John Wesley y Charles Wesley fueron dos de los diecinueve hijos de Samuel y Susannah Wesley. Samuel se desempeñó como un clérigo anglicano en Epworth, Inglaterra, mientras quien Susannah, quien es considerada hoy como una cristiana modelo, formó las inclinaciones espirituales y académicas de sus hijos.
Aunque de temperamento bastante diferente, John y Charles perseguían intereses académicos y espirituales similares. Ambos ingresaron a Christ Church, uno de los colegios más grandes de Oxford; John comenzó en 1720 y Charles en 1726. Después de recibir su formación académica, John fue elegido miembro del Lincoln College de Oxford y ordenado dos años después.
"Holy Club" y misión fallida
El primer año de Charles en Oxford transcurrió sin incidentes, pero en el segundo año decidió tomarse más en serio su estancia académica. Él y varios amigos formaron un “Holy Club” (“Club santo”). Hicieron pacto entre ellos para llevar una vida cristiana disciplinada y dedicada al estudio serio de la Biblia, la oración, el ayuno y la obra social. Charles fue el primero del grupo en ser etiquetado burlonamente como “metodista” por sus compañeros de estudio, pero su título se convirtió en una insignia de honor para estos devotos estudiantes. John Wesley se unió al “Holy Club” después de una ausencia de Oxford para ayudar a su padre enfermo en el ministerio de la iglesia local, y finalmente se convirtió en su líder.
En 1735, los hermanos Wesley zarparon con el general Oglethorpe en su segunda expedición a Georgia, pero incluso en este servicio misional en Norteamérica, afloraron las viejas dudas sobre su experiencia de salvación. Ni John ni Charles pudieron encontrar la seguridad de que era realmente hijos de Dios por gracia. Regresaron a Inglaterra creyendo que sus vidas y su ministerio habían fracasado. John Wesley escribió sobre su experiencia en Georgia: “Fui a América para convertir a los indígenas; pero, oh, ¿quién me convertirá?”
Corazones "extrañamente encendidos"
La respuesta a su pregunta llegó poco después de su regreso de las colonias en Norteamérica. Tanto él como Charles fueron influenciados por amigos moravos que dieron testimonio de la salvación por gracia mediante la fe en Cristo.
Charles Wesley fue el primero de los dos en ser justificado por la fe, el 21 de mayo de 1738 experimentó el pentecostés. Escribió en su diario que el Espíritu de Dios “ahuyentó las tinieblas de mi incredulidad”. El prolífico compositor de himnos (que eventualmente escribiría de seis a siete mil) compuso un himno para conmemorar su día de salvación. Mientras los eruditos debaten entre tres posibilidades sobre el verdadero himno de conversión, un posible candidato es el himno que pregunta: "¿Y puede ser que deba interesarme por la sangre del Salvador?" El último verso proclama triunfalmente:
Sin condenación ahora no temo,
Jesús, y todo en él, es mío:
Vivo en Él, mi Cabeza viviente,
Y revestido de la justicia divina,
Audaz me acerco al trono eterno,
Y reclamo la corona, a través de Cristo, como mía.
Tres días después, el 24 de mayo de 1738, la búsqueda de la gracia de Dios por parte de John terminó en una casa de reuniones en Londres. Escribió en su diario el ahora famoso relato de su conversión:
“Por la noche fui de mala gana a una sociedad en Aldersgate Street, donde alguien estaba leyendo el prefacio de Lutero de la Epístola a los Romanos. Aproximadamente un cuarto antes de las nueve, mientras el lector describía el cambio que Dios obra en el corazón a través de la fe en Cristo, sentí que mi corazón se encendía extrañamente”.
John inmediatamente compartió las buenas noticias con Charles. Charles escribió que “Hacia las diez, mi hermano fue llevado en triunfo por una tropa de nuestros amigos, y declaró: 'Creo'. Cantamos el himno con gran alegría y nos separamos con una oración”.
Hasta sus conversiones, los Wesley tenían lo que John describió como “una religión de verano hermosa”. Ambos fueron ordenados. Ambos predicaron, enseñaron, escribieron, compusieron himnos e incluso se entregaron a la obra misionera, todo en vano. No tenían a Cristo, o mejor dicho, Cristo no los tenía a ellos. Vivían de buenas obras, pero no por fe.
Ministerio vigoroso
Con la iglesia establecida cerrada a su ministerio, John Wesley se fue al campo, predicando a los mineros del carbón y a los pobres. A pesar de la oposición recurrente, su evangelismo itinerante pronto se expandió por las Islas Británicas. Se estima que recorrió más de 250.000 millas a caballo y predicó más de 40.000 sermones. También publicó selecciones de sus sermones y escribió de manera voluminosa. Su uso de predicadores laicos y pequeñas “sociedades” de estudio bíblico extendieron el movimiento a unos 120.000 seguidores en el momento de su muerte.
El hermano Charles también predicó ampliamente y finalmente se instaló en Londres. Se convirtió en el compositor de himnos más prolífico y hábil de la historia de Inglaterra, escribiendo himnos que se cantan ampliamente en la actualidad, como "Cariñoso Salvador", "Oid un son en alta esfera" y "Tocad, trompetas ya".
Sin embargo, las conversiones y los ministerios posteriores de John y Charles Wesley no fueron eventos aislados cuyo impacto terminó con el paso del siglo XVIII. Sus vidas continúan afectando mucho a la iglesia. Muchas denominaciones metodistas en la actualidad (en todo el mundo, la comunión metodista cuenta con unos 50 millones de seguidores) todavía adoptan esos elementos notables del ministerio de Wesley: un énfasis en la predicación; la organización de pequeños grupos para la oración y el estudio de la Biblia (el equivalente de las sociedades metodistas y un elemento importante de las actuales estrategias de crecimiento de la iglesia); la importancia de la distribución de libros y tratados; y una preocupación por los pobres, oprimidos y marginados, que para los Wesley y sus seguidores era la expresión natural de la vida cristiana.
La teología de John y Charles Wesley también tiene una influencia continua fuera de las denominaciones estrictamente metodistas. El énfasis de Wesley en el papel del Espíritu Santo en la vida del creyente y la iglesia ha afectado el movimiento de santidad, el movimiento pentecostal e incluso el posterior movimiento carismático.
Un clero educado y un laicado informado también fueron preocupaciones de los hermanos Wesley, lo que llevó a la fundación de muchas universidades y seminarios wesleyanos. El equilibrio entre la vida de la mente y la vida del espíritu sigue siendo fundamental para la tradición wesleyana, que busca predicar el evangelio a quienquiera, convertir al pecador y avivar al santo.
El Dr. Roger J. Green es profesor y presidente de estudios bíblicos y teológicos en Gordon College en Wenham, Massachusetts. Este artículo fue publicado originalmente en el año 1990 en la revista Christian History. El artículo fue traducido y actualizado por el equipo de BITE.
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