempeño similar al de países más desarrollados4. El sistema educativo del continente tomará muchos años en sufrir las reformas que se requieren para que nuestros jóvenes logren tener las habilidades de lenguaje necesarias para poder aportar a un progreso significativo en sus comunidades. En otras palabras, todavía hay varias generaciones que saldrán del sistema educativo sin ser capaces de entender un texto más allá de su significado literal.
Leer: la base absoluta de la fe
A excepción del reducido grupo de citadinos con educación superior en las regiones más privilegiadas de nuestros países, es una población con deficiencias en lectoescritura la que constituye la membresía de las congregaciones locales latinoamericanas. Los problemas de un sistema educativo tradicional y carente de inversión en material humano y académico llegan hasta las sillas de las iglesias. La gente que escucha la Palabra de Dios domingo a domingo no sabe leer, y en muchos casos eso incluye a los pastores y líderes.
Eso es bastante grave cuando la base absoluta de nuestra fe se halla en un texto escrito y la forma de crecimiento espiritual básica diseñada por Dios para su pueblo es el dar y recibir predicaciones, que no son otra cosa que discursos lógicos y argumentativos. A eso podemos añadir que la iglesia ha hallado (con razón) una poderosa herramienta de testificación en los medios digitales; hoy una gran cantidad de artículos, conferencias, videos, tweets, y demás recursos digitales, para los cuales es necesaria una educación sólida en lectoescritura, constituyen el esfuerzo principal de muchos ministerios.
Pablo dice en 2 Timoteo 3:16-17 que “Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra”. A través de la lectura, la predicación y el análisis de la Palabra de Dios en recursos como libros y artículos es que el creyente puede llegar a ser piadoso. Puesto de forma negativa, alguien con dificultades de comprensión tendrá también limitaciones para crecer en la piedad por cuanto no puede recibir plenamente la Escritura.
Ahora, esto no significa que es por medio de nuestras grandiosas habilidades de lectura que venimos a comprender el evangelio. Ese mensaje sencillo de la muerte y resurrección de Cristo viene a nuestro corazón por la obra del Espíritu Santo, y hasta un niño pequeño puede entenderlo y creerlo de corazón. Muy lejos de tal cosa, mi punto es que el evangelio es también infinitamente profundo. ¿De qué se trata la Biblia sino de entender la muerte y la resurrección de Cristo desde un sinfín de ángulos, perspectivas y énfasis, desde Génesis a Apocalipsis? Para ello necesitamos crecer en nuestra comprensión de lectura.
Sabemos que hay quienes no pueden comprender un texto con claridad por alguna condición mental particular, y por ellos trabajamos con amor para que aprendan la faceta más sencilla del evangelio. Sin embargo, eso no excusa a quienes sí pueden crecer en sus habilidades de lectura. Así como nos enseñó Jesús en la parábola de los talentos de oro, cada cosa que hemos recibido debe ser invertida al máximo para dar fruto espiritual.
Otros dirán que “los antiguos se las arreglaron para la piedad sin necesidad de la educación”, a lo cual pregunto: ¿qué fue lo que hizo Esdras con el pueblo al enseñarle el significado de la Escritura por medio de muchos levitas? ¿No siguieron el mismo ejemplo los reformadores cuando llevaron la iglesia a leer y analizar la Biblia en su propio idioma? La historia de la iglesia nos cuenta que tenemos que enseñarle a leer al pueblo de Dios y sobre todo ayudar con amor a aquellas iglesias y comunidades que por sus condiciones socioeconómicas carecen de medios para ayudarse a sí mismos, como ocurrió en los tiempos de Lutero y Calvino.
Educando a la iglesia
Mi invitación es entonces a tomarnos la promoción de lectura enserio al interior de nuestras congregaciones con acciones precisas. Siendo que porcentualmente la mayoría de la gente frente al púlpito no tiene buena comprensión de lectura, deberíamos comenzar a armar talleres de lectura donde la gente participe y tenga la experiencia de analizar el texto por ellos mismos, recibiendo una retroalimentación seria que ayude al crecimiento de las personas.
Considero que debemos dejar de limitarnos a las conferencias. Si bien somos muy edificados al escuchar a los grandes oradores de nuestro tiempo, ¿quién nos asegura que todos los que están sentados pudieron seguir el ritmo de los discursos? El pueblo de Dios también se puede reunir en talleres y prácticas de lectura y análisis, donde la experiencia personal sea primordial. Al final, tanto la teoría educativa como el sentido común nos enseñan que aprendemos haciendo.
Finalmente creo que debemos preocuparnos profundamente por la capacitación de nuestros pastores. Pablo dice en Efesios 4:11-12 que “Él dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”. Sobre los maestros cae la responsabilidad de educar al pueblo de Dios, así que ellos mismos son los primeros en tener las mejores capacidades de lectoescritura.
Aunque cada vez hay más conciencia sobre la importancia de una educación holística, muchos pastores no tienen más formación que la recibida en un seminario que enseña de forma tradicional, sentando a sus alumnos a escuchar conferencias de Biblia y teología por alrededor de dos años. Es fundamental que quienes capacitan a otros para el ministerio busquen enseñar a los nuevos maestros a leer críticamente toda clase de textos, tanto antiguos como modernos, y es clave que los pastores mismos sean cada vez más autodidactas, deseando aprender sobre política, historia, sociología, y mil ciencias más, con el propósito de cumplir mejor su ministerio. Eso será grandemente recompensado por Cristo en el cielo.
1 SITEAL (2019). EDUCACIÓN SUPERIOR. Documento de eje. UNESCO. Recuperado de: https://bit.ly/3iZDCDu
2 UNESCO (1978). Records of the General Conference. 20th Session Vol. 1 Paris: UNESCO.
3 Martinez, R & Fernandez, P (2010); The Social and Economic Impact of Illiteracy: An Analytical Model and Pilot Study; UNESCO. Recuperado de: https://bit.ly/3lVx6iV
4 Bos, S., Elías, A., Vegas, E., & Zoido, P. (2016). Latin America and the Caribbean in PISA 2015 in 7 takeaways. Banco Interamericano de Desarrollo. Recuperado de: https://bit.ly/3k7MFU6
Apoya a nuestra causa
Espero que este artículo te haya sido útil. Antes de que saltes a la próxima página, quería preguntarte si considerarías apoyar la misión de BITE.
Cada vez hay más voces alrededor de nosotros tratando de dirigir nuestros ojos a lo que el mundo considera valioso e importante. Por más de 10 años, en BITE hemos tratado de informar a nuestros lectores sobre la situación de la iglesia en el mundo, y sobre cómo ha lidiado con casos similares a través de la historia. Todo desde una cosmovisión bíblica. Espero que a través de los años hayas podido usar nuestros videos y artículos para tu propio crecimiento y en tu discipulado de otros.
Lo que tal vez no sabías es que BITE siempre ha sido sin fines de lucro y depende de lectores cómo tú. Si te gustaría seguir consultando los recursos de BITE en los años que vienen, ¿considerarías apoyarnos? ¿Cuánto gastas en un café o en un refresco? Con ese tipo de compromiso mensual, nos ayudarás a seguir sirviendo a ti, y a la iglesia del mundo hispanohablante. ¡Gracias por considerarlo!
En Cristo,
Giovanny Gómez Director de BITE |