Después de meses de restricciones relacionadas con el nuevo coronavirus o COVID-19, que obligó a los lugares de culto a suspender los servicios presenciales en todo Estados Unidos, más del 70% de las iglesias protestantes han reanudado cautelosamente las reuniones y cultos en persona siguiendo las medidas de seguridad requeridas, según una nueva encuesta de LifeWay Research.
Hace aproximadamente tres meses, en abril, menos del 10% de las iglesias protestantes tenían servicios presenciales, pero el número aumentó a más del 55% el primer fin de semana de junio, y en julio, más del 70% se reunió físicamente, según la encuesta de LifeWay.
"Si bien cada vez más iglesias han reanudado los servicios de adoración en persona, no siempre ha sido un camino directo de regreso", dijo el director ejecutivo de LifeWay Research, Scott McConnell. "Algunos tuvieron dificultades para reanudar o tuvieron que dejar de reunirse nuevamente a medida que las cosas empeoraron en su área".
El estudio encontró que el 99% de las iglesias que se han reabierto para reunirse físicamente en interiores están tomando precauciones de salud y seguridad.
Por ejemplo, el 94% de los pastores dijeron que proporcionaron desinfectante de manos, mascarillas o guantes a quienes lo necesitaban, el 86% realizó una limpieza adicional de las superficies y el 76% dejaron asientos vacíos para aumentar la distancia entre las personas.
Casi el 60% de las iglesias que se reúnen en persona tienen máscaras "recomendadas", pero solo alrededor del 35% de los asistentes "requeridos" deben usarlas. Y más del 20% de las iglesias han reabierto servicios adicionales para permitir que las personas puedan guardar la distancia física en cada una de las reuniones, y el 18% proporcionó salas de reunión adicional para cumplir con las medidas.
Algunas iglesias también realizaron controles de temperatura del personal y de los voluntarios (21%), y algunas verificaron las temperaturas de todos los asistentes (14%), según la encuesta.
"Reanudar los servicios de adoración en persona no ha vuelto hacer de la adoración algo como a lo que estábamos acostumbrados", comentó McConnell. "Las iglesias están haciendo esfuerzos para hacer que el espacio sea seguro, pero estos esfuerzos a menudo son cuestionados por aquellos que quieren más precauciones o menos restricciones".
A finales de mayo el presidente Donald Trump declaró que las iglesias eran esenciales, el primer mandatario también dijo que se le debería permitir a las comunidades de fe reabrir mientras se adhirieran a las pautas de salud de los Centros para el control de enfermedades. Mientras tanto, el Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito decidió a favor de la posición del gobernador de California Gavin Newsom, que ordenó a las personas mantenerse en sus casas y rechazó una moción de emergencia que permitía que los servicios de adoración en persona se mantuvieran en el estado.
Algunas iglesias dijeron que continuarían retrasando su reapertura. Grace Community Church afirmó inicialmente que estaba entre ellas y dijo que "dejarían el asunto en manos de Dios". A las iglesias en California luego se les permitió reabrir con algunas restricciones.
Sin embargo, en julio, Newsom anunció que las iglesias, los gimnasios y las empresas en varias industrias en 30 condados de California recibirían la orden de cerrar nuevamente a menos que pudieran operar al aire libre o mediante servicios de atención a domicilio. Varias iglesias dijeron que no seguirían la orden. El pastor John MacArthur de Grace Community Church anunció que su iglesia continuaría celebrando servicios en persona a pesar de las restricciones. Otras iglesias, incluida Harvest Christian Fellowship, han optado por mantener sus servicios al aire libre de acuerdo con la orden.
La encuesta de LifeWay encontró que el 5% de las iglesias, la mayoría de ellas en el noreste, han tenido al menos un asistente fallecido por el coronavirus.
En los últimos tres meses, los pastores dijeron que los asistentes a la iglesia también han tenido que enfrentar situaciones como menos horas de trabajo (74%) o el hecho de perder el empleo (48%).
Según la encuesta, solo el 29% de las iglesias realiza estudios bíblicos en persona.
La semana pasada, el informe del Estado de la Biblia 2020 publicado por Barna Group y la American Bible Society también mostró que la pandemia ha afectado el compromiso bíblico de los estadounidenses, y el número de adultos estadounidenses que leen las Escrituras disminuyó drásticamente en medio del brote.
Los adultos estadounidenses que dicen que leen la Biblia diariamente cayeron del 14% al 9% entre principios de 2019 y 2020, según el informe.
Incomodidad en medio del retorno a las reuniones durante el mes de junio
Según una encuesta anterior, casi dos tercios de los cristianos estadounidenses se sienten incómodos al regresar a los servicios de adoración en persona por preocupaciones sobre el coronavirus.
El American Enterprise Institute realizó una encuesta a 3.504 estadounidenses desde finales de mayo hasta principios de junio, preguntándoles sobre sus niveles de comodidad al regresar a la iglesia.
Entre los encuestados, el 64% dijo que estaban "algo incómodos" o "muy incómodos" al regresar a los servicios de adoración en persona.
"Las personas se han mostrado ambiguas e inseguras sobre si se sienten cómodas para asistir", dijo Daniel Cox, quien supervisó el estudio, al Servicio de Noticias de The Associated Press and Religion. "Estamos viendo entre laicos una gran cantidad de incomodidad al volver a las prácticas religiosas formales en persona".
Si bien la mayor parte de la muestra respondió sentirse incómoda, la encuesta AEI encontró una variación considerable en las respuestas por clasificación racial y religiosa.
Los protestantes evangélicos blancos se sintieron más cómodos con la asistencia a los servicios, y el 61% dijo que estaban "muy cómodos" o "algo cómodos" con la asistencia.
Por el contrario, solo el 26% de los encuestados católicos hispanos dijeron que estaban "muy cómodos" o "algo cómodos" con la asistencia a los servicios en persona.
Entre los protestantes de color, el 42% dijo que estaban "muy incómodos" con la asistencia, que fue el mismo porcentaje para los encuestados que se identificaron como "religión no cristiana".
Los encuestados que se identificaron como "no afiliados" fueron los más propensos a decir que estarían "muy incómodos", con un 66%, y solo el 8% de ese grupo dijo que estaban "muy cómodos".
En respuesta a la propagación del coronavirus, la gran mayoría de las iglesias en los Estados Unidos optaron por cerrar sus puertas, y la mayoría trasladó su culto a servicios exclusivamente en línea.
Posiciones encontradas respecto a la apertura de iglesias
El secretario general de la Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana de los Estados Unidos, el reverendo Herbert J. Nelson, jefe de la denominación presbiteriana más grande de los EE.UU., recientemente instó a la precaución con la reapertura.
En un video publicado en línea a principios de junio, Nelson dijo que si bien la adoración es importante, las iglesias deben "tomarse un tiempo" y "no apresurarse" para reabrir los servicios en persona.
"Reconozco que todavía estamos en medio de este coronavirus", dijo Nelson. "Permítamonos tomar esto lentamente y reconocer que somos las personas que ayudan a construir, en todas las cosas, la vida abundante que los demás buscan en este lado del Cielo".
Sin embargo, esta posición no ha sido compartida por otras iglesias. Como se mencionó anteriormente, la Iglesia de Sun Valley en California, Grace Community Church, liderada por el pastor John MacArthur, ha decidido mantener sus servicios presenciales, una posición que desafía la orden del gobernador de California de mantener las iglesias cerradas de manera indefinida.
El autor y teólogo John MacArthur ha dado una base bíblica para su decisión: "Cumplir con la ley del estado sería desobediencia a los claros mandatos de nuestro Señor", escribió en un comunicado a la congregación el viernes 24 de julio.
MacArthur amplió su posición señalando: “Dios no ha otorgado autoridad a los gobernantes cívicos sobre la doctrina, la práctica o la política de la iglesia. El marco bíblico limita la autoridad de cada institución a su jurisdicción específica. La iglesia no tiene derecho a entrometerse en los asuntos de familias individuales e ignorar la autoridad de los padres. Los padres no tienen autoridad para manejar asuntos civiles mientras eluden a los funcionarios del gobierno”.
Las actuales posturas de divergencia dentro de las comunidades eclesiales respecto a la apertura, bien sea gradual o bien sea con ciertas restricciones, siguen siendo un tema de debate tanto a nivel secular como dentro de los mismos estamentos religiosos. Las diversas posturas pueden responder en algunos casos a diferencias teológicas como a diferencias en el grado de afectación al que se ven expuestas diversas comunidades.
Muchos congregantes por su parte, han expresado su incomodidad con las medidas que han sido impuestas para la celebración de las reuniones y dado el escenario actual, aún no se prevé una apertura global de las iglesias de forma completa en el corto plazo.
A pesar de la incomodidad y de que la apertura global de las iglesias sigue siendo algo improbable en el corto plazo, muchas comunidades de fe ya han tomado medidas sanitarias y de distanciamiento social, preparándose en medio de una apertura gradual, para una eventual apertura total.
Con información de The Christian Post.
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