Joyce Lin, una piloto misionera estadounidense, murió el martes 11 de mayo en un accidente pocos minutos después de que su avión despegara para entregar suministros de COVID-19 a aldeas remotas en Indonesia. Ella tenía 40 años.
Lin trabajó para la Mission Aviation Fellowship (Sociedad de Aviación Misionera), con sede en Idaho, cuyos pilotos usan aviones Cessna y KODIAK para transportar medicamentos, médicos, ayuda en caso de desastres, personal evangelístico, traducciones de la Biblia, suministros de alimentos, productos agropecuarios y otras cosas a poblaciones remotas de todo el mundo para compartir "El amor de Cristo más allá donde termina el camino".
Tristeza en la Sociedad de Aviación Misionera
"La familia de Mission Aviation Fellowship (MAF) está profundamente entristecida por la pérdida de su colega y amiga, Joyce Lin", dijo la MAF en un comunicado.
“Joyce estaba respondiendo a las necesidades de la aldea de Mamit en las tierras altas de Papua y la carga en el avión incluía kits de prueba rápida para el COVID-19 para la clínica local. A los pocos minutos del despegue, informó de una emergencia y el avión descendió al lago Sentani. Joyce era la única persona en el avión".
"Sentimos una gran sensación de pérdida, pero también una gran sensación de consuelo, porque Joyce estaba haciendo lo que amaba y era fiel al llamado que Dios había puesto en su vida", dijo David Holsten, presidente de la MAF a Christianity Today. "Ella dio su vida sirviendo al Señor de una manera que estaba impactando a otros".
Lin, que estaba pilotando un avión MAF Kodiak, se estrelló después de su salida del aeropuerto de Sentani, en Papúa, Indonesia. El portavoz de la policía de Papúa, Ahmad Musthofa Kamal, dijo a NBC4 que ella envió una llamada de socorro y solicitó regresar al aeropuerto, pero la torre de control perdió el contacto con ella. Los equipos de rescate encontraron su cuerpo en el lago dos horas después del accidente a una profundidad de aproximadamente 13 metros. Según los informes, fue el primer accidente fatal de la MAF en 23 años. Una fuente local que dijo que el accidente se encuentra actualmente bajo investigación señaló que Papúa es una de las áreas de vuelo más difíciles del mundo debido al terreno accidentado y al clima cambiante.
"Ella había dedicado su vida a transportar suministros humanitarios y misioneros a zonas de difícil acceso en Papúa", dijo Kamal.
Vida y testimonio de Joyce Lin
Lin, quien creció en Colorado y Maryland, había comenzado a trabajar con la MAF hace dos años. Hija de inmigrantes cristianos taiwaneses, se hizo cristiana de niña a través de un programa de divulgación en una iglesia evangélica local. Después de obtener un título en ciencias de la computación del MIT, trabajar en TI durante una década y una maestría en Divinidad del Seminario Teológico Gordon-Conwell, donde aprendió por primera vez sobre la aviación misionera, Lin se sintió llamada al ministerio y decidió participar en las labores de la MAF.
De inmediato se convenció del llamado de Dios y reorientó su vida en torno al objetivo de convertirse en piloto misionera. Además de transportar suministros a misioneros y trabajadores de ayuda humanitaria en Papúa, ayudó a establecer y mantener un sistema informático para darles acceso a Internet.
En diciembre, Lin defendió el trabajo de los misioneros en una carta a sus amigos y familiares en los Estados Unidos.
"Antes de que alguien se oponga a que los cristianos o los occidentales cambien la forma en que viven otras personas", escribió, "es importante saber que Papúa no era un paraíso tropical antes de la llegada de los misioneros cristianos. Las tribus de Papúa vivieron para matarse entre sí. ...La gente vivía en constante temor a otras tribus y al mundo espiritual".
En uno de sus primeros vuelos para la MAF, Lin tuvo que desviarse a Wamena, la ciudad más grande de las tierras altas de Papúa, debido al mal tiempo. En el aeropuerto, descubrió a una mujer que necesitaba un vuelo de evacuación de emergencia para una cirugía mayor. Todos los vuelos fueron cancelados debido al bloqueo de COVID-19, pero a Lin se le permitió llevar a la mujer a Sentani.
Lin vio esto como evidencia de que Dios la estaba usando.
"Hay un verso famoso que a los cristianos les gusta citar de Romanos 8:28", escribió, "que dice que Dios puede trabajar en conjunto para el bien de los que llamó de acuerdo con su propósito. Al recordar mi vida, ha sido genial ver las muchas maneras en que este versículo ha sido cierto en este llamado a servir en Indonesia".
Lin amaba realmente lo que hacía y lo expresaba constantemente cada vez que se comunicaba con su familia o sus amigos.
"Se sintió increíble aterrizar el Kodiak por mi cuenta por primera vez", escribió Lin en una carta de apoyo en diciembre. “Este ha sido el avión de mis sueños desde que me enteré de la aviación misionera. Aterricé el Kodiak en pistas de aterrizaje pavimentadas y no pavimentadas y practiqué procedimientos de emergencia”.
Reacciones a su fallecimiento
El martes, se dejó un pequeño monumento de rosas rojas en la pista de aterrizaje en el pueblo de las tierras altas donde Lin aterrizaría. "Piloto Joyce Lin", decía una tarjeta, "hasta que nos volvamos a ver".
“A Joyce le encantaba trabajar para la MAF en Indonesia, donde se desempeñó como piloto y especialista en soporte tecnológico de campo. Aunque estuvo allí sólo dos años, uno en Java Central para la escuela de idiomas y otro en Sentani, su impacto fue significativo. Joyce compartió repetidamente cuán llena de alegría estaba en las semanas previas a que se uniera al Señor”, dijo la MAF.
Otros que conocieron a Lin compartieron pensamientos sobre su vida en las redes sociales.
“Joyce y yo éramos compañeros de banda en mi iglesia en Maryland. Siempre le apasionó su llamado a satisfacer las necesidades vitales de los demás a través del vuelo. Ella siguió ese llamado atentamente y como resultado compartió el amor de Dios con muchos. Su fe ahora está a la vista”, escribió Matthew Hooker en Twitter.
Micah Green, quien está en la facultad de ingeniería química de la Universidad de Texas A&M, dijo: “Joyce Lin dejó un legado notable en la comunidad cristiana del MIT. Me entristeció profundamente escuchar su fallecimiento”.
James Cardner, quien se describió a sí mismo como el amigo y compañero de trabajo de Lin, también señaló en Twitter: "Me enteré de algo realmente trágico ayer, el fallecimiento de una compañera de trabajo, una amiga y simplemente una persona inspiradora, Joyce Lin. Nos has tocado a todos y el mundo es un lugar menor sin ti. Te echaremos de menos, Joyce".
A Lin le sobreviven sus padres y dos hermanas.
La necesidad de anunciar el evangelio y la importancia del testimonio de Joyce Lin
La vida de Joyce Lin es un testimonio de la necesidad y la importancia de llevar el mensaje cristiano a donde éste no es conocido. Observar que en muchos sitios, donde no se sabe de Cristo, la violencia social es la norma de comportamiento, tal y como ella lo indicaba en sus cartas, nos ayuda a entender por qué es preciso anunciar a Aquel que nos amado.
Sin embargo, la labor misionera de Lin y de la MAF ilustran muy bien de qué se trata realmente la actividad de evangelización: de una auténtica preocupación por las necesidades espirituales y materiales de las personas.
En el texto bíblico precisamente encontramos una clara definición del mandato misionero y de sus implicaciones: “Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Mateo 28, 19- 20. Así, se encomienda a los cristianos la labor de llevar un mensaje, anunciar a una persona, a Cristo, pero también la de generar un impacto y una transformación en el modo de vida de las personas: “enseñándoles a guardar lo que les he mandado”. Esta enseñanza, sin duda pasa por la coherencia, y la capacidad de mostrar un genuino interés por el sufrimiento de las personas; esto fue lo que hizo Lin y de ahí que su testimonio sea tan importante.
En este sentido, la labor misionera, que muchas veces se ha catalogado como colonización e imperialismo occidental, puede mirarse desde una perspectiva más justa y objetiva, entendiendo la necesidad del anuncio y del llamado del evangelio a la coherencia para así cumplir fielmente con el mandato cristiano, el cual tiene al otro como medida del amor a Dios. El texto bíblico nos recuerda esto de manera enfática en 1 Juan 4: 20: “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?”. De esta manera se puede partir a hacer una auténtica evangelización que refleje el verdadero espíritu del evangelio, tal y como los nuevos misioneros lo están demostrando, al punto incluso de entregar su vida en la tarea.
Con información de Christianity Today y The Christian Post.
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