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Tuvo una marcada influencia en el estilo literario inglés. Además fue aceptada como la Biblia inglesa estándar desde mediados del siglo XVII hasta principios del XX. También es considerada uno de los mayores logros literarios de la Inglaterra moderna.
«Al altísimo y poderoso príncipe Jacobo por la gracia de Dios». Así comienza la dedicatoria de la Biblia más popular de todos los tiempos en la lengua inglesa, también llamada la «versión autorizada», ampliamente conocida como la versión King James. La muy querida KJV (King James Version), como se abrevia a menudo, ha caído en desuso en las últimas décadas, ya que se han publicado traducciones más legibles para los lectores del siglo XX.
Sin embargo, no se puede desestimar el hecho de que generación tras generación de lectores han absorbido el estilo y la riqueza literaria de la King James. Por esa y muchas otras razones, podemos decir con seguridad que ninguna otra versión tendrá tal efecto entre los lectores y estudiosos de las Escrituras en el idioma inglés.
Rey Jacobo (James)
Pero ¿cómo nació esta importante versión de la Biblia? ¿Quién fue el «poderoso príncipe Jacobo (James en el idioma inglés)» cuyo nombre ha sido estampado en millones de Biblias?
Jacobo I (1566-1625) era hijo de María Estuardo (1542-1587), reina de Escocia, ejecutada bajo el reinado de su prima, la reina Elizabeth I (1533-1603) de Inglaterra. Pero cuando Elizabeth murió sin dejar un heredero a la corona, Jacobo, el siguiente varón en la línea de sucesión al trono inglés, y ya rey en su Escocia natal, marchó hacia el sur, a Londres, para ser coronado también como rey de Inglaterra. En consecuencia, es conocido en la historia como Jacobo I de Inglaterra y Jacobo VI de Escocia.
Durante el tiempo del reinado de Elizabeth, la Iglesia de Inglaterra había asumido una forma episcopal de protestantismo. Así, el creciente número de puritanos empezó a sentir que Elizabeth había creado una iglesia «políticamente correcta» que no era lo suficientemente protestante. Ellos querían «purificar» la iglesia de cualquier cosa que se pareciera al catolicismo, incluidos los obispos, el atuendo clerical y los rituales sofisticados que no estaban expresamente ordenados por la Escritura. Incluso antes de que el rey Jacobo llegara a Londres, los puritanos presentaron al futuro rey la «petición milenaria», llamada así porque tenía mil firmas, pidiendo algunos cambios moderados en la Iglesia de Inglaterra.
Pero a Jacobo le gustaba la estructura episcopal de la Iglesia de Inglaterra y su título para el rey de «defensor de la fe». De hecho, Jacobo era bastante pretencioso y comprometido con la idea de que los reyes gobernaran por decreto divino. Pero para alegría de los puritanos, lo aparentemente improbable sucedió y Jacobo accedió a una conferencia, que se reunió en enero de 1604 en Hampton Court para analizar las propuestas de reforma. Sin embargo, allí Jacobo advirtió a los puritanos que si no se conformaban los «echaría del país». La conferencia fue un fracaso para los puritanos, excepto en un punto: Jacobo dio su aprobación para trabajar en una nueva versión de la Biblia.
¿Traducción o revisión?
Jacobo quería una versión para reemplazar la popular Biblia de Ginebra, una traducción que había sido realizada en Suiza por protestantes ingleses que vivieron en el exilio durante las persecuciones de la Reina María I (1516-1558). Esta versión de 1560 era muy querida por la gente (y probablemente fue la versión que leyó Shakespeare), pero tenía un importante sesgo calvinista, algo que no era del agrado de muchos, incluyendo al propio rey.
Mientras tanto, a los puritanos no les gustaba la «Biblia de los obispos», una versión autorizada de 1568 leída en las iglesias, pero no ampliamente aceptada por la gente común. Inglaterra necesitaba una versión que tanto las iglesias como los individuos, y tanto la Iglesia de Inglaterra como los puritanos, pudieran leer sin restricciones ni prejuicios.
En 1604, Jacobo designó a 54 revisores, aunque los registros existentes muestran que en realidad participaron 47 eruditos, que se organizaron en seis compañías o grupos que trabajaron por separado en Westminster, Oxford y Cambridge en las secciones de la Biblia que les fueron asignadas. Durante dos años y nueve meses trabajaron de forma individual y en equipo, para luego reunir todo el texto que fue revisado por un comité de doce expertos.
Desde la Septuaginta no se había llevado a cabo una traducción de la Biblia bajo el patrocinio real como un proyecto de cooperación a tan gran escala. Además, se estableció un elaborado conjunto de normas para frenar las inclinaciones individuales y garantizar el carácter erudito y no-partidista de la traducción.
Si bien los eruditos usaron el hebreo y el griego originales, siguieron de cerca las traducciones anteriores. De hecho, puede ser inapropiado llamar traducción a la versión King James. Como explica el «prefacio de los traductores», es más exactamente una revisión de versiones anteriores. Por ejemplo, el trabajo de William Tyndale, el primer traductor importante de la Biblia al inglés, es evidente en muchos pasajes.
La riqueza de las herramientas académicas de las que disponían los traductores hizo que su elección final de la traducción fuera un ejercicio de originalidad y juicio independiente. Por esta razón, la nueva versión fue más fiel a las lenguas originales de la Biblia y más erudita que cualquiera de sus predecesoras.
El impacto del original hebreo en los revisores fue tan pronunciado que parecen haber hecho un esfuerzo consciente por imitar su ritmo y estilo en su traducción del hebreo. De hecho, el estilo literario del Nuevo Testamento inglés es tan bueno que algunos lo han considerado como igual e incluso superior al de su original griego.
Por todo este carácter oficial, la KJV ha sido llamada la «versión autorizada», aunque, curiosamente, no ha sobrevivido ninguna evidencia de que el texto final de la King James hubiera sido aprobado formalmente. No obstante, oficialmente, la nueva versión fue «designada para ser leída en las iglesias», reemplazando a la «Biblia de los obispos». Pero pasó mucho tiempo antes de que reemplazara a la Biblia de Ginebra como la Biblia del lector individual.
La Biblia del idioma inglés
Sin embargo, una vez establecida, la KJV fue inquebrantable. Aunque algunos críticos dijeron que su lenguaje era arcaico en el mismo año en que apareció, a las generaciones posteriores les encantó su «inglés bíblico». A medida que el idioma evolucionó, volviéndose cada vez menos como el idioma de la época del rey Jacobo, los cristianos de habla inglesa continuaron expresándose en términos, palabras, frases y expresiones que se hacían eco de la KJV.
Pero el efecto va más allá del estilo del lenguaje que utiliza esta versión. Hay una cadencia y un ritmo de oración en la KJV que nunca ha sido igualado en otras versiones en inglés. A pesar de las constantes revisiones y actualizaciones del lenguaje, es verdad que esta bella obra posiblemente haya impedido que algunos lectores modernos entiendan el mensaje bíblico; sin embargo, el efecto que tiene es que es increíblemente rica a la hora de recitarse y, por lo tanto, muy memorizable (algo muy similar a lo que ocurre con la versión Reina Valera en español).
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Si aprender las Escrituras es importante, entonces memorizarlas es primordial, y sabemos que la poesía, o la prosa poética, es más fácil de memorizar que la prosa simple. Entonces, es tal el efecto de la King James, que hoy, más de cuatrocientos años después, la mayoría de las personas que pueden citar la Biblia en inglés citan esta versión publicada en 1611.
Probablemente el equipo de académicos que produjo esta revisión de la Biblia en el idioma inglés no se imaginó la belleza lingüística y la longevidad de su trabajo. Ante esto, es posible que los traductores de hoy se sientan incapacitados, sabiendo que nunca podrán producir una obra que dé forma a un idioma y a toda una cultura.
¿Y tú? ¿Qué piensas? ¿Conocías la historia de la versión King James? ¿Por qué razones consideras que esta versión se volvió tan importante para los lectores de la Palabra de Dios en inglés? ¿Cuáles crees que son los motivos por los que las versiones antiguas de las Escrituras resultan ser tan amadas y apreciadas por los creyentes? ¿Qué piensas acerca del trabajo de traducción y actualización del lenguaje de la Biblia?
Nota: este artículo fue publicado originalmente en 1990 en la revista Christian History. El artículo fue traducido y adaptado por el equipo editorial de BITE.
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