Un cambio en el clima local de una región tiene grandes efectos en otra muy lejana. Con la llegada de la primavera a América del Norte, las golondrinas violetas y las de árbol migran desde América del Sur, trayendo una variedad de consecuencias. Por un lado, estas aves aportan al control de plagas agrícolas, a la polinización y a la transferencia de nutrientes a través de sus desechos. Por otro lado, tienen un valor cultural: marcan la llegada de la nueva estación y fomentan una conexión emocional con la naturaleza.
Sin embargo, su migración también genera una competencia con aves nativas por recursos y lugares de anidación, la propagación de parásitos y enfermedades en áreas concentradas, daños a estructuras humanas debido a la construcción de nidos, y posibles conflictos en entornos urbanos debido a problemas de higiene y salud. De la misma forma, los grandes fenómenos de la historia han tenido efectos que han llegado a trascender su área de influencia inmediata.
Por ejemplo, Calvino escribió un manual elemental sobre la fe para sus conocidos franceses, y terminó convirtiéndose en la famosa obra de la Institución de la Religión Cristiana, que ha influenciado al pueblo de Dios hasta el día de hoy. ¿Cuál fue el alcance del trabajo de John y Elizabeth Sherrill, una pareja estadounidense que sintió el poder del Espíritu Santo de manera sobrenatural? ¿Qué efectos positivos o negativos generó?
El contexto del movimiento carismático
Las décadas de 1950, 1960 y 1970 fueron, por así decirlo, bastante exitosas para el cristianismo americano. Hubo grandes proyectos de construcción de edificios, cruzadas de avivamiento, y una gran ambición ecuménica. Sin embargo, muchos críticos percibían la ausencia de ciertas experiencias místicas que sí estuvieron presentes en eras más tempranas del cristianismo. Tiempo antes había empezado un movimiento que anhelaba la manifestación de los dones espirituales como ocurrió en el día de Pentecostés (Hechos 2). A sus miembros se les llamó “pentecostales”.
Estos no encontraron apoyo entre todos los cristianos evangélicos, más bien, a causa de su movimiento muchos sospecharon de cualquier forma de experiencia sobrenatural. Por ejemplo, Benjamin Warfield escribió en 1973 Counterfeit Miracles [en español, Milagros falsificados], en donde expuso la postura del cesacionismo, la cual afirma que los milagros de la iglesia primitiva tenían el propósito de autenticar la veracidad de los apóstoles mientras establecían el fundamento del cristianismo.
Aparte de aquella discusión, en 2001, el historiador Grant Wacker describió el movimiento como “una pelea librada sin reglas, en el lodo”, pues los pentecostales abandonaron muchas de las tradiciones cristianas y siguieron sus propias ideas. Entonces, a pesar del éxito del cristianismo en la época, de las falencias del movimiento pentecostal y de las posturas anti-sobrenaturalistas, muchos sentían que algo faltaba.
La percepción generalizada era que al Espíritu Santo se le trataba como una entidad sin mayor importancia; un concepto que estaba en la doctrina, pero no en la vida del cristiano. El movimiento carismático surgió como respuesta a esa incomodidad. Se dice que data del 3 de abril de 1960, cuando Dennis J. Bennett, un sacerdote episcopal narró su experiencia pentecostal con los fieles. Así lo hizo un par de domingos más y fue forzado a renunciar tras la controversia que se generó en su parroquia en Van Nuys, California. Entonces, así se dio en el anglicanismo, luego pasó a las denominaciones luteranas y presbiterianas, alrededor de dos años después, y llegó al catolicismo en 1967.
Los Sherrill y su relación con el movimiento
Elizabeth Sherrill murió el 20 de mayo de 2023. Quizás su nombre no sea muy conocido, pero ella y su esposo, John Sherrill, tuvieron un inmenso impacto en el desarrollo del movimiento carismático en los Estados Unidos. John Maiden, autor de Age of the Spirit: Charismatic Renewal, the Anglo-World and Global Christianity, 1945–1980 [en español, La era del Espíritu: renovación carismática, el mundo anglo y el cristianismo global, 1945-1980], escribió sobre ellos:
Los libros de los Sherrill ofrecieron una “catequesis carismática”, preparando a los lectores para la vida como cristianos llenos del Espíritu. Su literatura no solo respaldaba experiencias “nuevas”, como el bautismo en el Espíritu, sino que también proporcionaba un guión relacionable para que otros tuvieran lo mismo.
En un principio, estos dos editores de revistas sólo estaban interesados en conocer un poco mejor lo que sucedía con muchos que decían hablar en lenguas y ser afectados de manera sobrenatural por el Espíritu Santo. Pero ese interés se fue transformando en una compleja investigación acerca de la experiencia de muchos y, progresivamente, de la suya propia. John Sherrill, deseoso de sentir el poder del Espíritu Santo, narró haber tenido esa experiencia después de lo que se llegó a denominar como el “bautismo” o la “llenura” del Espíritu.
Historias influyentes
La investigación de experiencias personales, incluyendo la de Sherrill, resultó en la publicación del libro They Speak with Other Tongues [en español, Hablan en otras lenguas] en 1964. Allí se pueden leer las experiencias sobrenaturales que algunos cristianos empezaron a tener en sus vidas. Por ejemplo, está la de Harald Bredesen, ministro de la Primera Iglesia Reformada en Mount Vernon, Nueva York, cuya vida religiosa carecía de vitalidad hasta que experimentó un poderoso encuentro con el Espíritu. También se encuentra la experiencia de Dennis Bennett, su historia fue tan conocida, que llegó a ser reportada en Time y Newsweek.
En particular, John Sherril se interesó en entender las lenguas, e incluso grabó a personas hablándolas en diferentes ocasiones para analizar el contenido con expertos en lenguaje. Él y su esposa escribieron otros tres libros muy influyentes en el cristianismo. Uno fue el relato personal de un ministro pentecostal llamado David Wilkerson en The Cross and the Switchblade [en español, La cruz y el puñal]. En el texto, coescrito con Wilkerson, del cual hay adaptaciones al cine y a cómic, narra cómo este ministro ofreció compasión y fe a jóvenes involucrados en la delincuencia y el consumo de drogas con el fin de que sus vidas fueran transformadas por el evangelio.
Posteriormente, los Sherrill continuaron su influencia con God's Smuggler [en español, El contrabandista de Dios], sobre el cristiano holandés Anne van der Bijl, mejor conocido como “Brother Andrew”, quien contrabandeaba Biblias y literatura cristiana en países comunistas, en donde su distribución era prohibida. Además, fue el fundador de Puertas Abiertas, un ministerio enfocado en ayudar a cristianos perseguidos en todo el mundo.
Después, escribieron el famoso libro The Hiding Place [en español, El refugio secreto], en el que narraron la historia de la cristiana holandesa Corrie ten Boom, quien, desafiando a los nazis, ocultó a judíos durante el Holocausto y demostró una transformación espiritual profunda. La obra del Espíritu en su vida, según los Sherrill, se evidenció cuando pudo perdonar a uno de los guardias del campo de concentración donde su hermana Betsie había muerto. También fue adaptado cinematográficamente.
Estas obras, aunque no eran explícitamente carismáticas, presentaron personajes y situaciones que encarnaban una vida espiritual vibrante y transformadora, desafiando la visión convencional de la iglesia de la década de 1950. Este movimiento carismático, encarnado en las historias de los Sherrill, tuvo un impacto en todo lugar.
Movimientos globales
¿Qué motivó a los Sherrill a promover este sentimiento carismático? Tenían una carga en cuanto al Espíritu Santo, que John Sherrill describió así:
…un aspecto de Dios, el tercer miembro de la Trinidad, un concepto que reconocías cada domingo en el Credo; pero un espíritu igualmente, como si fuera el vestigio sin rasgos de alguien que en algún momento de la vida de la Iglesia había sido muy real de hecho, pero que ahora no era más que un recuerdo.
Sin duda es una carga muy válida, pues muchas congregaciones ignoran la obra del Espíritu Santo, la dejan por fuera del día a día del cristiano. Jesús mismo dijo que era bueno que Él se fuera para poder enviar al Consolador, es decir, al Espíritu Santo, el cual convencería al mundo de pecado, justicia y juicio (Juan 16:7-10). D. A. Carson, cofundador de Coalición por el Evangelio y reconocido teólogo reformado, explica esta carencia en las iglesias de hoy:
Necesitamos reconocer en el Nuevo Testamento que Dios ha derramado su Espíritu sobre nosotros para que lo conozcamos y su poder desatado opere en nosotros y dentro de nosotros. Deberíamos esperar cosas grandes y maravillosas de Dios. Nuestros horizontes son demasiado pequeños. Nuestras experiencias con Dios son demasiado empobrecidas.
Precisamente, ese anhelo que tenían los Sherrill de priorizar la obra del Espíritu en la vida cristiana se ha materializado en los movimientos carismáticos en todo el mundo, que no paran de crecer. En palabras de John Maiden, quien escribió sobre ellos en Christianity Today: “...autores como los Sherrill no solo buscaban capturar la renovación carismática con estas narrativas. A un nivel más profundo, ellos mismos eran la renovación carismática”. Por eso, algunos los llaman los “Holy Ghostwriters” carismáticos, haciendo un juego de palabras en inglés que da a entender que estuvieron detrás de escritos que propiciaron una nueva forma de ver al Espíritu Santo.
Como ya lo mencionamos, el movimiento pentecostal y el carismático se originaron en épocas distintas, y tienen diferencias importantes. Sin embargo, en relación a la teología del Espíritu Santo y cómo ésta impacta la vida de los cristianos, tienen posiciones muy similares. Por eso, vale la pena analizar el impacto de ambos movimientos en la actualidad.
De acuerdo con el Pew Research Center, para el 2011 había en el mundo 279 millones de cristianos pentecostales y 305 millones de carismáticos, mientras que solo había 285 millones de otro tipo de evangélicos, como los reformados. En otras palabras, si bien es una buena noticia que haya una gran expansión del cristianismo en todo el mundo, todos los demás evangélicos unidos son menos de la mitad que aquellos que pertenecen a los movimientos pentecostal y carismático unidos. Incluso, algunos autores dicen que el movimiento pentecostal carismático determinará el futuro global del cristianismo.
Este crecimiento de la teología carismática del Espíritu Santo ha salido de las fronteras de Estados Unidos y ha impactado todo el mundo, particularmente Latinoamérica, África y Asia. Al respecto, John L. Allen Jr., corresponsal del Vaticano en Roma, dijo en 2008 lo siguiente sobre el impacto del pentecostalismo:
Al menos dos tercios de los pentecostales se encuentran en el mundo en desarrollo, y algunos creen que el pentecostalismo está emergiendo como la forma de ser cristiano de facto en el Sur. (...) Al observar la explosión pentecostal, The Economist informó en diciembre de 2006: “La evidencia se puede ver en todas partes en América y en el mundo en desarrollo, en iglesias del tamaño de estadios de fútbol en América Latina, en 'campamentos de redención' de 12,000 (sic) acres en Nigeria y en iglesias en locales comerciales en los barrios marginales de Río y Los Ángeles”.
¿Cómo ver el crecimiento de dicha teología?
Quienes pertenecen a los dos movimientos en cuestión tienen aportes positivos que hacernos a todos. D. A. Carson, un teólogo que no está a favor de ellos y que ha dejado claro sus errores teológicos, reconoce tres de las influencias más positivas del carismático:
…ha desafiado a la iglesia a replantear sus expectativas sobre el poder espiritual y los milagros, (…) a través de su evangelismo enérgico, su oposición a la religión vacía y su búsqueda del hombre común (…), ha involucrado a personas laicas y les ha enseñado a vivir con los valores de la eternidad en mente.
Sin embargo, esas influencias positivas no han venido sin peligros para el cristianismo en todo el mundo. Gregg R. Allison, profesor de teología cristiana en el Southern Baptist Theological Seminary, explica tres grandes preocupaciones relacionadas con la teología pentecostal y carismática:
Primero, la creación de un cristianismo en dos niveles al elevar a los creyentes que han sido bautizados en el Espíritu Santo y hablan en lenguas por encima de otros creyentes (es decir, aquellos que carecen de tales experiencias), es antibíblica (…). Una segunda preocupación es la posible priorización de las experiencias no mediadas del Espíritu sobre los medios de gracia tradicionales. (…) Una tercera preocupación es el énfasis en la acción inusual, incluso sensacional, del Espíritu Santo: el hablar en lenguas, la profecía, la sanación milagrosa y cosas similares.
A estas preocupaciones de la teología pentecostal y carismática, se suma la existencia de algunas denominaciones abiertamente heréticas dentro de tales movimientos, como los pentecostales unitarios, que niegan la Trinidad y aquellos que enseñan el así llamado “evangelio de la prosperidad”.
El efecto de lo que decimos
La primavera en América del Norte no incide en unas cuantas aves, sino en continentes enteros. El sentir sensacionalista de las obras de John y Elizabeth Sherrill, junto con otros escritores de corriente similar, no influenciaron en la forma de ver al Espíritu Santo solamente en Estados Unidos, sino en todo el mundo. Una búsqueda que comenzó siendo inocente se transformó en un movimiento global que, aunque tiene ciertas cosas positivas, amenaza con diferentes peligros al cristianismo en todo lugar.
Creo que vale la pena reflexionar en el efecto de las cosas que decimos, escribimos y enseñamos. Muchos escriben contenido sin el cuidado y escrutinio suficiente, quizás con buenas intenciones, pero comunicando un mensaje peligrosamente novedoso. Esta es la era de la globalización, en la que casi no hay obstáculos para crear y publicar contenido que llegue a todo lugar. ¿Cuál es el efecto que producimos en quienes nos escuchan o nos leen? No hay tal cosa como publicaciones inocentes. Quizás otro corto video de TikTok aquí en Latinoamérica se sume a otros millones que tendrán un inmenso impacto en otros continentes.
Con información de Christianity Today, The Gospel Coalition, Pew Research Center, NCR online
Otras referencias
- Wacker, G. (2001). Heaven Below: Early Pentecostals and American Culture. Harvard University Press.
- https://www.semanticscholar.org/paper/The-Next-Christendom%3A-The-Coming-of-Global-Jenkins./34395b8ee50596e8c000a4955bfb90716e7a343f
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