Dos titanes de la Reforma, Martín Lutero y Ulrico Zuinglio, se dividieron en Marburgo por la Santa Cena. Este doloroso encuentro nos deja una importante lección para las disputas cristianas actuales.
William Carey no solo se ocupó de resaltar la importancia de las misiones globales, sino que también destacó cuán imposible es servirle a Dios de manera solitaria. Ejemplo de ello fue su “Sermón inmortal”.
Muchos no saben que San Valentín, de quien se tomó el nombre para la fiesta popular, fue decapitado. El Día de los enamorados nos permite recordar a quienes les fueron arrebatadas sus vidas por proclamar su fe en Cristo y aferrarse a Su amor inagotable.