Dios ha instruido a su pueblo por medio de los dones que ha puesto en hombres y mujeres. Eso es lo que dice Pablo en Efesios 4:11 (LBLA): “Él dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”. Probablemente todos los cristianos tenemos en la mente personas que nos han bendecido mucho por medio de su enseñanza, desde nuestros pastores en nuestra iglesia local, hasta predicadores y autores reconocidos internacionalmente.
Como cada creyente, los maestros juegan un rol en el cuerpo de Cristo y también enfrentan tentaciones mientras están siendo perfeccionados para llegar a la estatura de Cristo. Igual que los demás cristianos, ellos pueden ser atacados por el enemigo (1 Pedro 5:8).
En este artículo, pretendo señalar dos retos a los que se enfrentan los cristianos en relación con la escritura y publicación de libros, para que oremos por los autores, pastores o ministros. Además, si alguien está relacionado con el contexto editorial, como yo, es pertinente tener cuidado de no caer en errores que han afectado otros ministerios.
Traeré a colación ejemplos reales que es necesario revisar con misericordia y temor de Dios. Cabe aclarar que hay otros peligros de los que no hablo en este artículo, como el problema de leer a un autor implicado en un escándalo, el fenómeno de sobrevalorar a quienes poseen una plataforma, el recurrir a estrategias deshonestas para lograr más ventas, y hacer plagio en la preparación de sermones.
1. El reto de recomendar libros de forma responsable, genuina y sincera
Todos hemos visto en nuestros libros cristianos favoritos el respaldo que personas o instituciones de renombre le brindan a un libro o autor por medio de una recomendación. Cuando estamos en la librería, nos llama la atención que uno de nuestros autores favoritos nos invite a leer el libro que estamos considerando adquirir. Si alguien así afirma que es bueno, entonces tiene que serlo.
Sin embargo, estas recomendaciones se vuelven peligrosas cuando los autores recomiendan un libro que no conocen. En marzo de 2023, Joshua Ryan Butler publicó Beautiful Union (“Unión hermosa” en español), libro que habla sobre el significado del sexo en la Biblia. Dos personas de bastante influencia en el contexto cristiano, la líder ministerial Dennae Pierre y el pastor Rich Villodas, inicialmente hicieron endorsos para el libro, pero luego tuvieron que retractarse por haber recomendado algo que no conocían a cabalidad. ¿Cómo sucedió eso?
Hubo una controversia por un artículo que se publicó en The Gospel Coalition, el cual contenía un extracto del libro de Butler. Los lectores criticaron fuertemente su contenido por “[tergiversar] la metáfora del matrimonio en Efesios 5, haciéndola pornográfica, centrada en el hombre y propensa a que se abuse de ella”. Como resultado, tanto Pierre como Villodas se retractaron de su recomendación.
Pierre explicó que uno de sus libros anteriores había sido muy bueno y que había tenido un gran efecto en ella, por lo que decidió hacer una revisión rápida y asumió que eso era suficiente para recomendarlo, concluyendo lo siguiente: “no debí haber recomendado algo que no había leído completamente”. Por su parte, Villodas dijo: “Fui invitado a recomendar el libro de Josh por un amigo en común. Acepté hacer el favor, pero con juicio pobre, solo leí del 25-30% del libro”.
Esto es muestra de que es posible recomendar un libro que no se ha leído. Como lo nota Katelyn Beaty, directora editorial de Brazos Press, las recomendaciones no siempre dan cuenta de la calidad de la escritura o la solidez teológica de un libro. Por el contrario, en la práctica, su propósito es impulsar las ventas a través de la conexión de ese autor con personas famosas o reconocidas y, al mismo tiempo, promover la fama de quienes hacen las recomendaciones.
Sin duda, no todas son así, pues muchos autores leen libros y los recomiendan de manera sincera e informada. Pero es imposible negar que existe el peligro de que el deseo de vender un libro y el de obtener reconocimiento lleven a cristianos a hacer recomendaciones desinformadas. Dichas recomendaciones pueden resultar dañinas para otros creyentes que solo quieren ser edificados y cuentan con tiempo y recursos limitados.
Concluimos este punto afirmando que una recomendación no asegura completamente la calidad de un libro. En nuestro deseo de leer literatura edificante, podemos atender a recomendaciones de autores que admiramos, pero la única forma de dar un juicio informado sobre un libro es leyéndolo detalladamente.
2. El reto de poner los valores cristianos por encima de las herramientas
La escritura fantasma, más conocida por su término en inglés ghostwriting, es un proceso en el cual una persona escribe un texto publicable, como un libro o un artículo, pero el crédito es recibido por otra. Regularmente, el “escritor fantasma” es contratado para producir el contenido bajo la condición de no revelar la verdadera autoría de la obra. La escritura fantasma es común en el contexto editorial y es usada por muchas personas que gozan de gran reputación y que no tienen el tiempo o las habilidades para mantener publicaciones acordes a su fama.
La sola definición de escritura fantasma nos genera dudas desde el punto de vista moral y, lastimosamente, la publicación de contenido cristiano no es la excepción. Autores muy reconocidos han sido acusados de hacer uso de la escritura fantasma, como Billy Graham y John MacArthur.
En el caso de Billy Graham, William Martin, uno de sus biógrafos dice que “A lo largo de su ministerio, Graham usó una variedad de asistentes y escritores fantasma para ayudarlo a escribir sus sermones y publicaciones, pero con raras excepciones, él escribía personalmente cada carta que era enviada con su firma”. También sus lectores notaron que algunos de sus libros no tenían su estilo. Por ejemplo, su último libro titulado Where I am: Heaven, Eternity, and Our Life Beyond (“En dónde estoy: el cielo, la eternidad y nuestra vida más allá” en español), publicado cuando tenía 96 años, parece tener el estilo de su hijo Franklin.
El antiguo vicepresidente de la librería del The Master’s University and Seminary, el Dr. Dennis M. Swanson, habló sobre John MacArthur en una entrevista con Julie Roys publicada en 2021 acerca de varios problemas del ministerio del reconocido predicador. Allí declaró que parte importante de los libros publicados a su nombre son escritos por escritores fantasma, como Phil Johnson y Nathan Buseness. Además, Swanson declaró en otra publicación que ciertos escritos de su autoría habían sido republicados en un libro de MacArthur sin su autorización.
Desde el punto de vista moral, hay al menos tres problemas que saltan a la vista en la escritura fantasma. El primero es, sin duda alguna, el de la mentira y la conciencia. Como lo dijo Paul Fromer en su artículo de 1982 para Christianity Today, el hecho de poner un autor en la portada de un libro implica decirles a los lectores que esa persona fue quien lo escribió. Ahí se quebranta el octavo mandamiento de “no robarás”, pues hay un robo de autoría intelectual, y el noveno de “no mentirás”, pues se les dice a los lectores algo que no es cierto. Además, como también lo notó Fromer, no es posible apelar a la conciencia de cada hombre delante de Dios con esa publicación (2 Corintios 4:2).
El segundo problema es que el escritor fantasma puede tener un carácter cuestionable. Ese es el caso de Mel White, un pastor que afirmó haber sido un escritor fantasma para Billy Graham y quien es un líder cristiano abiertamente homosexual, casado con otro hombre. El tercer problema es que la escritura fantasma puede convertirse en un medio para que celebridades cristianas mantengan su presencia en internet y en el mundo editorial, ya no con el objetivo de poner sus ideas a disposición de los lectores, sino solo su nombre.
En 1993, el periodista Edward E. Plowman se expresó sobre este fenómeno de la siguiente manera: “[Vendrá el día en que una obra cristiana sea] un libro escrito por un famoso predicador, con sermones escritos por otros, con un prólogo escrito por otro famoso que usó escritura fantasma, y con reseñas escritas en la contraportada por aún más famosos, ninguno de los cuales ha leído el libro”.
Una lucha de todos
Hablar acerca de pecados y errores cometidos por otros hermanos en el pasado debe hacerse con temor. Indudablemente, Dios ha decidido utilizar a hombres y mujeres para bendecirnos con su sabiduría, y ellos tienen responsabilidades y desafíos que pocos están dispuestos a asumir. Por eso, debemos tener una actitud de gratitud hacia ellos, incluso cuando reflexionemos sobre esas situaciones lamentables pasadas.
También debemos orar hacia el futuro, clamando por esos escritores y autores reconocidos del mundo cristiano, para que no se vean tentados a recurrir a recomendaciones desinformadas o a la escritura fantasma, en especial si el propósito es mantener o aumentar su fama. Además, aquellos que de alguna manera estamos involucrados en el contexto editorial, debemos tener mucho cuidado con estos peligros latentes. Como dice el apóstol Pablo, “el que cree que está firme, tenga cuidado, no sea que caiga”, 1 Corintios 10:12 (LBLA).
Bibliografía
Martin, W. (2018). A Prophet with Honor: The Billy Graham Story. Zondervan. Página 142.
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