Ser cristiano en Sudán es una condición que no está exenta de peligros. La hegemonía cultural del Islam en este territorio es bastante fuerte y generalmente conduce a una hostilidad abierta a las distintas comunidades cristianas de este país.
¿Pero esto siempre ha sido así? Para comprender cómo viven y cómo son las actuales comunidades cristianas de Sudán es preciso que nos remontemos en el tiempo para ver cómo se ha desarrollado el cristianismo allí, qué desafíos ha enfrentado, cuáles son sus retos presentes y cómo el panorama está cambiando en medio de un escenario revolucionario y convulso que sin embargo apunta hacia la esperanza.
Algo de historia
Al igual que en países como Turquía o Siria, el cristianismo en Sudán llegó de forma temprana, cuando este territorio era conocido como el Reino de Nubia en el siglo I. Para ese momento en Alejandría, Egipto, serían establecidas las primeras iglesias bajo la tutela de Marcos, el evangelista. La influencia de estas iglesias llegó rápidamente a Nubia, tanto que durante el primer siglo ya había comunidades cristianas en el país.
La Iglesia de Sudán o Nubia se constituyó como una entidad dependiente de los obispos de Alejandría, donde Marcos había predicado. Esta iglesia permaneció en comunión con las demás iglesias cristianas existentes en Europa y Asia Menor, hasta que en el año 457, el obispo de Alejandría, Timoteo Eluro, rechazó las conclusiones del Concilio de Calcedonia que condenaban la doctrina monofisita y estableció la Iglesia copta como una entidad separada del resto de la cristiandad al excomulgar al obispo de Roma y al resto de los patriarcas.
Para el siglo VI d.C el cristianismo en Sudán se fortaleció con el apoyo del emperador bizantino, Justiniano, llegando a ser la religión oficial del país en el año 580.
Los reinos cristianos que se formaron en Nubia durante la alta edad media, siendo estos Nobatia, Makuria y Alodia cayeron ante las invasiones islámicas en los años 650, 1312 y 1504, respectivamente. Desde 1504, el norte de Sudán fue gobernado por el sultanato musulmán Funj y desde entonces la religión predominante allí es el Islam.
Contexto religioso en Sudán hoy
La mayoría de la población de Sudán pertenece hoy a la rama sunita del Islam. El Islam sunita en Sudán, como en gran parte del resto de África, se ha caracterizado por la formación de tarīqahs o hermandades religiosas musulmanas, este tipo de instituciones tienen un amplio poder, constituyendo la base para grandes partidos políticos y ejerciendo una amplia influencia en el país desde mucho antes de la independencia en 1954. Hoy, estas entidades han llegado a determinar la actitud del gobierno y de gran parte de la sociedad hacia las minorías religiosas como los cristianos. Estas actitudes están marcadas por una hostilidad muy fuerte que puede sentirse incluso en la legislación.
En otro lado del espectro religioso, un pequeño porcentaje de la población de Sudán sigue las religiones animistas tradicionales. Aunque estos animistas comparten algunos elementos comunes de creencias religiosas, cada grupo étnico tiene su propia religión autóctona. Estos grupos también han sido víctimas de la discriminación y la persecución estatal.
Los cristianos por su parte representan una pequeña porción de la población, constituidos por fieles de las iglesias originarias del país como la iglesia ortodoxa copta, la iglesia ortodoxa de Eritrea, la iglesia ortodoxa de Etiopía y la Iglesia ortodoxa griega, así como por fieles conversos producto de las misiones cristianas que datan del siglo XIX.
Las primeras misiones
El cristianismo misionero en Sudán tuvo su primera impronta con los esfuerzos de evangelización provenientes de Europa que comenzaron en el año 1842 con la llegada de iglesias históricas como la Iglesia Católica y la Iglesia Anglicana, aunque el protestantismo ha crecido a un ritmo más rápido, contando allí con una presencia importante de iglesias presbiterianas, adventistas y pentecostales. La mayoría de esos esfuerzos misioneros se concentraron en las montañas Nuba, ubicadas hacia el sur del país, más que entre los musulmanes del norte. Actualmente los cristianos están conformados por dos grandes grupos: los protestantes, que son el 5% de la población, y los católicos que llegan a ser el 3.2%.
Una dura realidad
En este contexto, donde el Islam es la religión con más adherentes, siendo practicada por más del 90% de la población, la vida de los cristianos y de otras minorías no es nada fácil. Como ejemplo de esto tenemos que El Washington Post ha informado que Sudán se encuentra entre los siete países donde declararse no creyente en Dios puede ser castigado con la pena de muerte; esto ha llevado a que el verdadero número de personas no religiosas en Sudán sea desconocido debido al miedo y los prejuicios que sufren los no musulmanes.
Las circunstancias políticas internacionales, la guerra de Darfur que llevó al país a la separación con el Sur y las presiones externas han hecho que el país se vea obligado a moderar su actitud de represión a las comunidades religiosas no musulmanas, aunque todavía queda mucho camino por recorrer antes de que el país reconozca plenamente la libertad religiosa. En el año 2005 se estableció una Constitución provisional en el país que garantiza mayores libertades religiosas. Aunque dicha Constitución establece la libertad de religión en todo el país de Sudán, la misma Carta Magna consagra la Sharia (ley islámica) como una fuente de legislación en el norte del país y las leyes y políticas oficiales del gobierno favorecían al Islam en esa región hasta hace muy poco.
Desarrollos recientes
Tras las protestas que sacudieron al país en el año 2019, las cuales condujeron a la salida del poder de Omar Al Bashir, dictador que gobernó la nación con mano de hierro desde 1993, las actitudes políticas y sociales del país han conducido a tendencias de secularización crecientes que hacen prever mejores condiciones y mayores libertades para la práctica de la fe cristiana.
Actualmente el país se encuentra en un proceso de transición política, el cual es liderado por el general Abdel Fattah Abdelrahman Burhan, quien sucedió a Omar Al Bashir. Este proceso implica una transición hacia la democracia que ha sido apoyada por diversas potencias como la Unión Europea y los Estados Unidos.
En medio de esta transición numerosos eventos concernientes a las libertades religiosas y ciudadanas han trascendido internacionalmente debido a su alta importancia en materia de derechos humanos. El 13 de julio Christianity Today dio cuenta de los avances que este país está viviendo y cómo pueden impactar la vida de los cristianos allí.
Lo más destacado de estos cambios incluye una amplia serie de reformas legislativas, dentro de las cuales el abandono de la fe islámica o delito de apostasía ya no será considerado un crimen. Anteriormente apostatar de la fe islámica era un delito que se castigaba con la pena de muerte.
"Vamos a abandonar todas las leyes que violan los derechos humanos en Sudán", dijo el ministro de Justicia Nasredeen Abdulbari durante una entrevista en la televisión estatal. "Estamos ansiosos por demoler cualquier tipo de discriminación promulgada por el antiguo régimen y avanzar hacia la igualdad de ciudadanía y una transformación democrática".
En abril de 2019, después de semanas de manifestaciones revolucionarias masivas, los cristianos se unieron para aplaudir el derrocamiento militar del presidente de toda la vida, Omar al-Bashir.
En su lugar se instaló un Consejo Soberano conjunto militar-civil programado para gobernar hasta 2022, que actualmente es liderado por Abdel Fattah Abdelrahman Burhan.
Es importante destacar que el actual jefe general aprobó la nueva legislación. Las medidas han sido resultado de la presión ciudadana en las calles en las que se le exigía al gobierno acelerar el ritmo de las reformas.
Reformas históricas
Otra de las reformas celebradas recientemente es la criminalización de la mutilación genital femenina, una práctica tribal sincretista que se ha asociado a la religión islámica.
Una encuesta respaldada por la ONU en 2014 estimó que el 87 por ciento de las mujeres sudanesas entre las edades de 15 y 49 años han sido sometidas al procedimiento.
La Ley de Enmiendas, aprobada en abril pero recién publicada, también liberó a las mujeres sudanesas de la necesidad de la aprobación masculina antes de viajar con sus hijos.
El ministro de justicia también declaró que estaban pendientes nuevas reformas a la Ley del Estatuto Personal. En noviembre pasado, el primer ministro revocó una ley de orden público que restringía el comportamiento y la vestimenta de las mujeres.
Estas medidas fueron "bienvenidas" por la Alianza Evangélica Mundial (WEA), dijo el oficial de defensa Wissam al-Saliby. Pero también la entidad afirmó que esperaba que las "valientes reformas" en Sudán incluyeran derogar su ley contra la “religión insultante”, cuyo castigo es un año de prisión y hasta 40 azotes.
Además, la Alianza Evangélica Mundial también solicita la devolución de las propiedades de la iglesia que han sido confiscadas, la compensación por las iglesias destruidas y el nombramiento de miembros de la fe minoritaria elegidos por la comunidad para el Ministerio de Dotaciones Religiosas.
En marzo, Sudán ordenó la eliminación de los comités de supervisión de la iglesia designados por el estado, en un movimiento visto como un primer paso en la restauración de la plena libertad religiosa. Pero la legislación que apoya estas medidas se ha retrasado.
La WEA también ha pedido la inclusión del cristianismo como asignatura escolar junto con el Islam en el plan de estudios nacional, una medida que ha sido una demanda recurrente desde el levantamiento contra el anterior régimen y que aún no se ha materializado.
Raja Nicola Abdel-Masih, una copta sudanesa, es una de las dos mujeres en el Consejo Soberano de 11 miembros que actualmente gobierna al país, y la única cristiana en el mismo. Ella está siguiendo el tema.
Pero, en general, las reformas posrevolucionarias han sido un estímulo para los creyentes sudaneses.
"Estoy muy contenta. Dios ha respondido nuestras oraciones", dijo Noha Kassa, diaconisa de la Iglesia Presbiteriana Bahry de Jartum involucrada en el programa de discipulado. "Pero estos cambios podrían ser aún demasiado para muchos sudaneses".
A Kassa le preocupa que una sociedad musulmana conservadora pueda ver estas reformas como una afrenta a su fe. Esto podría provocar contra-manifestaciones, mientras que algunos analistas políticos han señalado que un gobierno de transición no debería hacer cambios tan importantes.
"El gobierno se encuentra en un período crítico", dijo Kassa, planeando regresar a Sudán en dos semanas luego de haber retomado sus estudios teológicos interrumpidos por el COVID-19 en el Líbano. "Pero para nuestra iglesia estas son grandes noticias, estoy muy emocionada por nuestro ministerio en medio de tales cambios".
La ley de la sharia se introdujo en Sudán en 1983, durante la presidencia de Jaafar Nimeiri.
Después de su derrocamiento del gobierno en 1989, Bashir buscó aplicar la ley de la sharia de manera más rigurosa. El castigo instituido por abandonar el Islam se convirtió en muerte por lapidación.
En su lugar, el gobierno actual ha criminalizado el takfir, la acusación de apostasía. El ministro Abdulbari dijo que la antigua ley era "una amenaza para la seguridad de la sociedad".
Kamal Fahmi, un activista cristiano sudanés que ha hecho campaña durante mucho tiempo contra la ley de la apostasía, también anticipa que algunos elementos islamistas provocarán un retroceso social.
En febrero, la policía arrestó a miembros sudaneses y extranjeros de una célula terrorista vinculada a la Hermandad Musulmana egipcia.
Kamal está orando para que Dios proteja al ministro de justicia.
Pero en general, él tiene esperanzas. Como fundador de Set My People Free (Libera a Mi Pueblo), se dedica a trabajar por el derecho de que 1.300 millones de musulmanes de poder cambiar su religión, si así lo desean.
"Los objetivos de la revolución se cumplirán: libertad, dignidad, justicia y paz", dijo Fahmi. "Sudán se convertirá en un ejemplo de libertad religiosa que otros países pueden seguir, permitiendo a los convertidos sus derechos civiles plenos. Alabo al Señor por este milagro", dijo Kamal.
Con información de Christianity Today
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