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Los grandes exponentes de la tradición reformada no se limitan solo a los tiempos de la Reforma; también durante los siglos XIX y XX surgieron importantes referentes que le dieron forma a esta corriente teológica. Uno de ellos es Geerhardus Vos, conocido como el “padre de la teología bíblica”. En este artículo queremos presentar los acontecimientos más relevantes de su vida, junto con su obra literaria.
De los Países Bajos a Michigan: un erudito en potencia
Geerhardus Vos nació en la ciudad de Heerenveen, en los Países Bajos, el 14 de marzo de 1862. Fue el primero de los cuatro hijos que tuvieron Jan Vos y Aaltje Beuker, dos alemanes reformados que le brindaron a Vos una profunda formación espiritual desde pequeño. Su padre, Jan, era ministro de la Iglesia reformada.
Desde su infancia, el joven Geerhardus mostró una inclinación especial por el estudio: se destacó por su capacidad para aprender lenguas y por su disciplina intelectual. Haber crecido en un ambiente saturado de estudio bíblico, piedad familiar y vida eclesiástica, formó en él ese carácter teológico que más tarde influiría decisivamente en el mundo reformado angloparlante.

La familia Vos emigró desde los Países Bajos a Estados Unidos en 1881, probablemente motivada por los conflictos internacionales. Se establecieron en la localidad de Grand Rapids, en el estado de Míchigan. Su llegada allí fue intencional, pues era un centro importante para los inmigrantes reformados holandeses. De hecho, el mismo año de su llegada, Jan Vos aceptó el llamado al ministerio en la Iglesia reformada de Grand Rapids, donde se congregaba una amplia comunidad de extranjeros reformados.
Allí mismo, Geerhardus Vos comenzó sus estudios superiores en teología al ingresar al Calvin Theological Seminary cuando tenía 19 años. Muy pronto se distinguió como un estudiante extraordinario y una promesa de erudito. Sus profesores reconocieron rápidamente sus talentos: dominaba las lenguas bíblicas, tenía una alta visión de la teología de la Biblia y poseía la capacidad de relacionar los conceptos teológicos de manera orgánica, como un todo coherente, siempre partiendo del texto bíblico y de su sentido original.

Posteriormente, en 1883, viajó a Princeton para completar sus estudios, y allí desarrolló importantes relaciones académicas que marcaron el resto de su carrera. Entre sus colegas estuvieron Benjamin B. Warfield y J. Gresham Machen (este último fue primero su estudiante). Los tres fueron figuras prominentes del presbiterianismo confesional de Estados Unidos.

Sin embargo, poco después, Vos regresó a Europa. Una beca concedida por el seminario de Princeton —motivada por sus estudios en lenguas antiguas— le permitió viajar al continente. Entre 1883 y 1886, asistió a las universidades de Berlín y Estrasburgo, dos grandes centros intelectuales especializados en estudios bíblicos y análisis filológico. Allí entró en contacto con el rigor crítico alemán, con el estudio histórico de la revelación y con los debates que posteriormente él mismo reorientaría desde una perspectiva reformada ortodoxa.
En 1888, recibió su doctorado en estudios arábigos bajo la supervisión de Theodor Nöldeke en Estrasburgo. Antes de retornar a Estados Unidos, viajó a los Países Bajos, su patria, donde mantuvo contacto con importantes pensadores reformados como Herman Bavinck y Abraham Kuyper. En el verano de ese mismo año, comenzó a enseñar exégesis y teología en el Calvin Theological Seminary, pese a que su especialidad se orientaba hacia la comprensión histórica de la revelación redentora, es decir, hacia la teología bíblica.

Profesor de la innovadora cátedra en “Teología bíblica”
En 1892, recibió una invitación inesperada que transformó radicalmente su carrera y su enseñanza: se le ofreció ocupar la recientemente creada cátedra de Teología Bíblica (establecida en 1891) en el Princeton Theological Seminary. Esta fue la primera asignatura de este tipo en una institución reformada en Estados Unidos, y el nombramiento de Vos allí marcó un punto de inflexión en la historia de la teología reformada.
Aunque Vos rechazó la primera invitación, al año siguiente la aceptó. Así, según los registros del directorio del seminario, el 8 de mayo Princeton lo recibió oficialmente en su plantel. La investidura oficial de su cargo se realizó al año siguiente y él dio un discurso inaugural titulado La idea de la teología bíblica como ciencia y como disciplina teológica.
La relevancia de ese discurso radica en que, para ese momento, la “teología bíblica” no existía formalmente dentro del ámbito reformado. Aunque los teólogos de esta tradición siempre habían prestado atención al desarrollo histórico de la revelación de Dios en relación con la salvación, destacando su carácter sobrenatural y progresivo, fue Vos quien sistematizó el método. Lo definió como el estudio de la revelación divina tal como se despliega orgánicamente en la historia, en contraposición a la aproximación lógica y al tratamiento sistemático propio de la teología sistemática.

Durante sus casi cuatro décadas en Princeton, desde 1893 hasta su jubilación en 1932, Vos desarrolló una producción literaria que, aunque no fue particularmente extensa, ejerció una gran influencia. Sus cursos y conferencias, más que sus libros publicados, se convirtieron en el pilar de la formación de generaciones de pastores y teólogos. Muchos de estos materiales fueron editados y publicados posteriormente por sus estudiantes y por su hijo Johannes. Algunos de los sermones que predicó en Princeton fueron compilados en el libro de 1922, Grace and Glory (Gracia y gloria).
Sin embargo, uno de sus esfuerzos más significativos en el campo teológico y bíblico fue Teología bíblica: Antiguo y Nuevo Testamento, publicada en 1948. En ella, Vos aplicó su método histórico-redentor, mostrando cómo la revelación de Dios progresa, mediante etapas en la historia, desde los pactos del Antiguo Testamento hasta su plenitud en la persona de Cristo.
Su enfoque era que la Biblia no puede ser tratada como una colección sistemática de doctrinas abstractas, sino como un registro histórico de la revelación: del actuar vivo y personal de Dios en la historia, que, principalmente, era historia redentora. Como dijo Vos: “El proceso de revelación no solo es concomitante con la historia, sino que se encarna en la historia. Los hechos de la historia en sí mismos adquieren un significado de revelación”. Esa convicción bíblica, fundamental y definida históricamente, distinguió y distanció su pensamiento del liberalismo teológico, y también de ciertos abordajes conservadores más rígidos.

Vos persuadió a sus estudiantes de que la revelación divina —que es dinámica y actuante en la historia— posee una coherencia viva, orgánica y profundamente cristocéntrica. El Antiguo Testamento no es la mera historia de un pueblo peculiar, sino la revelación histórica del plan de Dios, que interviene de manera redentora. No sería una exageración decir que el aporte más significativo del proyecto teológico de Vos fue revolucionar no tanto la comprensión tradicional de la Biblia, sino la manera en que se entiende su mensaje como un todo unificado por la redención de Dios en Cristo.
Otra obra importante del Vos más joven, distinta de su Teología bíblica, fue Dogmática reformada, un extenso y exhaustivo manual de teología escrito en un largo lapso de seis años (1888-1893). En esta publicación, Vos desarrolló la teología mediante un tratamiento sistemático: teología propia, antropología, cristología, soteriología, eclesiología y escatología.
Junto a estos textos, se encuentra también su notable libro The Pauline Eschatology (La escatología paulina), publicado por primera vez en 1930. En el prólogo de esta obra, Vos comenta que, para él, Pablo logró captar la creencia escatológica de la Biblia, tejiéndola y compactándola en un todo completo y coherente. De hecho, escribió: “[Pablo] puede ser llamado justamente el padre de la escatología cristiana”.
Ahora bien, otro libro de su autoría merece ser señalado. Como el peregrinaje bíblico de Vos se había encaminado por la teología bíblica y la escatología, debía desembocar en la enseñanza central de Jesucristo: el reino de Dios. Así, en 1903 apareció su breve libro The Teaching of Jesus Concerning the Kingdom of God (La enseñanza de Jesús acerca del Reino de Dios). Aunque no era el único autor de la tradición cristiana que había reflexionado sobre el reino de Dios, sí fue pionero dentro de la erudición reformada.

Como era de esperarse, para su estudio siguió su metodología histórico-redentora: el reino en el Antiguo Testamento, su relación con Jesús y Su obra, sus etapas presente y futura, la salvación del reino, su relación con la justicia, sus bendiciones, su vinculación con la Iglesia, el arrepentimiento, la fe y su consumación final. Sin duda, este libro aparece como un estudio de teología bíblica.
La época en la que Vos enseñó en Princeton coincidió con un periodo de tensiones profundas dentro del presbiterianismo de Estados Unidos. El ascenso del modernismo teológico, que cuestionaba la autoridad y la inspiración de la Escritura, junto a la integridad de otras creencias tradicionales, generó fuertes conflictos dentro del seminario y de la denominación.
Aunque Vos no fue un polemista en sentido estricto (pues rara vez se involucró directamente en controversias públicas), su obra funcionó, sin embargo, como una defensa implícita de la ortodoxia reformada. Su énfasis en la unidad de la revelación y en la centralidad de Cristo proporcionaba una alternativa robusta frente a los métodos críticos que pretendían fragmentar la Biblia en documentos independientes o negar su carácter inspirado.

Brillante, pero… humilde
A pesar de su brillantez y erudición, Vos aparece como una figura reservada y humilde. En 1894, se casó con Catherine Smith, quien también fue escritora. Juntos formaron un hogar marcado por el estudio, la piedad y la educación de sus hijos. Uno de ellos, Johannes G. Vos, se convertiría también en teólogo y pastor, continuando el legado intelectual de su padre dentro del marco de la tradición reformada. Como autor, fue influyente en el tratamiento de la doctrina reformada del pacto de gracia.
Tras la reorganización modernista del Princeton Theological Seminary en 1929, sus colegas más cercanos, como el ya mencionado Machen y Cornelius Van Til, fundaron el Westminster Theological Seminary para preservar la tradición reformada confesional. En este sentido, el pensamiento de Vos no solo moldeó Princeton en su época, sino que ejerció un impacto aún mayor en los teólogos reformados del siglo XX, especialmente en aquellos asociados al Seminario de Westminster en Filadelfia, Pensilvania, y más tarde en su sede hermana en California.

Aunque Vos ya se acercaba a la jubilación y no se trasladó a la nueva institución, su influencia fue uno de sus pilares fundacionales. De hecho, gran parte del método redentor-histórico de la teología bíblica que ha caracterizado a Westminster proviene directamente de sus escritos. Desde la segunda mitad del siglo XX en adelante, grandes exponentes reformados de dicho seminario han integrado su visión y su método bíblico: Van Til, Richard B. Gaffin Jr., Edmund Clowney, Gregory K. Beale, Meredith G. Kline, entre otros.
Vos perseveró hasta el final. Se retiró de la enseñanza en 1932 y se mudó con su esposa a California, donde continuó escribiendo y estudiando de manera privada. Aunque no estaba activo en el debate teológico público, seguía recibiendo consultas y manteniendo correspondencia con antiguos estudiantes y colegas. Su esposa falleció en 1937, un golpe que lo afectó profundamente. Aun así, continuó trabajando en manuscritos y revisando sus notas de enseñanza.

Geerhardus Vos, el “padre de la teología bíblica”, murió el 17 de agosto de 1949 en Santa Mónica, a sus 87 años. Su legado radica principalmente en que estableció una metodología teológica que integró la exégesis bíblica, la filología, la historia de la salvación y la teología sistemática. Para Vos, la revelación es, en esencia, histórica. Dios se comunica y se revela a Sí mismo a través de actos y palabras en el tiempo, y la Escritura lo registra de una manera unificada y progresiva que apunta, a pesar de su diversidad y variedad, a Jesucristo.
Esta idea, que hoy parece ampliamente aceptada, no era evidente en su época. Pero él fue el pionero que la articuló de manera cuidadosa, mostrando que la Biblia posee una estructura orgánica que apunta siempre al cumplimiento, a la meta de toda la historia, a la realización plena de todo lo que Dios ha dicho y hecho desde Génesis en adelante.
Vos sigue hablando hasta el día de hoy, sobre todo en centros teológicos que han recuperado y actualizado su metodología. Su obra continúa recordando que la Escritura no solo comunica verdades doctrinales, sino que narra la historia misma de Dios con Su pueblo, la cual tiene a Cristo como centro, plenitud y cumplimiento.
Referencias y bibliografía
Inauguration of the Rev. Geerhardus Vos, Ph. D., D.D., as Professor of Biblical Theology (1894) de Princeton Theological Seminary. Nueva York, Anson D. F. Randolph, pp. 3–40.
Redemptive History and Biblical Interpretation: The Shorter Writings of Geerhardus Vos (1980) de Geerhardus Vos, editado por Richard B. Gaffin Jr. Phillipsburg, P&R Publishing.
Teología Bíblica del Antiguo y Nuevo Testamento (2021) de Geerhardus Vos. Lima, Teología para Vivir.
Escatología Paulina y el Reino de Dios (2021) de Geerhardus Vos. Lima, Teología para Vivir.
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